Sobre Mala Praxis Científica, el Fraude y Las Conductas Éticas: Ejemplos Extraídos del Ámbito de la Diversidad

La Edafodiversidad: Una historia Repleta de Grandes Científicos Olvidados 7 Conclusiones sobre le Irracionalidad de la Racionalidad Científica

Edafodiversidad y Biodiversidad 20g. Antecedentes sobre Geodiversidad como ejemplo de las voces silenciadas de los científicos que se adelantaron a su tiempo

Llega el momento de sacar algunas conclusiones sobre como trabajan los científicos y mostrar que, frecuentemente (por desgracia), la tan cacareada racionalidad científica es un mero escaparate propagandístico. Veamos las repercusiones sobre una de las Teorías más respetadas en el ámbito de la Ecología y la Biogeografía.

La hipótesis rival de la Teoría de Teoría rival de la Biogeografía Insular es denominada «Heterogeneidad de hábitat». Esta última defiende que la principal causa de las relaciones biodiversidad-área consiste en que, al incrementar el área se captura mayor heterogeneidad de relieve, climas (y como hemos visto suelos). Lo increíble es que, hoy por hoy, la comunidad científica implicada sigue defendiendo lo indefendible. Como ya argumentó T. Kuhn en su Teoría de las Revoluciones Científicas (los popularizados pero mal conocidos cambios de paradigma) es que, muchas teorías siguen vigentes, a pesar de ser refutadas, debido a que la comunidad científica se niega ha abandonarla. Vemos aquí como los científicos, con todos sus alardes de objetividad, son seres humanos con las mismas miserias que los demás.

 

 Frecuentemente tratan a las teorías vigentes como religiones.  ¿Qué hace falta para abandonar una Teoría refutada? Retóricamente diríamos que racionalidad. ¡Esta respuesta no sirve! Según el conocido filosofo de la ciencia Irme Lakatos una teoría científica consistiría  en que el cinturón de hipótesis auxiliares defiende su núcleo central. Las primeras pueden y deben modificarse según surgen refutaciones contra el último, hasta que no se pueden realizar más cambios sin caer en grandes contradicciones.  Kuhn argüiría, que la teoría permanecerá en pie hasta que cada vez más miembros de tal comunidad se segreguen del paradigma vigente y se trasformen en una mayoría.

 

Resulta curioso observar, como una comunidad científica literalmente es y se comporta como una comunidad de intereses (retornaremos en otra contribución al caso actual que azota el panorama español al vilipendiar a Antonio Brú por proponer una terapia revolucionaria sobre el cáncer) que intenta llevar al redil con todos los medios a su alcance (lícitos y muchas veces ilícitos, por desgracia) a todo aquel descarriado que pretenda salirse de los cánones que ella impone.

 

Recientemente Michael Russe que tras defender durante años el denominado «dogma central de la biología» arremetió contra el famoso paleontólogo Stephen Hay Gould, por salirse «de tiesto» y publicar muchas de sus opiniones en best sellers, en lugar de revistas de prestigio internacional. Con tal motivo hizo comparaciones con la «ejemplar» Teoría de MacArthur y Willson. Pobre Russe. Se trata de un gran filósofo que por defender al establishment no para de «meter la pata», una vez detrás de otra.

 

La gran fortuna de la Teoría de la Biogeografía insular consiste en que, en teoría es refutable y por tanto científica. Sin embargo, un constructo teórico puede ser refutable en teoría pero no en la práctica.  Y este es el caso. Si la diversidad en un archipiélago es el resultado de un supuesto equilibrio entre migraciones y extinciones, ¿Cómo se puede demostrar? Se requeriría de observaciones que se prolongaran cientos o miles de años. ¡No es posible! Por lo tanto esta teoría es operacionalmente irrefutable, mientras nadie me demuestre lo contrario. Vemos pues que muchos ecólogos y biólogos de la conservación han convertido de facto esta teoría  en dogma. Podrían citarse muchos casos más. 

 

Por el contrario de denominada Hipótesis de la «Heterogeneidad de hábitat» sí es corroborable y refutable. Nuestros trabajos son una evidencia palmaria de ello. Otros que lo intentaron antes fueron descalificados. Nuestros trabajos difícilmente lo son. Uno de los principales errores de los defensores de la hipótesis mentada es que no han consensuado ninguna clasificación universal para estimar la diversidad de la heterogeneidad del hábitat. En consecuencia sus trabajos no podían ser cotejados con el rigor necesario. Muy al contrario, nosotros, al hacer uso de clasificaciones universales de suelos sí estamos en disposición de comparar los resultados de estudios obtenidos en distintos ambientes. Los resultados son contundentes, como hemos podido demostrar. Y los suelos son hábitats, tanto para las comunidades aéreas como subterráneas. ¿Qué hacen mientras tanto los ecólogos, biogeógrafos y ecólogos de la conservación? La postura del Avestruz o miran hacia otro lado. ¿Hay algo más acientífico que esto? Ustedes dirán.

