Como ya os comunicamos en la nota anterior, según la prensa española en este país existen centenares, sino miles de “científicos de Excelencia”. ¿Cómo es posible entonces que la ciencia española no termine de cuajar? ¿Qué misterio se esconde detrás para que tanto talento no consiga que los trabajos de estos últimos sean muy citados a nivel internacional? Para empezar cabría preguntarse que tipo de cualidades debe atesorar un científico de excelencia. Del mismo modo alguien me tendría que decir quien decide si un investigador merece tal distinción. Visto que nadie me podría responder a esta pregunta (salvo espetar comentarios vagos y mal articulados) me veo en la obligación de proponer una definición “ad hoc” para que comenzáis a ver algo de luz entre tanto dislate.  Comenzamos. Podemos definir a un científico de “excelencia” como aquel que las instituciones, la Prensa, algún premio internacional o sus colegas deciden que lo sea.  ¿Significa esto que sea un  excelente científico? Es decir alguien reconocido internacionalmente por sus colegas como tal? La respuesta debe ser rotunda: ¡No! Veamos por que.

Si los “Currículum Vitae” de muchos de los denominados científicos de excelencia salieran a la luz y analizáramos tanto el numero de “ISI papers” como su impacto estimado por el número de citaciones, os daríais cuenta de lo que hablo.  En un gran número de ocasiones, la pretendida excelencia no es avalada por los hechos. Pueden darse numerosos caminos hasta que un investigador sea considerado por la prensa y/o las instituciones como un científico de excelencia. Uno de ellos son las distinciones o premios científicos que se otorgan en este país (también en otros, dejémoslo claro).

 

En ciencia ocurre como en el cine español, una Academia decide cada año a quien otorga los “Premios Goya”, cuyas deliberaciones y decisiones tanta polémica generan. La diferencia estriba en que un buen número de ciudadanos podemos opinar de cine, mientras que muy pocos pueden hacerlo sobre la actividad científica. Por lo tanto, resulta difícil que se descubra el fraude (un fraude ligth, pero un fraude al fin y al cabo)

 

Analicemos los casos que se dan en las CC. del Medio Ambiente. Son varias las instituciones que otorgan tales distinciones. Los sistemas de elegir a los candidatos son de lo más variopinto, empero tras ellos priva la dedocracia.  Una buena parte de los Premios Nacionales y algunos Autonómicos se otorgan a investigadores como agradecimiento a los trabajos realizados para la administración. ¿A que trabajos me refiero? Pues por ejemplo a nuestras representaciones en organismos internacionales, cargos de gestión científica para una determina institución, etc. Ahora bien si se escarba en sus CV, la excelencia científica no aparece por ningún lado,  con demasiada frecuencia.

 

No me mal interpretéis, la gestión científica es imprescindible para un buen funcionamiento de un Sistema de I + D + i. Sin embargo tampoco debemos olvidar que la creatividad científica o la genialidad son atributos muy distintos. Muchos gestores son malos o nulos investigadores (en realizad abandonan la ciencia para ocupar un cargo): se puede ser un gestor excelente y un mal científico y viceversa.

 

¿Cómo se detecta a un Científico de Excelencia? Muy sencillo, por su afán de escribir en la prensa y ser entrevistado por radio o televisión. Es decir por su afán de buscar fama y gloria. Por el contrario, suele ser muy frecuente que los investigadores excelentes, aquellos que hacen avanzar a la ciencia, rehuyan a los medios de comunicación y no quieran acaparar cargos de gestión o participación en grupos de expertos, por cuanto estas actividades requieren mucha dedicación que, necesariamente, debe secuestrarse de la verdadera investigación (son vocacionales). Por lo tanto, los últimos prefieren el anonimato público, aunque, como es lógico, si les gusta que sus colegas internacionales reconozcan su trabajo. Más aún cuando un científico de excelencia no sale en los “media” una temporadita, suele afanarse en escribir algún artículo de divulgación científica rellena de vaguedades, que firman “modestamente” con autoreferencias del tipo “Premio de (…)”

 

Por tanto, cuando ustedes oigan hablar de científicos de talla internacional e investigación de excelencia, no presten la menor atención, a no ser que sea avalada por premios realmente importantes a nivel internacional.

 

Lo peor que le puede ocurrir a un científico de excelencia, y que por desgracia suele ocurrir con excesiva frecuencia, es que terminen por creérselo y hagan la vida imposible a los excelentes científicos, conviviéndose en un cáncer para la ciencia que dicen defender.  Se trta de un hecho que por desgracia es bastante común. Los primeros, dada su mediocridad no suelen querer nadie a su lado que les haga sombra, al contrario que los segundos. Por tanto resulta difícil que los científicos usen su influencia para campar a los segundos. Así comienza una selección contra los verdaderos científicos vocacionales que, a fin de cuentas, son los únicos que pueden hacer evolucionar la ciencia. El pelota lo tiene siempre mucho más fácil. No lo duden. 

 

 Para finalizar, digamos que muchos científicos honestos que deciden dedicarse a la gestión por algún motivo, son castigados por el sistema frente a otros más deshonestos. Honestidad no significa creatividad, pero siempre es bienvenida. En la próxima contribución, analizaremos la vivencia que he experimentado a través de algunos de mis amigos que han padecido esta discriminación.   ¿Pecado? Ya lo he dicho ser honestos.

 

Juan José Ibáñez

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6 comentarios

  1. De las últimas cuatro entradas tres son rosas y la cuarta, la que se ciñe a la temática de la bitácora no la firma usted.

    Menos samba y más trabajar.

  2. Jajajaja. Me puedes decir que te aburres de nuevo. Pero no que sto es ciencia rosa. Estoy haciendo dos entradas diarias, una de lo que tu llamas CR (no sé como atreves a decir eso, y otra de suelos) y durante una temporada seguirá siendo así. Los edafólogos también tenemos derecho a opinar sobre política científica y sociología de la ciencia ¿o no?. Eso sí si un compañero viene con una nota se la paso y dejo la mía para otro día.

    Un soludo: "empollón quisquilloso". Pronto vuelvo con las clasificaciones, pero no puedo lanzar tandas muy largas monográficas porque muchos lectores se aburren, hay que ir salpicando el texto. Venga mañana me lo recuerdas por la mañana y saco otra de clasificaciones: la de los análisis entrópicos, que considero muy interesante.

  3. despues del anio 2005 donde se celebrababa a bombo y platillo la genialidad de einstein, ¿alguien de los presentes cree que einstein hubiese podido salir de su oficina de patentes si hubiese hecho esos trabajos es españa?, ¿alguien se cree la palabreria de toda la panda de catedros inutiles que tenemos instalada en nuestra universidad, que lo unico que saben hacer es empollarse libros para copiarlos en una pizarra o entretener o deslumbrar a chavales de 20 años, sería capaz de reconocer las aportaciones de un chaval de 26 años, como en su tiempo los tenía eisntein?…la universidad española es una purita mentira, un montaje de carton-piedra sin credibilidad ninguna.

  4. Bien, todo esto está muy bien. Pero me sabe a poco. Veo mucha opinión y pocos datos. Por favor: menos abeceina!

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