Aunque como ya comentamos, en esta weblog nos centramos esencialmente en los aspectos  medioambientales de los suelos, más que en los relacionados con la agronomía, intentaré en una serie de contribuciones relacionar los suelos con los temas agronómicos.  Por ello voy a comenzar una serie de entregas para intentar dar respuestas sencillas y claras, desde la particular óptica de formación de nuestros lectores.

 

La historia de la Química Agrícola de los siglos XVIII, XIX y hasta mediados del XX tiene como objetivo el uso el suelo con fines agrarios: los edafo-agro-tecno-sistemas deben de producir más.  El avance en el manejo de plantas (en todo o en parte) permitirá que otros agro-tecno-sistemas se independicen del suelo, desarrollando nuevas formas de cultivo sobre soportes sólidos (cáscara de arroz, madera, turba, arenas…) sobre líquidos (cultivos hidropónicos,  uso de técnicas como la NFT, etc) o en el espacio (aeroponía) que se emplean para hacer frente a situaciones económicas y sociales muy variadas.

 

Con el tiempo el objetivo deriva hacia la producción en situaciones forzadas (cultivos a la carta), estrategias para la producción de alimentos con propiedades específicas (ricos en vitamina C, en fibras etc) y hacia otros campos como la floricultura, la producción de plantones o la micorrización de plantas varias, económicamente mas rentables.

En la década de los 70, desde Canadá se promueve una nueva inquietud, “el uso de lo natural”.  En los países desarrollados, afectará a muchos ámbitos sociales, desde el cuidado de la piel con los cambios pertinentes en la formulación de cosméticos, hasta la sensibilidad frente al riesgo en el consumo de determinados colorantes alimentarios de origen químico, cuya inquietud llega hasta nuestros días.  En la esfera política se implican los Ministerios de Agricultura y Sanidad y se crea el de Medio Ambiente. Respecto a los cultivos, aparecerá una batería de acciones Legislativas que limitan el uso de biocidas, y establecen controles sobre la calidad de las aguas, abonos y enmiendas.

 

La sensibilidad social se orienta hacia los sectores agroalimentarios con la generación de alimentos de “calidad” que abre el camino a las agriculturas orgánica, de precisión o ecológica, dentro de un criterio de sostenibilidad sobre el que muchas personas opinan, pero sin percibir que el sujeto a sostener es el suelo.  Preocupados por la situación, los gobiernos de nuestro entorno europeo  (unos más que otros) se enfrentan a un nuevo reto: producción de calidad y una conservación y en su caso mejora de los suelos.

 

Esta corriente de opinión se pone de manifiesto con un cambio de cultura en el manejo de los suelos, de autolimitación en la aplicación de fertilizantes inorgánicos, de desarrollo de la agricultura orgánica y el uso de nuevas técnicas que, como la siembra directa y otras muchas estrategias, evitan su degradación y su pérdida de suelo, al comprender el valor de este patrimonio. Con los cambios en la política de subsidios económicos de la UE a la producción (Ayudas de la PAC), la nueva estrategia económica pretende el concepto de autarquía productiva y con ella los excedentes de producción comunitarios, pero va a afectar a los cultivos de amplias zonas de España y al bolsillo de nuestros agricultores. Por ello España se prepara para nuevos retos productivos, dentro del “marco comunitario”.

 

Sin embargo, al preparar una mesa redonda sobre Cultivos Energéticos, que se va a desarrollar en mi Universidad, he observado una ausencia preocupante y sistemática en muy diversos artículos: EL SUELO VUELVE A SER EL GRAN OLVIDADO.

 

Preocupa la formación de biomasa, los productos que se pueden derivar, los rendimientos energéticos y económicos…, pero nadie tiene en cuenta que la raíz profunda de este cambio estratégico se ubica en el lamentable estado de deterioro de los suelos… a de lo que queda de ellos. 

 

De aquí mi determinación a transferir mis conocimientos a este amplio sector de empresarios agrarios y técnicos en fertilizantes y residuos, en la creencia de que todo la ayuda es poca, y de que la evolución en el uso agrario del suelo, tiene como base fundamental el conocimiento y manejo correcto de la Edafología, sin menospreciar otros ámbitos, como veremos más adelante.¡

 

El esquema se indican son los puntos clave de todo el sector, de acuerdo con muchas de las conclusiones que han ido apareciendo en los documentos sobre “una estrategia europea para la defensa del suelo”.

 

 

 

Así, el conocimiento del suelo, y los factores y procesos que lo controlan, es algo que se debe difundir y manejar de forma adecuada. EL SUELO NO ES UN SIMPLE SOPORTE DE PRODUCCIÓN.

 

Es loable el esfuerzo que se está haciendo para que las clasificaciones de suelos sean útiles y accesibles.  Sin embargo, si estas no se popularizan entre los agricultores de España, su repercusión será nula sobre todo a la hora de enfrentarse ante alternativas creativas a las que obliga “nueva PAC.  