 

Y lo más lamentable de este comportamiento gremial es que, con toda seguridad, muchas evidencias en contra de las teorías vigentes no han sido publicadas, debido a que, una y otra vez, los trabajos que las incluían han sido rechazados por las revistas (editores y referees). No volveremos a reiterar aquí todos los casos mentados en contribuciones anteriores.

 

Cuando salen a la luz casos como los del científico coreano que ha falseado sus datos, los ciudadanos se escandalizan. No me extraña. Pero lo más soez para este administrador es la hipocresía de una buena parte de nuestros colegas cuando lo consideran como un caso singular.  No lo es. El fraude en ciencia ha sido y aun lo es mucho más frecuente de lo que uno pueda imaginarse. Las propias revistas científicas defienden a un colectivo (las denominadas escuelas invisibles) y vapulean frecuentemente a quién no «pasa por el aro». Referees y algunos editores evalúan los trabajos, más bien analizando su ideología que su contenido. Multinacionales farmacéuticas y de otra índole (pregunten ustedes por el caso «Montsanto»), son capaces de coaccionar a las editoriales multinacionales cuando tienen noticia de la posible publicación de artículos que van contra sus intereses. Ciertos colegas modifican el título y maquillan el contenido, volviendo a publicar lo mismo (más o menos y una o varias veces), escapando a todo control, debido a la ingente cantidad de publicaciones que salen al mercado cada mes. Ciertos editores abusan de su posición para «colar» en las revistas que dirigen una cantidad «indecente» de aportaciones científicas de su cosecha. (y la de sus amigos). 

 

De aplicarse el «factor h» del que se viene hablando últimamente, como un nuevo criterio de evaluación científica, al menos la mediocridad dejaría de inundar las revistas de papers «basura». Mientras el establishment en España considere que la cantidad (aunque sea revistas indexadas) es mejor que la calidad se alimenta el fraude y las actitudes acientíficas.

 

En cualquier caso entre la buena práctica científica y el fraude duro, existe un continuo de perversidades  de toda índole. La presión de la filosofía de «publica o perece» está generando estragos. La presión de muchas empresas privadas que financian investigaciones en sus campos de interés también. Y no se de que nos extrañamos cuando de casi todos es sabido la reciente encuesta realizada en USA en la que un porcentaje indecente de investigadores habían reconocido haber «retocado» sus datos debido a «presiones» de sus patrocinadores. Mal que nos pese así funcionan las cosas en la ciencia: como en otras esferas de la sociedad.

 

Empero el sistema científico funciona, mejor que peor, y lo seguirá haciendo., como la sociedad civil, sistemas políticos y legales, a pesar de todas las perversiones. Esto no significa que se deba poner coto a una manera de proceder que se está «saliendo de madre«, «más de la cuenta». Habría mucho que hablar al respecto. De sacerdotes de la ciencia nada.  ¿Objetividad?: ¡Si!. ¿Conductas tendenciosas? También.

 

Juan José Ibáñez sobre la humanidad de la empresa científica

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5 comentarios

  1. Yonathan, en esta weblog hay una carpeta denominada "Diversidad"con múltiples archivos sobre el tema. Pero si lo que demandas es una definición o ecplicación sobre el concepto de biodiversidad ecológica, ya te adelanto que no hay ninguna universalmente aceptada. Existe muchas maneras de enfocar el tema, pero no una respuesta mágica. Lo lamento. Gracias por visitarnos.

    Juan José Ibáñez

  2. Me parecen muy interesantes su apreciaciones o exlicaciones sobre La mala praxis científica. Estoy interesada en hipótesis que pudiese manejar sobre las malas praxis médicas. Soy estudiante universitaria y necesito realizar un trabajo sobre las hipótesis que podría colocar para ampliar ese trabajo. Agradecida de antemano. Un gran saludo.

  3. SALUDOS

    SOY ESTUDIANTE DE MAESTRIA MBA. NECESITO INFORMACION SOBRE LA TEORIA DEL FRAUDE EN LA INTERNET.

    GRACIAS

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