Suele pensarse que el uso humano del territorio degrada los suelos y reduce la biodiversidad. ¿Es siempre así?: ¡Pues (…) ¡va a ser que no! Una apreciación tan ingenua proviene de las prácticas agrarias y pastorales que solemos desarrollar actualmente en el mundo occidental. Sin embargo, una mirada atenta a las agriculturas autóctonas verdaderamente sustentables nos informa que el hombre puede fomentar la fertilidad de los suelos y la biodiversidad de un territorio. ¿Saben ustedes que comienzan a vincularse los puntos calientes de la biodiversidad de la Amazonía a la agricultura itinerante y orgánica de los indígenas de la región, antes de que padecieran la colonización española y portuguesa? ¿Sabían que algunos expertos defienden que, tras la enorme biodiversidad en plantas vasculares de los bosques de la cuenca mentada, parece seguirle en el ranking las dehesas españolas? ¿Sabían ustedes que tras la revegetación natural de antiguos matorrales abandonados también decrece la biodiversidad? En todos los casos mentados, la gestión del suelo ha sido vital. Veamos que ocurre e intentemos acotar una visión tan estrecha y falaz de la relación entre hombre y naturaleza.

 

 

 

Hombre, bosque mediterráneo y dehesas

Foto: José Luis González Rebollar (CSIC)

 

Este post, intenta ser una breve introducción a otros que le seguirán sobre un tema que se me antoja apasionante. Hoy tan solo esbozaremos unas líneas sobre los tres casos relatados en el párrafo anterior.  Cada uno de ellos merecerá que le dediquemos varias contribuciones por separado. Tiempo al tiempo.

 

Puntos calientes de biodiversidad en la Cuenca Amazónica, suelos, agricultura itinerante y reservas extractivas; Se sigue debatiendo las razones de la enorme biodiversidad en plantas vasculares de la cuenca amazónica, en comparación con otros ambientes similares del planeta. Varias hipótesis rivales, como la denominada “teoría de los refugios”, compiten por dar cuenta de este hecho. Empero estudios recientes constatan que (i) las zonas de mayor riqueza en plantas de esta región suelen coincidir con aquellas más ricas en las plantas silvestres que dieron lugar a los cultivares actuales autóctonos de la región; (ii) Bajo muchos de estos puntos calientes encontramos suelos que han sufrido cultivos itinerantes (roza del bosque? quema de la vegetación? cultivo temporal? abandono? reforestación natural? vuelta a empezar) o un uso denominado “reservas extractivas” (aclareo parcial del bosque y siembra intercalada de especies de interés para el consumo humano mezclada con las plantas salvajes). Y lo más sorprendente, con harta frecuencia el suelo bajo estos enclaves no es “natural”, sino que disfruta de una impresionante acumulación de materia orgánica realizada intencionadamente por los inígenas de la región (las denominadas “terras pretas” en Brasil: Antrosoles).

 

Del bosque mediterráneo a las dehesas: Mientras por lo general, el desmonte del bosque mediterráneo y su puesta en uso reduce la biodiversidad de plantas vasculares, lo contrario ocurre en las dehesas y montados portugueses bien gestionados (haciendas de grandes extensiones, aclaradas parcialmente para la producción de pastos o cultivos temporales muy variados en tipos y especies que servían de alimento, más o menos simultáneamente, a diversas razas autóctonas de ganado). En estos últimos al parecer la biodiversidad aumenta respecto a la que acaece antes del aclarado del arbolado. Y lo que es más interesante aún: el tipo de gestión ganadera, genera que se generen una enorme variedad de ecosistemas pastorales distintos bajo los cuales el suelo atesora más materia orgánica que los de los bosques que le precedieron. En otras palabras secuestran más carbono atmosférico.

 

La revegetación de las denominadas zonas esteparias de la Península Ibérica: José Luís González Rebollar (para mi uno de nuestros mejores ecólogos vegetales y bioclimatólogo españoles; eso si que pasa de revistas de impacto y otras lindezas de moda), demostró con evidencias empíricas que la reforestación natural de nuestros romerales, tomillares y biocenosis similares, se generaba una considerable pérdida de biodiversidad. Por un lado, estas afectaban a las plantas vasculares. Seguidamente, el empobrecimiento de estas acarreaba otra concomitante del número de aves las denominadas esteparias).

