Paisajes, Percepción y Ciencia: El Ejemplo de los Diapiros

¿Qué hay debajo de esa imagen qué retenemos en nuestra memoria cuando nos impresiona un paisaje?, ¿cómo se han originado esas formas y esos colores?, ¿porqué en este lugar?, ¿porqué es así en este momento?. Estas son algunas de las preguntas que nos surgen cuando contemplamos un determinado ambiente. Formas, colores, luz, sentimientos, se entremezclan para reproducir una imagen que recordamos con el paso del tiempo y que representa la expresión de un escenario natural. Son muchos los elementos que intervienen en la percepción del paisaje, y muchas las interpretaciones que hacemos de su contenido. El análisis de cada uno de sus componentes solo nos aporta una impresión limitada de la realidad, cada elemento tiene su expresión y es resultado de múltiples combinaciones en el tiempo. Las formas del relieve  son el resultado de todos los procesos biológicos, geológicos, atmosféricos e hidrológicos, que han tenido lugar en una región. Clima, suelo y topografía determinan la vegetación. Clima, materia orgánica animal y vegetal, topografía y roca, condicionan el tipo de suelo. Suelo, vegetación, clima y relieve, condiciona a los habitantes. Colores, formas del relieve, tipo de vegetación, sentimiento del observador, condicionan una sensación, y el conjunto de todas ellas nos proporciona un recuerdo.

 

El paisaje natural tiene una doble connotación (1), la que surge de los sentidos: valoración subjetiva del observador, y la que se desprende del estudio de los componentes y procesos físicos, químicos y biológicos que en él tienen lugar. La valoración conjunta ofrece la dimensión adecuada del mismo, sentimientos y procesos definen una realidad, donde se relacionan, no solo la supervivencia de las especies que él habitan, sino también, el desarrollo económico y cultural de la región.

 

 

 

Paisaje Diapírico de Poza de la Sal

Como vemos son múltiples los elementos que intervienen y variadas las combinaciones que definen un paisaje, pero no cabe duda, que hay determinados paisajes que se identifican por elementos concretos: una veces su historia, otras su utilidad, otras su belleza, y en algunos casos también por su propiedad. Se integra, por tanto, el hombre en el paisaje y  hace que la naturaleza alcance una dimensión que trasciende su propio carácter al añadirle el plano de lo sociocultural. La historia de nuestros antepasados y del propio planeta esta presente en cada palmo de terreno que observamos, y no podemos sustraernos a la importancia que representa en cada observador ese territorio, ni ese territorio en el conjunto del planeta.

 

Un ejemplo de conexión entre paisaje, como ecosistema autóctono, y sus habitantes, donde seres humanos y naturaleza encontraron desde antaño su equilibrio, lo constituyen las formaciones diapíricas de procedencia salina, repartidas por diferentes lugares de la Península Ibérica. En ellos, la explotación de su riqueza, en este caso la sal, marcó la economía del lugar.

 

Tienen su origen, las formaciones diapíricas, en la deposición de potentes depósitos de sal cuando se abrió por primera vez -hace aproximadamente doscientos millones de años- el océano Atlántico. El término diapiro, deriva del griego “diapeirein” que significa “perforar”. Se refiere a las estructuras formadas cuando un cuerpo de roca asciende atravesando los materiales rocosos sobreyacentes.

 

Estudiados, en algunos casos, como formaciones asociadas a bolsadas de petróleo (2), los diapiros son pliegues del terreno en forma anticlinal que tienen con frecuencia un núcleo salino. Las capas de sal enterradas constituyen grandes masas que se desplazan vertical y horizontalmente siguiendo el relieve del zócalo paleozoico. Presentan estas una gran movilidad debido, entre otras razones, a tener una menor densidad que las capas adyacentes, y a su bajo grado de viscosidad efectiva, que hace tengan una alta velocidad de deformación, pudiendo fluir rápidamente incluso cuando las fuerzas a las que esta sometida son pequeñas.

 

En estas condiciones, cuando el movimiento es vertical, la sal asciende en forma columnar, a modo de grandes troncos, que van rompiendo y penetrando lentamente los estratos hasta que finalmente se estabiliza. Estas columnas de sal pueden llegar a tener una extensión vertical de varios kilómetros y tan solo dos o tres kilómetros de diámetro. Es típico que la columna esté coronada por un tapón o capuchón de caliza, yeso o anhidrita, empujadas hacia arriba por la sal ascendente, originando en superficie un abombamiento en forma de cúpula que se conoce con el nombre de “domo salino”.

