Durante décadas, se ha venido criticando la utilidad de los mapas edafológicos tradicionales, es decir los basados en las asociaciones de tipos de suelos o unidades tipológicas. Empero lo mismo puede decirse de los mapas de vegetación. Posteriormente, salieron al mercado los mapas geoestadísticos de las propiedades del suelo. El problema de estos últimos estriba en que tan solo representan variables singulares, una por una, por lo que lo que se gana en precisión se pierde en la cantidad del contenido de información que albergan. Del mismo modo, debido a que muchas variables del suelo varían considerablemente en distancias muy cortas (incluso a lo largo de pocos centímetros), tan solo son realmente útiles cuando debe trabajarse a escalas muy detalladas. Un mapa no puede ofrecer al mismo tiempo todo el contenido que demandan los usuarios potenciales, por cuanto se les requiere información muy variada y dispar. Ahora bien, la pregunta que deberíamos hacernos es: ¿resulta posible mejorar el contenido de información? En mi opinión sí. Tal propuesta la publicamos hace unos años. Con vistas a diferenciarlos de los mapas de suelos clásicos, los denominamos, cartografías de recursos edáficos. Veamos en que deberían consistir.

 

 

 

Mapa de suelos

Fuente: Mapping Interactivo

Autores: Martínez Vega y Labrandero

 

La  realidad es que tal propuesta fue presentada ya en 1999 al plenario del Buró Europeo de Suelos (la lengua era el suahili, por supuesto). Sin embargo, tiempo después la publicamos en castellano en el capítulo de libro que a continuación se expone.

 

Ibáñez, J. J., Bello, A. & García-Álvarez, A. 2005. La Conservación de los Suelos Europeos. Un Análisis Crítico de la Actual Estrategia de la Unión Europea. En: Protección del Suelo y el Desarrollo Sostenible, Publicaciones del IGME, Serie Medio Ambiente nº 6: 133-161, MEC, Madrid.

  

 

En realidad, no pretendíamos proponer un producto revolucionario per se, sino enriquecer con nuevas capas de información (esencialmente las procedentes de los modelos digitales del terreno y teledetección) la ya ofrecida por las cartografías tradicionales, con vistas a obtener una nueva generación de mapas más útil para los posibles usuarios potenciales.

 

Un mapa de suelos se puede considerar s.l. como una representación espacial de la información edafológica partiendo de la agregación de los tipos de suelos o edafotaxa (o, como mucho, de cuerpos edáficos) en asociaciones o edafopaisajes (y regiones edáficas). Estos criterios son bien conocidos por todos los cartógrafos de suelos. En muchos aspectos, el producto resultante sería equivalente a un mapa de comunidades vegetales partiendo de la composición florística (biotaxa).

 

 

Mapa de recomendaciones de uso

Fuente: Mapping Interactivo

Autores: Martínez Vega y Labrandero

 

 

Un mapa de recursos edáficos (Ibáñez 1999), consideraría en primer lugar otras variables  y propiedades de la edafosfera no integradas hasta la fecha, al objeto de cubrir más necesidades de información edafológica, así como para incrementar ostensiblemente la contenida en los mapas de suelos (y bases de datos) al uso, es decir los tradicionales. Como intentaremos demostrar, la propuesta que aquí se expone sería equivalente a un mapa de cubierta vegetal y un mapa de biomasa vegetal, yuxtapuesto a otro de comunidades vegetales. Asumiendo que la edafosfera es un continuo (con hiatos) o una entidad discreto-continua (ya hablaremos de este tema en otro post) que cubre la superficie emergida de la tierra, un primer inventario de los  recursos edáficos debería consistir en (Ibáñez 1999):

 

Ø       Determinación del área: superficie de un territorio (por ejemplo, el continente europeo) cubierta exclusivamente por suelos o cuerpos edáficos (la edafosfera)

 

Ø       Determinación del volumen de materiales edáfico que alberga la edafosfera del espacio geográfico considerado. Este dato podría obtenerse mediante el auxilio de reglas de edafotransferencia o taxotransferencia (no confundir con las ya popularizadas funciones de edafotransferencia: reglas no funciones), utilizando el área ocupada y la profundidad de los tipos de suelos (solum) o de los cuerpos edáficos, para distinguir los dos últimos conceptos aludidos, de los que también hablaremos en otro post.

