El día 22 de febrero de 2006 en el Boletín de Noticias de la CAM apareció una contribución sobre el denominado problema de la  Deserficación, escrito por Javier de Pedraza. Un artículo bastante correcto. Nada que objetar, en principio. La desertificación es uno de los temas pendientes de ser abordados en esta weblog y los comentarios mentados nos dan la oportunidad de comenzar a abrir el debate. Como bien indica el autor, la actual Convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación (CLD) define este concepto como: «La degradación de las tierras en zonas áridas, semiáridas y seco subhúmedas por causas climáticas y antropogénicas, es un proceso complejo en donde intervienen factores físicos, biológicos, sociales y económicos.«. ¿No ven nada de extraño en el? Sinceramente yo y otros muchos sí. Veamos el porqué.

Si nos atendemos a este concepto, la contaminación, el sellado del suelo, etc., son factores desertificadotes, ya que generan la degradación de los recursos edáficos o su pérdida, en los mentados ambientes. ¿Por qué entonces, y aun en la actualidad, se habla de desertificación independientemente de de otros procesos de degradación ambiental, que debería incluir y no segregar? No tiene ningún sentido. Y sin embargo, todo el mundo parece entender que se habla de cosas distintas. No es así. De hecho tanto ciertas los programas de investigación en determinadas  CC.AA, los Sectoriales del Estado y los propios de la UE, diferencian desertificación como un proceso «concreto» de deterioro. Obviamente la CLD también. Insistimos ¿Por qué? Un experto en contaminación de suelos, por ejemplo, tiene el mismo derecho a ser llamado especialista de desertificación que los que estudian ¿el que?: ¿La erosión?, ¿el deterioro de la cobertura vegetal?. Absurdo.

 

Más aún, si denominamos «desertificación» a la degradación del suelo en los  ambientes áridos, semiáridos y seco subhúmedos, el mismo derecho tienen otros que trabajan en diferentes ambientes a calificar «específicamente» su deterioro ambiental mediante calificativos alternativos ¿No es así? Por tanto, los inventarios y cartografías que no contemplan estos y otros procesos de degradación no pueden considerarse como correctos, ortodoxos e indicativos del problema.

 

La historia de las investigaciones sobre «Desertificación» comienza por cuestiones políticas y la definición de consenso, finalmente alcanzada en el CLD, es absolutamente vacua, o al menos ambigua.

 

Suele ocurrir que un investigador que trabaja en erosión o pérdida de materia orgánica del suelo se sienta identificado como experto en desertificación, al contrario que el que trabaja en contaminación o sellado. La definición no da lugar a tales sensibilidades. La contaminación, el sellado, etc., degradan las tierras en los ambientes que la susodicha definición implica, por lo tanto son expertos por propio derecho en el tema.

 

De hecho la Junta de Andalucía incluye el sellado del suelo y los cultivos bajo plástico como mecanismos y estructuras desertificadotas. Si esto es así vamos a ver algunas de las consecuencias disparatadas (o tal vez no) que surgen de aplicar la definición propuesta por la CLD. Continuara (..)

 

 

Juan José Ibáñez     

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2 comentarios

  1. podria poner en breve la definicion o significado de recursos edaficos…pero en breve!!!!!enviar lo antes posible xfavor lo necsito para un trabajo practico d ecologia para el 07-11 xfavor enviarlo lo antes posible…o sea hoy

  2. […] Desertificación: ¿Mito o Realidad?: Los Problemas Inherentes al Concepto de Desertificación; Desertificación: ¿Mito o Realidad? y La Desertificación: entre la Realidad y el Mito. ¡Pues Vaya!. Entre finales de febrero y principios de marzo de 2006, escribí una serie de post sobre desertificación, en los cuales expresaba mi escepticismo acerca del concepto y el tipo de investigaciones a los que había dado lugar (ver relación abajo). Hoy utilizaba en el buscador de Google uno de los títulos para obtener los enlaces de todos los demás, ya que el que “padece la bitácora es muy malo”. Y hete aquí que me encontré con dos noticias cuyos títulos eran muy parecidos, escritas varios años después por un amigo y un colega, respectivamente. El primero, más o menos, sigue  la argumentación que la que yo defiendo, mientras que la del segundo la desconozco. Eso sí, a ver si somos un poso más originales y citamos las fuentes, aunque hablemos de divulgación. Pero a lo que vamos (…) […]

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