 

  

Diapiro de Poza de la Sal y Salinas 

En ocasiones, entre las rocas sedimentarias de la superficie, aparecen afloramientos de rocas ígneas de origen volcánico o subvolcánico, procedentes de antiguas actividades sísmicas que dejaron materiales sueltos, los cuales fueron posteriormente arrastrados por la sal en su ascenso.

 

Un ejemplo de este tipo de diapirismo lo encontramos en el norte de la Provincia de Burgos, concretamente en la localidad de Poza de la Sal, probablemente única geoforma en la Península Ibérica donde la simetría del domo culmina con una masa rocosa de materiales ígneos con estructura ofítica y color pardo muy oscuro (3). Este enclave se localiza en el centro  de un valle circular, rodeado, a modo de gradas de un circo, por grandes afloramientos de rocas calizas del páramo que se asientan en capas donde se entremezclan rocas mas blandas –margas, arcillas y yesos- que suavizan la pendiente. Por su extremo sur, el “Castellar”, así llaman los pozanos al diapiro, se abre en forma de valle hacia la depresión de la Bureba. El terreno presenta una gran variedad de colores: rojos, blancos, azules y pardos, contrastan con el tono oscuro, casi negro, de la piedra que culmina. En su base todavía se aprecian las cárcavas, canales y terrazas en las que durante milenios se laboreó la sal y que nos hace recordar su antigua prosperidad.

 

 

Diapiro de Poza de la Sal

 

En este punto encontramos las preguntas con que empezamos. ¿Qué hay debajo de este paisaje? ¿Cómo se han originado sus formas y colores? Las respuestas son varias, pero si tuviéramos que decidirnos por alguna, no estaría mal escoger roca y suelo. Dos elementos básicos en la descripción de un territorio, y sin embargo no son siempre los más estudiados cuando analizamos un paisaje. Las rocas constituyen el soporte y el origen de la capa superficial formada por el suelo, su estudio es fundamental si queremos entender las formas del terreno y la historia de la Tierra. El suelo es la epidermis del planeta, sin él no podría existir la vida como hoy la entendemos, su destrucción o contaminación representa una catástrofe de dimensiones no calculadas, porque como todo bien no renovable a corto plazo, y el suelo lo es, su recuperación tardaría miles, incluso millones de años en producirse

 

De los dos elementos me centrare a partir de este post en los suelos, que al fin y al cabo son mi especialidad, y analizare alguna de sus características más destacadas: morfología, propiedades físicas, propiedades químicas, así como los procesos genéticos que en ellos han tenido lugar.

 

Primera parte del artículo remitido por el Autor a la Revista de la Sociedad Española de Historia Natural. Publicado en el número 6 de Marzo de 2004, paginas : 67-74

 

Referencias

[1] F. González Bernáldez (1991). Ecología y Paisaje. H. Blume (Eds). Madrid.

2 A. N. Strahler (1987). Geología Física. Omega (Ed). Barcelona

3A. López Lafuente, I. Valverde Asenjo y C. González Huecas. (1999). Soils Developed in Diapiric Environment. Commun. Soil Sci. Plant Anal. (30): 1183-1199

 

Antonio López Lafuente

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2 comentarios

  1. Hola,

    Mi nombre es Miguel Pou y soy presidente de la ONG "El Proyecto Félix" Rodríguez de la fuente, y no tardara en salir un libro mío sobre Félix, que tambien trata del diapiro de Poza de la sal, y en http://weblogs.madrimasd.org/universo/archive/2007/11/01/77887.aspx tienes una foto preciosa de El Castellar, por lo que te pediria si amablemente puedes dejarnosla poner, en su caso enviarla mejor de píxeles (más nítida)

    Nos movemos con muy escasa economía.

    Saludos! y gracias,

    En tu respuesta, ruego incluyas esta carta mia.

    Gracias,

    Miguel Pou

    proyectofelix@yahoo.com

  2. Miguel,

    Las fotos no son nuestras. Bajo cada una, en el pie de foto, el texto tiene un hipervínculo que lo enlaza con la página Web de la que se extrayó. Mira allí.

    saludos Cordiales

    Juanjo Ibáñez

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