Del Día de la Mujer a la puesta por la diversidad de hombres y mujeres

Hace unos días viajando en el tren, leía la noticia que hace 100 años desde que se proclamó el Día de la Mujer con carácter internacional, como homenaje al movimiento en favor de los derechos de la mujer y para ayudar a conseguir el sufragio femenino universal. Desde aquel entonces la realidad es muy diferente, caracterizada por una gran diversidad en este escenario global.

Cuando llegan fechas próximas al 8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, en todo el mundo se centran en ellas mensajes y análisis. Así recientemente el Secretario de Naciones Unidas, Ban Ki-moon  ha pronunciado un mensaje referente al día 8 de marzo.[youtube]http://www.youtube.com/watch?v=ye8iGQ1d9Cg[/youtube]

En el caso de España, además de esta celebración puntual, viene poniendo en marcha herramientas tendentes a conseguir esta igualdad. Ejemplo de ellos son Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva entre mujeres y hombres  o recientemente el Real Decreto 1615/2009, de 26 de octubre, por el que se regula la concesión y utilización del distintivo «Igualdad en la Empresa».

Desde hace unas semanas aparecen diferentes artículos relativos a la mujer desde diversos puntos de vista: situación de  mujeres y hombres en relación a formación, presencia en ambos en los sectores empresariales , o sobre  igualdad  de género, tasa de empleo femenino,   brecha salarial,  número de directivas, o la rentabilidad de las mujeres en las empresas,  etc.

Ante esta proliferación de datos existen diferentes opiniones sobre si es recomendable o no insistir sobre la situación de la mujer:

Para muchas personas (hombres y mujeres) es necesario recordar y exponer datos para ser conscientes la realidad que rodea a la mujer. . Pues de esta forma tomaremos conciencia del largo camino que aun queda por recorrer.  Necesidad de educar en igualdad . Pues baste decir que en 2010 las mujeres representan cerca del 60% de todas las licenciaturas universitarias en la UE, pero su proporción en los sectores científico y tecnológico continúa siendo baja. Cuando mujeres y hombres tienen menores a su cargo, la tasa de empleo de las mujeres cae 12,4 puntos mientras que en el caso de los hombres aumenta hasta 7,3 puntos. También persisten las diferencias de retribución entre sexos, con una media para el conjunto de la UE del 17,4%. El número de ejecutivas de la UE es del 30%, dato que desciende hasta el 8 % si hablamos de directoras de las principales empresas. También las mujeres españolas ganan de media un 25,6 % menos que los hombres, según los datos del INE, una cifra superior a la media de la Unión Europea donde las trabajadoras perciben un salario un 17 por ciento más bajo que sus homólogos masculinos.

En otro sentido, desde diferentes foros se está insistiendo en que existe una sobreinformación en relación a las mujeres. Pues en el siglo XXI existen diversidad de mujeres trabajadoras y también de situaciones personales, y no podemos generalizar. Y el tema de la igualdad de género cansa. Así lo pone de manifiesto una investigación publicada en Canadá, Gender Fatigue,  que muestra que los/as empleados/as tienden a describir sus empresas como meritocráticas y neutrales en cuanto al género, pero reconocen también que la discriminación hacia las mujeres es posible. Además en Francia se está ensayando un proyecto para hacer frente a la discriminación  mediante un currículo sin datos personales – Así medio centenar de empresas francesas se han sumado, de forma experimental, a la iniciativa para recoger currículos anónimos (sin datos personales, sólo méritos académicos y profesionales) durante seis meses. Incluso diferentes empresas están explorando la forma de aumentar el número de mujeres directivas porque tiene sentido para su negocio y que entienden la rentabilidad de la diversidad de género muy positiva.

Para finalizar, me gustaría recordar a Emmeline Pankhurst  quien afirmó “No se puede cambiar el mundo tanto como quisiéramos, pero si se pueden dar pequeños toques”.  Y parafraseándola yo añadiría vivimos en un mundo multicultural y con una diversidad de género, raza, religión, etc. Y es precisamente este escenario global 2.0 el que puede favorecer que se establezcan redes de conexiones dentro de la empresa y con el exterior. En resumen, resulta más que nunca imprescindible la apuesta por la gestión de la diversidad, que genere sinergias y colaboraciones de hombres y mujeres, que favorecerá respuestas innovadoras a los grandes desafíos económicos, sociales y medioambientales que las organizaciones tienen ante sí.