Algunas Versiones del Concepto Suelo y Nuestro Futuro (Régulo León Arteta)

A pesar del papel que ha desempeñado el suelo en la aparición (hace mas de 700 millones de años) y soporte para la vida sobre la tierra, tan solo las necesidades humanas cada vez mas urgentes y la terca realidad nos obligan a reconsiderar nuestras decisiones trascendentes. Por esta razón, actualmente se ha tomado en cuenta que el suelo desempeña funciones más amplias e importantes que las que se consideraban en el pasado y aun aparecen en los libros de texto.

 

 

Zona “no saturada o vadosa” es la que se encuentra

Por encima de las aguas saturadas: Fuente Wikipedia

 

 

 

Cianobacterias, formas de vida acuática, que ocasionalmente ocuparon las

grietas y cavernas de la tierra, desde hace más de 700 millones de años.

Ellas con sus desechos favorecieron la formación de los primeros suelos en la Tierra.

 

Un ejemplo de la forma en que los edafólogos caracterizan y clasifican su objeto de estudio, es la Taxonomía de Suelos (USDA) en 1998. En el libro en donde se detallan sus características puede leerse:

 

El Suelo es un cuerpo natural formado por sólidos (minerales y materia orgánica), líquidos y gases que ocurre en la superficie de las tierras, que ocupa un lugar en el espacio y que tiene una o ambas de las siguientes características: horizontes o capas que se diferencian del material inicial como resultado de adiciones, pérdidas, translocaciones y transformaciones de materia y energía, o por su habilidad de soportar plantas en un ambiente natural.

 

En mi opinión, este “rollote”, no toma en cuenta la importancia de este recurso, para la supervivencia de nuestra vida sobre la tierra.

Existen diferentes puntos de vista, incluso entre los mismos investigadores sobre que deberíamos en tender por suelo. Para la generalidad de las personas, suelo es lo que está pisando; mientras que para un agricultor, es el material de donde obtener sus cosechas y éste pudiera ser el más pragmático desde el punto de vista agrícola. Sin embargo, dicha propuesta puede hacernos pensar que sólo piensa en la producción de cosechas. Igualmente sucede con los ganaderos, que en el campo todo lo interpretan en función de carne y leche. Por su parte, los forestales únicamente cuantifican tablas. Pero esta división antropocéntrica, además de simplista va contra natura y requiere de una profunda revisión.

 

Así, por ejemplo, actualmente comienza a aceptarse que aún los suelos de nula importancia agrícola, juegan un papel importante en aspectos tales como la captación del agua de lluvia. En el otro extremo, están los suelos de los humedales, que además de tener el potencial productivo más alto sobre la tierra, ayudan entre otras situaciones a amortiguar los cambios de temperatura. Una de sus asociaciones vegetales, los manglares, sirven como refugio y criadero de multitud de especies y amortiguadores de los fenómenos ambientales como son los ciclones. Evidencias recientes muestran como su eliminación provoca catástrofes naturales que su presencia hubiera evitado. Sin embargo, en las evaluaciones de suelos generalmente son ignorados en la mayoría de los casos. Esta ignorancia fue uno de los factores que provocaron el desastre el año pasado en Cancún. Parece ser que aquí, en nuestras costas cercanas, a unos cuantos kilómetros se puede repetir la historia.

 

 

Imagen de una playa de Cancún,

después del vista del Ciclón Wilma

 

Generalmente, podemos considerar que el material geológico meteorizado físicamente y químicamente, prácticamente sin interacción orgánica es lo que se denomina regolita, mientras que el suelo propiamente dicho es un ente vivo. Así conviene enfatizar que lo suelos son grandes reservorios del CO2 y algunos como los andosoles también de agua. Estos últimos suelos son típicos de algunas áreas volcánicas, como en los alrededores de la ciudad de Xalapa y las faldas del Cofre de Perote, parte del eje neovolcánico de la región. El CO2 es importante porque su liberación a la atmósfera, mediante el dominante manejo inadecuado de los suelos, está contribuyendo significativamente al efecto invernadero. Por su parte, la carencia de agua ya es un asunto de seguridad nacional en países como México o España, y pronto lo será a nivel mundial.

 

 

Vista del Cofre de Perote.

Cortesía Alexandro Medina Ch.

