Como algunos de vosotros sabéis, acabo de regresar de una larga gira por el México rural. Y todo fue muy bien. Sin embargo, al margen de las maravillas de la naturaleza que atesora este país, vi mucha pobreza. ¡Demasiada!. Hablando con los organizadores del vieja pretour del congreso, así como con los colegas de otros países de Latinoamérica surgió “demasiadas veces” el tema de la miseria ciudadana, que en este continente se asocia a corrupción política, como en muchos otros. La opinión pública española se encuentra sacudida últimamente por este cáncer, agravado por la globalización económica y una política económica desastrosa. No relataremos hoy nuestros males, siempre menores.

 

Sentados al aire libre en una cafetería de Oaxaca, los niños se arremolinaban pidiendo unas monedas.  Ya habíamos sido advertidos de que no les diéramos dinero alguno, por cuanto solían estar esclavizados por bandas de adultos que les obligaban a entregar el dinero recaudado. Escépticamente probamos una estrategia un tanto “cutre”, pero que funcionó. En lugar de atender sus solicitudes, tomamos papel y unos cacahuetes que estaban sobre la mesa. Elaboramos cucuruchos y los rellenamos con tales frutos. Pues bien, en lugar de protestar, se acercaron muchas más criaturas que, puestas en fila, los recogían la mercancía y se sentaban junto a una pared para engullirla, no sin antes darnos las gracias con unas caritas que estremecían el alma. Efectivamente, no era dinero lo que realmente necesitaban. Eso si, nos salió el experimento a tres sabrosas margaritas por cabeza. Como no habíamos comido casi nada, al levantarnos para ir cenar llevábamos ya una estupenda “melopea” ”hip”. En este desdichado mundo, existen países pobres debido a la falta de unos adecuados recursos naturales y la desafección internacional. Empero en otros no es así. Hablamos de Estados ricos con un porcentaje muy elevado de ciudadanos extremadamente pobres (Brasil, India, etc., etc..). Comencé a reflexionar sobre las diferentes situaciones que pueden llevar a un país a la pobreza (……).

 

 

 

Pobreza en algunos países de Latinoamérica. Fuente: Blog creamoselfuturo

 

México es relativamente extenso (varias veces el tamaño de España). Posee un gradiente climático formidable. Ciertas regiones atesoran buenos recursos y otras no. El petróleo es una fuente de ingresos esencial y no escasea. ¿Llega los resultados de tal riqueza a los ciudadanos? El consenso era unánime ¡No!. Pero lo mismo ocurre en otros muchos Estados Latinoamericanos.

 

Días antes, viajaba charlando con nuestro amigo y colaborador Régulo León Arteta   (Xalapa), al que por fin podía conocer personalmente. Admirábamos suelos fértiles con ricos horizontes móllicos, sobre los que crecía una exuberante vegetación bajo un clima que por aquel lugar regaba los campos con más de 1.500 mm de precipitación anual. El potencial de tales recursos agrarios, en el Estado de Veracruz, parecía magnífico. Empero seguía visionando pobreza por todos los lados. ¿Porqué? Pero una vez más lo mismo es cierto para otras muchas regiones de Latinoamérica.  ¿Porqué?. Si contara todo lo que me narraban los colegas de varios países hispanoparlantes con los que hablé, seguramente me cerrarían la bitácora. ‘¡escalofriante!. Creemos que la prensa española nos informa “moderadamente” de la realidad que acaece en el mundo, pero resulta ser absolutamente falso. Les pregunté sobre la agricultura industrial y el agronegocio, con sus transgénicos. La opinión era unánime. ¡Asco, explotación abusos, etc.! Y hablo de investigadores y técnicos, gran parte de los cuales son ingenieros agrónomos.