 

Bien basta por hoy. Creo que hay materia para reflexionar seriamente. Por un lado, la idea de la enorme biodiversidad de los bosques primigenios puede venirse abajo, mientras por otro, que el papel del ser humano en la naturaleza no siempre es negativo sino que puede llegar a ser incluso muy positivo. Vayamos pues desmontando tópicos que defienden incluso muchos científicos y conservacionistas. Pero recordemos una vez más que una adecuada gestión del suelo está presente en los tres ejemplos descritos. 

 

Juan José Ibáñez  

 

PD. Iremos incluyendo fotos y gráficos muy ilustrativos cuando abordamos cada uno de estos temas.

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8 comentarios

  1. …pero esto se resume rápido:

    "genera edafodiversidad y tendrás biodiversidad"

    Pero creo que hay preguntas más interesantes:

    ¿merece la pena incrementar la biodiversidad a costa de incrementar la perturbación, y en algunos casos la degradación?

    Recordemos que, por ejemplo, un zoológico es un sitio con gran biodiversidad ¿y con eso qué?

    Creo que "trazar lineas rectas" no sirve de mucho. Buscar la linealidad de trayectorias no es favorable. No creo que se trate de buscar mayor biodiversidad a costa de lo que sea. A fin de cuentas la diversidad es un atributo más de los ecosistemas.

    Saludos

    PD: reflexiones para quedarse (o no) frito a la hora de la siesta.

  2. No estoy siendo lineal y no me gusta serlo. En ninguno de los casos mentados se generó degradación ambiental, sino todo lo contrario. Ahora bien intento señalar que: (1) los bosques llamados primigenios en el Amazonía ahora resulta que probablemente no sean tales y (2) que retroceder y analizar seriamente las prácticas tradicionales resulta más productivo desde el punto de vista de la sustentabilidad que ir inventando la dinamita a base de paper.

    Todas las prácticas mentadas demostraron ser sustentables y mejoraron las propiedades de los suelos que a su vez potenciaron el crecimiento de la vegetación.

    Y efectivamente no siempre es necesario aumentar la biodiversidad. Ahora bien, como en el caso de las aves esteparias ahora resulta que debería llegarse a veces a un compromiso entre gestion humana y desarrollo natural sino queremos perder biodiversidad de tales especies consideradas como en el caso de las aves esteparias a preservar seriamente por la UE. Vamos tan solo ir desmitificando topicazos y ya iré explicando los casos y sus razones

    Un saludo

    Juanjo Ibáñez

  3. Ante todo Juan José, gracias por tu blog, me parece bien lo de acabar con los mitos, el de la mayor biodiversidad de las dehesas se está convirtiendo en otro, me parece. La casi totalidad de estos estudios se centran en las plantas vasculares, y claro, un encinar o alcornocal con pastizal siempre nos sale más diverso que uno con matorral u otro no adehesado. Pero que ocurre con los grupos biológicos no considerados habitualmente: líquenes, briofitos, pequeños mamíferos, insectos, aves frugívoras e insectívoras, probablemente más numerosos en especies en dehesas con matorral o arbolados de alta densidad. Lo que sí tengo claro es que el monte llevado a la dehesa es más productivo aún hoy día, pero de aquí a decir: más diverso, totalmente sostenible, ejemplo de ecosistema bien manejado, me parece acomodar la ciencia a lo que interesa ($). Adehesar es necesario para mantener la economía de las zonas rurales del suroeste peninsular (por aquí vivo y lo veo casi todos los días), pero si queremos realmente conservar la maltrecha diversidad biológica deberíamos poner ciertos límites o condiciones al uso del territorio (difícil tarea).

    Otro día me explicas esto de mayor materia orgánica en el suelo más carbono secuestrado, de verdad que no lo entiendo.

    un saludo y felicidades por tu blog, conste que te tengo en favoritos.

  4. Ángel te entiendo pero quizas no me entiendas a mi. Como va por post breves……. alguna cuestión básica (aunque como todo discutible).

    1. Cada vez hay más evidencias que la revegetación natural disminuye la biodiversidad

    2 ¿que había en España en el penúltomo interglaciar?: ¿sabanas o bosques cerrados? Cada vez hayas evidencia de lo segundo. Y ¿no pueden ser las dehesas herederas de las antiguas sabanas pobladas cde herbívoros

    3 Efectivamente no hay inventarios de biodiversidad de muchos organismos y menos los del suelo. Hablamos de vasculares con todas las limitaciones que ello supone.

    Creo que uno de los grandes mitos es el del bosque cerrado. Pero ya hablaré de esto porque tiene su miga. Ya iremos hablando de todos. Gracias por tus comentarios

    Juanjo Ibáñez

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