 

En textos recientes sobre ciencias del suelo, como lo es el editado por Sumner en el año  2000, se hace una conceptualización detallada que ocupa una cuartilla, sin que se reseñe su importancia para nuestra pervivencia. Esta ha sido particularizada en el concepto de rizósfera, que es la región donde se localizan las raíces y las cominidades biológicas asociadas a ella. Pero también existe la corriente de investigación de la “zona vadosa”. Esta última abarca la región localizada desde la superficie de la tierra a los acuíferos subyacentes. Es la zona edafogeológica por donde los agentes contaminadores viajan al agua subterránea. Puesto que la zona vadosa varía en profundidad y composición en el mundo, es importante saber qué procesos químicos, biológicos e hidrológicos existen en su seno para distintas regiones geográficas. Tal comprensión es crítica con vistas a  predecir cómo se comportarán subterráneamente los contaminantes y qué consecuencias acarrearán en el medio. Así, metales pesados como Cd, Ni, Pb y Cr, son fuerte e irreversiblemente adsorbidos o precipitados en formas insolubles (esto último a pH altos). Algunos de estos contaminantes pueden liberarse, al aumentar la acidez del suelo como consecuencia de las lluvias ácidas o con las aplicaciones de algunos fertilizantes; las trazas de elementos pesados y compuestos orgánicos industriales tóxicos como PCBs, DEHP, que son adsorbidos por los coloides del suelo, ósea en partículas microscópicas de materia orgánica y arcilla; además los microbios del suelo atacan a otros compuestos como 2,4 DNP y PCP y con ello limitan fuertemente su llegada a los mantos freáticos.

 

El concepto de zona vadosa fue propuesto por Franz Posepny, geólogo y montañista austriaco (1836 – 1895) y adoptado por los científicos del suelo. Aunque estos últimos la  definen como una zona geológica, debido quizá a la magnitud de las profundidades comprendidas, no debe albergarse la menor duda que con el suelo y las actividades humanas  tienen un papel trascendente.

 

Otra visión moderna del suelo, lo analiza desde una perspectiva holística e incorpora explícitamente alguno de los servicios ambientales que presta. Desde este punto de vista, además de ser un sistema vivo y dinámico, atesora funciones primordiales para mantener la productividad de las especies vegetales que en él se establecen, un recurso en el mantenimiento de la biodiversidad, la calidad del aire y del agua, así como  ser de vital importancia  para preservar la salud humana y la calidad del hábitat (Doran y Parkin, 1994).

 

Sin embargo, el concepto de «tierra», que la califica como el sistema bioproductivo terrestre que comprende el suelo, la vegetación, otros componentes de la biota y los procesos ecológicos e hidrológicos que se desarrollan dentro del sistema, propuesto por la Convención de las Naciones Unidas de la Lucha Contra la Desertización, parece retomar nuestras tradiciones indígenas y es aún más integrador.

 

Aunque el surgimiento de la agricultura fue producto de la necesidad de producción de alimentos, poco a poco, su importancia ha sido substituida por otras actividades y a veces atentan contra la preservación de la vida. Uno de los ejemplos más recientes y deplorables son los mañosamente llamados biocombustibles que con mayor propiedad habría que denominarlos agrocombustibles. Así los agricultores y ganaderos como hemos manifestado, de manera inconsciente han tenido ese doble papel, generando paulatinamente un progresivo deterioro ambiantal. Un factor importante en países como México, han sido los programas gubernamentales, promovidos por agencias financieras internacionales, principalmente para desmonte y ganadería de pastoreo. Sin embargo tales iniciativas han inducido consecuencias ambientales, cuyos propagandistas pretenden ignominiosamente ignorar. Uno de ellos fue el programa FIRA del Banco de México. Es justo enfatizar que existimos otros actores, que también provocamos la desertización. En este contexto definitivamente interviene las economías del agua y la energía en todos los órdenes de nuestra vida, sobresaliendo en nuestro caso en la producción de alimentos.

 

A pesar de estar seriamente amenazada, prácticamente nada se ha hecho para alcanzar la autosuficiencia y menos aun para recuperar la fertilidad de nuestros suelos.

 

 

Pirámide trófico-alimentaria

Régulo León Arteta

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5 comentarios

  1. quisiera saber que se ha hecho en los ultimos años para recuperar los suelos

  2. quisiera saber que ha echo estos ultimos años p’q’ el suelo sigue muriendose poco a poco y no ha recuperado nada

  3. Agradezco las inquietudes, pero espero que no queden en sólo eso, purísismas inquietudes. Uno de los objetivos de este blog, es dar información y es un espacio de reflexión que a veces no se da ni en las universidades. Entre los que participamos tenemos diferencias de criterios y a veces bastante contrastantes, eso es parte de la diversidad necesaria en la naturaleza. Así también y de momento la decisiones son personales, como es el seguir investigando, enriqueciendo nuestros conocimientos y porque no tomar decisiones cotidianas mas acordes a ellos. Otra alternativa es esperar que los políticos las tomen por nosotros y me temo que los que pensamos por nuestra cuenta es poco atractiva. Sería el regreso de Stalin, Hitler, Mao, etc.

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