En la era de la globalización se buscan nuevos negocios por doquier. En este contexto, el proceso de “deslocalización”,  propiciado por un comercio sin fronteras, comienza a adquirir una nueva perspectiva: exportar el veneno de los países ricos hacia los pobres. ¿Se trata la apertura de otro “negocio” medioambiental? ¿Solo concierne a los residuos electrónicos? Comenzamos a generar tal cantidad de basura de toda índole, que ya podría decirse que vivimos entre entre nuestros detritos. Como el ciudadano de los países ricos no está dispuesto a estar rodeado de desperdicios, démosle la bienvenida a esta actividad ¿Porqué no acuñar un nuevo vocablo para nuestro incalificable comportamiento? Yo propongo uno que daría lugar a un nuevo tipo de ONG: “Basura sin Fronteras”

 

 

 

La basura electrónica

un nuevo negocio medioambiental

Fuente: Ecologistas en Acción

¡Pues va a ser que sí! si señor la deslocalización comienza a afectar a la contaminación del suelo, y la del medio ambiente en general. Cuando leí esta noticia no me la podía creer. A estas alturas todos sabemos lo que hacen las multinacionales. Empero resulta que ciertos gobiernos comienzan a llevar a cabo las mismas prácticas inmisericordes con toda naturalidad. Este es el caso de Japón con las basuras. De esta forma,  el Estado Nipón se encuentra llevando a cabo una forma original de quitarse la porquería de encima. La población receptora será la que asuma los costes ambientales y sanitarios del desarrollo insostenible que “disfruta” el mundo de la opulencia sin escrúpulos. Ecologistas en acción denunció este nuevo tipo de negocio gubernamental, del que ya disfrutaban las multinacionales como bien conocen en Latinoamérica, Asia y África. ¡Hay que apuntarse al carro! ¿Verdad?

 

Ya hablamos en otro post anterior de los graves problemas que comienza a generar la basura electrónica. Por un lado, se incita al ciudadano a cambiar de utensilios para estar “a la última” y lógicamente, a posteriori, no se sabe que hacer con tanto inmundicia. Esta es la lógica de la economía de mercado actual. Pero claro está, Japón es un país “chiquitito”, superpoblado y en el que consumir las novedades electrónicas ha sido asumido con toda naturalidad por sus ciudadanos (para eso está la publicidad). Lógico, por cuanto fueron ellos los que se pusieron a la cabeza a la hora de obtener pingues beneficios de tal actividad empresarial. Sin embargo, últimamente comienzan a entender que no hay sitio “pa tos” y nuestros residuos. Pasemos pues sin más a hacer un resumen de la noticia proporcionada por Ecologistas en Acción”.

 

 

Ecologistas en Acción ha dirigido una carta a (…), sumándose a las organizaciones que han expresado su profunda preocupación y contundente rechazo al uso que Japón hace de los acuerdos bilaterales de libre comercio para establecer colonias de residuos en Asia, donde Japón pueda deshacerse de sus residuos y tecnologías tóxicas. Japón ya firmó acuerdos bilaterales con estados miembros de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático como Malasia, Singapur y Filipinas, y actualmente está trabajando en acuerdos similares con India, Indonesia, Tailandia, Corea del Sur y Vietnam.

 

Los acuerdos bilaterales, negociados en nombre del libre comercio, contienen cláusulas preocupantes que permitirán la libre entrada de residuos y sustancias mundialmente controladas o prohibidas desde Japón hacia sus países vecinos. Estos convenios debilitan los objetivos del Convenio de Basilea de reducir la generación y el movimiento transfronterizo de residuos tóxicos, así como la enmienda de prohibición de Basilea, que prohíbe cualquier exportación de residuos peligrosos de países industrializados a naciones en desarrollo.

 

Un caso en particular es el controvertido Acuerdo de Cooperación Económica entre Japón y Filipinas (JPEPA), que ha generado indignación en el sector ecologista y otros movimientos sociales de ambos países. El JPEPA, negociado sin consulta ni participación pública, establece una reducción de aranceles para una amplia gama de residuos, como residuos hospitalarios, farmacéuticos, urbanos, nucleares, cenizas y residuos de incineración de desechos urbanos, aceites usados, aceites con PCB, PCT o PBB, chatarra con plomo, cadmio, antimonio o berilio, pilas usadas, residuos de industrias químicas y similares, fluidos hidráulicos, líquidos de frenos, anticongelantes y lodos de depuradora.

 

Ecologistas en Acción ha hecho llegar su preocupación a la oficina del Primer Ministro (…) solicitando en concreto (…)

 

Además, Ecologistas en Acción pide a Japón que emprenda un programa serio de prevención en origen de los residuos peligrosos y tóxicos, haciendo que los fabricantes rindan cuentas por los productos que fabrican en lugar de buscar sitios donde esconder sus residuos

 

Como podemos observar, este nuevo y generoso tipo de neocolonialismo, en lo que a exportar veneno y porquería se refiere, no es exclusivo de las multinacionales. Dicen que “todo se contagia menos la belleza”. Pues bien, los gobiernos de los estados de la opulencia, en lugar de velar por los ciudadanos mediante el desarrollo sostenible, que no paran de proclamar, enredan a los de los países pobres y les exportan tales manjares.