 

Divulgar aspectos básicos de la vida, organización y funcionalismo del suelo ya está apareciendo en esta Weblog, gracias al acertado empeño del Administrador, y del equipo colaborador, del que hoy formo parte, gracias a su elegante comportamiento.

 

El segundo nivel del cuadro “la solución nutritiva” proporciona dos posibilidades estratégicas a todos los que deseen independizar el cultivo, de los factores climáticos y/o edáficos.:

 

            Cultivos con suelo (a rectificar de acuerdo con el tipo de agricultura elegida ),         

            Cultivos sin suelo (pudiendo diseñarse “on line” los criterios de nutrición según los                            protocolos que diseñan los expertos en Química Agrícola y Fisiología Vegetal                         para cada planta y periodo de desarrollo (momento fenológico).

 

Los cultivos bajo plástico u otro tipo de tecnologías, exigen ideas claras sobre bajo qué régimen lumínico deben de trabajar, cómo establecer los parámetros atmosféricos de cada ámbito de producción y que niveles de uso del agua exigirá el desarrollo vegetal. Este será el momento de hablar sobre la fotosíntesis y sus productos, bajo distintas estrategias de calidad y propiedades de los productos alimentarios que deseemos obtener.            

 

El uso de fitoprotectores, hoy por hoy y salvo excepciones, es obligado en ambas alternativas. Únicamente razones de Seguridad Alimentaria, Sanidad Vegetal y de Salud del Suelo serán los limitantes de su uso.  La verdad es que la disponibilidad de moléculas está siendo drásticamente restringida, no sin razón, por las autoridades al efecto, de la misma manera que técnicas como la selección natural de especies y la ingeniería genética proporciona al agricultor un cierto respiro.  En este campo, la estrategia de trabajo desarrollada por Antonio Bello y sus colaboradores, para generar suelos supresivos, tiene especial relevancia en cultivos con suelo, mal que les pese a ciertos sectores, que han perdido como aliado al Bromuro de Metilo.

 

Si algo tiene importancia estratégica-económica, es el espectacular avance de la Tecnología Alimentaria, desarrollada desde años recientes en las facultades universitarias bajo contratos industriales. Todavía se espera mucho de ellas.  La inclusión de nuevos perfiles formativos, ha hecho avanzar de manera espectacular procesos y métodos de conservación, transformación y elaboración de los alimentos de todo tipo, y los avances de conocimiento ha permitido el desarrollo de una parte de la “nueva cocina” y de los excelentes caldos que salpican toda la geografía de España.

 

Pero el esquema continúa, ya que todo el proceso productivo y de manejo genera residuos. Sigámosle.

 

Queda claro que, desde mi óptica de clasificación de la MO, estos residuos son una  necromasa muy rica en agua. En poco tiempo se inician procesos de putrefacción dado el periodo de almacenamiento y contaminación ambiental por bacterias y hongos, y su riqueza en contenidos citosólicos, altamente biodegradables. Por ello hay que compostarla (sanitarizarla frente a patógenos). No más. ¿Porqué?

 

Si el fin es convertirlo en una aporte orgánico, magnífico para la rehabilitación de suelos, (dado el agua y la energía química que guardan), no se entiende el empeño en extraer dicha energía como Biogás, cuando este se genera a partir de las moléculas que son más útiles para revitalizar a los suelos, dado el estado lamentable que éstos presentan y evitando así los procesos erosivos que tanto preocupan.  Y desde el punto de vista económico, ¿no podrían los agricultores entrar por esa puerta a las subvenciones que se abre en el marco “Medio Ambiente” y rehabilitación de suelos, teniendo en cuenta que parte de esas ayudas van a darse por el “incremento de la materia humificada que consigan después de un determinado cultivo”?.

 

Y si ese cultivo es energético, no se podría combinar con la subvención de 45 euros/Ha de los denominados energéticos.  Además, si los cultivos energéticos se definen como de producción RAPIDA DE LA MAYOR CANTIDAD DE BIOMASA, ¿no precisaremos de estrategias de restitución rápidas para mantener el suelo?  ¿Seguiremos con la misma estrategia de fertilización inorgánica?.

 

O pensamos con la cabeza o el futuro de nuestros suelos será incierto y caminaremos por las sendas como la erosión, la contaminación de suelos y aguas, y no reduciremos los contenidos en CO2 atmosféricos (otro objetivo), al mantener una política productivista a ultranza.

 

Cordiales saludos

 

Salvador González Carcedo

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2 comentarios

  1. hola barrio quisiera un favor si no es molestia imformacion de fisica agricola , quimica agricola botanica agricola , zoologia agricola geologia agricola contabilidad rural, ingenieria rural contribucion rural y hay mas pero con estos temas o lo que tienes informacion si no es mucha molestia necesito esa imformacion ya de hay favor con favor se paga gracias

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