 

Ø       Determinación de las cualidades y diversidad de la edafosfera. Esta información es la representada por los mapas convencionales de suelos (aquí no repararemos en la cuantificación de la variabilidad espacial de las propiedades edáficas, mediante técnicas geoestadísticas, aunque también podría ser considerada).

 

Ø       Evaluación del grado de deterioro de la edafosfera. En un principio, sería un producto equivalente a la cartografía y base de datos de la iniciativa GLASOD (aunque manifiestamente mejorada). En otras palabras hablamos de integrar los procesos de degradación del suelo (contaminación, salinización, et.), pero no de pérdida (erosión y sellado), por cuanto estos competen a los dos primeros ítems mentados.

 

 

Ø       Determinación de la vulnerabilidad a la pérdida y degradación (degradación física, química y biológica) de la edafosfera como consecuencia de agentes humanos o naturales. Una cuestión es la degradación y pérdida ya ocurridos, y otra bien distinta las amenazas que sufre la cobertura edafológica bajo los usos actuales o futuros del territorio.

 

 

 

Perspectica oblicua del modelo digital de elevaciones

Fuente: Mapping Interactivo

Autores: Martínez Vega y Labrandero

 

Las nuevas generaciones de satélites, ya aportan, y lo harán más en un futuro próximo, información muy relevante que puede ser añadida a los productos convencionales. Por ejemplo, la posibilidad de medir altimetrías con precisiones milimétricas, permitirá no solo elaborar representaciones enormemente precisas del relieve (y microrelieve), con lo cual se podrá cuantificar la verdadera superficie de la edafosfera (no la planimétrica, o la obtenida por los modelos digitales del terreno que se realizan en la actualidad, que es mucho más grosera), sino también determinar si se ha perdido volumen, ya sea a causa de la erosión e incluso de la compactación. Del mismo modo, los sensores de radar, ya sean satelitales, ya sobre el terreno, con ciertas mejoras, también pueden informarnos de la profundidad del suelo y del regolito. Cuando se logre discernir el espesor de ambos hasta las aguas subterráneas, habremos dado un paso de gigante, con vistas a comprender el ciclo hidrológico terrestre y el flujo de contaminantes.

 

Así pues, no existen impedimentos tecnológicos con vistas a poder generar unas representaciones espaciales mucho más ricas que las actuales. Todo dependerá de la voluntad política, así como de la inercia de los cartógrafos a aceptar nuevos retos. Recordemos pues el esquema que hemos mostrado en este post.

 

Área edafosférica ? volumen de materiales edáficos ? cualidades (tipos) de la cobertura edafológica ? grado de deterioro ? vulnerabilidad a las amenazas

 

Juan José Ibáñez       

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10 comentarios

  1. Hola, soy estudiante de farmacia y estoy haciendo un trabajo de edafologia en el que tengo que analizar el suelo de una regón de Rusia, y queria saber donde puedo encontrar información sobre e tipo de suelo etc…

    Gracias.

  2. Ana, no ay mucha información fácil sobre el tema.

    Dominan al norte los criosoles e Histosoles (turberas): Tundra

    Más abajo podzoles y podzoluvisoles (Taiga)

    Más abajo los Chernoxzems (Estepa húmeda)

    Más al sur Kastanozems y phaeozems (Estepas secas)

    hay más pero son 1.000 euros (jajaja;) Mira en la Biblioteca de tu facultad el Mapa de los suelos del Mundo de la FAO

    Juanjo Ibáñez

  3. hola espero se encuentren bien, quisiera que me orientaran.

    soy estrudiante de ingenieria civil y estoy en el proceso de buscar un tema para mi trabajo de grado, me interesa mucho el estudio de suelos en el area de la vialidad, quisiera orientar el estudios de los mapas edafologicos en ese tipo de obras. agradeseria su opinion….

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