 

Advierta el lector cuando al comienzo del comunicado de Ecologistas en Acción se habla sobre Acuerdos bilaterales de libre comercio ¿Saben lo que es el GATS? (acuerdo general Sobre el Comercio de Servicios). Como puede leerse en una noticia que hoy ofrecía mi+d, acerca de la educación superior en España (ya nada se libra del precio del mercado),

 

 

La internacionalización de la educación superior es un proceso no sólo imparable sino sobre todo deseable y necesario. Pero ello no implica que debamos dejarlo exclusivamente a merced de las reglas que rigen los mercados de otros bienes de consumo puesto que sólo estaríamos permitiendo que fueran los que en la actualidad tienen una posición de fuerza en ellos los que marcaran las prioridades, ya que los acuerdos tipo GATS han sido creados para proteger principalmente a los proveedores y vendedores y no a los clientes y usuarios, por lo que tienen implicaciones negativas para los países en desarrollo.


¿Van viendo para lo que sirven estos conciertos internacionales que firman nuestros países? No todos pueden vivir confortablemente. Eso lo asumen los ricos inmediatamente. Y tomando tales palabras al pie de la letra, no hay nada mejor que regalarles la basura, ya que algo sacarán de provecho los pobres como siempre. Lo que pasa es que se trata de productos que envenenan y matan. Sencillamente deleznable.

 

Recordemos los graves problemas de contaminación ambiental, contaminación de aguas, contaminación de suelo y salud pública de los residuos altamente tóxicos, entre los que se encuentran varios que proceden de la basura electrónica.  

 

Al parecer los japoneses no pretenden cambiar sus suelos naturales o agrarios por estos tecnosoles “electrizantes”.

 

 

¿Y las Grandes Empresas De los Países Ricos?

En el Portal Medioambiental se han escrito muchas noticias y artículos de todo tipo, denunciando la exportación masiva de industria altamente contaminante, desde Europa, Canadá, USA y Japón al “tercer mundo”. Sencillamente, hay días que uno tiene ganas de vomitar. Les explotamos económicamente. Empero algo ha cambiado. Hasta hace poco “solo” les expoliábamos sus recursos. Poco después, con la deslocalización, les trasladamos las factorías que generan residuos más peligros, con vistas a proteger a la ciudadanía de los estados industrializados de posibles problemas de salud pública. Finalmente les exportamos las basuras más tóxicas y menos biodegradables. Eso si, bajo la anuencia de ciertos de sus gobiernos que, con vistas a hacer frente a sus problemas económicos, relajan sus reglamentaciones medioambientales y sanitarias por el vil dinero, que a la postre nunca beneficia al ciudadano.  No debe extrañarnos que los pueblos de ciertas zonas remotas de Latinoamérica sufran masivamente envenenamientos y muertes a causa de la contaminación de aguas, suelos y alimentos.

 

Empero, llama la atención el hecho de que entre la multitud de quejas que llegan casi diariamente desde el otro lado del charco, aparezcan con harta frecuencia empresas de Estados cuyos ciudadanos, altos y de rubios cabellos, se encuentran muy orgullosos de cómo se gestiona el ambiente en sus territorios, al menos cuando se comparan con los de su entorno (Inglaterra, Alemania, Francia, Italia, España, etc.). Nos referimos a los países Nórdicos y Canadá. Este hecho me ha sorprendido personalmente. Sus ciudadanos no suelen estar informado de tales actitudes. Este último hecho lo puedo asegurar. El pueblo se encuentra tan engañado y estafado aquí como allí (ricos, menos ricos y pobres).

 

Y mientras tanto, ¿Qué piensa el ciudadano medio de los estados de la opulencia? Simplemente que están más que hartos de que cada año, o pocos años, deban cambiar sus instrumentos electrónicos, reconociendo que no tienen ni tiempo ni ganas de estar “al día” de las exigencias que las multinacionales imponen sobre los nuevos productos tecnológicos. Si no me creen, por favor lean esta noticia; “Agobiados por la tecnología”.

 

En este mundo sin fronteras, los ciudadanos ya somos esclavos de la economía. Estamos a su servicio, no ésta al nuestro. Mientras tanto, crecen “sosteniblemente” sus exigencias, abusos y, ¿Por qué no?: uno comienza a pensar que también sus crímenes contra la humanidad. Y a eso le llamamos progreso y globalización.   

 

Juan José Ibáñez

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2 comentarios

  1. LA BASURA ORGANICA LA BASURA INOGARNICA LA BASURA SANITARIA Y LA BASURA ELECTRONICA ESPERO QUE LES SIRVA

  2. quisiera saber de compradores de este tipo de chatarra electronica, para poder contactar ya que dispongo de 20 toneladas de computadores en desuso..
    gracias

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