 

 

 

Mapa mundial de la desnutrición en el mundo. Fuente Taringa

 

Retornemos al asunto principal sobre el que versa este post. Aparte de la rapiña de los países desarrollados y las guerras que sacuden a medio mundo (bajo intereses muy oscuros, ya que los conflictos tribales mayoritariamente esconden otro tipo de intereses pecuniarios sobre los que inciden terceros agentes), es cierto que la pobreza en ciertos Estados corresponde a una sobrepoblación en ambientes precarios para la producción agropecuaria, ya sea por la llamada desertificación (degradación ambiental) y/o por las fuerzas naturales en si mismas. En cualquier caso, las fronteras que legamos a las antiguas colonias europeas, resultan ser una gran parte del problema. ¿Por qué hablamos de vacunaciones, cuando de cualquier modo muchos morirán de hambre? Adicionalmente, la gobernanza de tales países manifiesta unos síntomas de corrupción nauseabundos. No hay patas para sujetar la mesa por si solas. Necesitan ayuda exterior, pero también gobiernos comprometidos en la lucha por salvar la vida de sus ciudadanos. Raros son los casos en que tal hecho ocurre, si nos fijamos en los fríos datos, y no en las calenturientas proclamas de sus dictadores (casi todos de alguna forma lo son), populistas, o simplemente corruptos y sanguinarios. Lo dicho, o interviene una gobernanza mundial decorosa, o poco se puede hacer.

 

Sin embargo existen otros Estados que, como México, Brasil, Argentina, Venezuela, etc. atesoran muchas más riquezas (ya sean minerales y/o energéticas y/o agrarias). Empero los paisanos viven mal, sobreviviendo muchos bajo el umbral de la pobreza. Y aquí sus gobiernos no pueden escudarse en vagos argumentos contra el capitalismo. Si el dinero ingresa, lo primero es atender a las necesidades básicas de la población. Hablamos de alimentos y sanidad (incluso soslayo la libertad, así como la educación, que debieran ineludiblemente  estar incluidas). Pero no es así. Si el capitalismo y las multinacionales azotan a los habitantes de demasiados países del mundo habría que preguntar a sus gobernantes quien les abre las puertas para que se instalen allí. Ellos son los que dan y quitan permisos o licencias. Pero oligarquías postcoloniales y corrupción siguen frotándose las manos ante las miserias de los paisanos. Casi todos los compañeros latinoamericanos con los que hablé pensaban lo mismo, ni comunismo andino, ni gobiernos de derechas resultan ser la solución. Aunque si hay que elegir…….. cada uno  atesora sus inclinaciones políticas, que no optimismo.

 

Si hay recursos, y el pueblo padece hambre, sabemos que la gobernanza anda mal. Sería interesante cuantificar que porcentaje de paisanos padecen pobreza en países “potencialmente ricos”. No vale incluir todos los tipos de padecimientos en un mismo saco. La miseria, es un síntoma más que una enfermedad. Muchas son las causas que pueden generarla. Empero debemos separar unas situaciones de otras, con vistas a evaluar este tema debidamente.

 

Marx se equivocó: Una pobreza fractal         

Desde hace años vengo defendiendo que la distribución espacial de los recursos naturales es todo menos equitativa. Del mismo modo, la evolución cultural conlleva inexorablemente a la emergencia de jerarquías y castas, que se maximizan en los imperios. Parece ser otra ley inexorable. Siempre me he preguntado porqué el Marxismo jamás tuvo en cuenta este hecho. Ir contra natura resulta contraproducente. La distribución de la riqueza en los estados del bien estar nos muestra resultados incuestionables. Con independencia del Producto Interior Bruto (PIB) de cada país, siempre aparecen unos pocos ciudadanos extrañadamente ricos (“o poderosos”), decreciendo rápidamente el bienestar individual para surgir una enorme masa de paisanos con escasos recursos “en términos relativos”, se decir un función de cada país. Obviamente, el poder adquisitivo de una persona con ingresos modestos en Dinamarca es muy superior a la de Nicaragua, por citar dos ejemplos. ¡No es el mismo!. Empero si la tendencia.

 

Hablamos de las denominadas distribuciones de colas largas o crasas. Ellas pueden ser de tipo exponencial, geométrico, logarítmico, potencial, o del denominado palo quebrado, entre otros. Sin embargo, si bien ninguna de ellas es equitativa, aparecen en la naturaleza por doquier. Jamás he visto una distribución espacial de recursos naturales “idealmente marxista”, es decir equiprobable. No obstante, entre los tipos de distribución mencionada, aparecen conspicuas diferencias, en lo concerniente a la equitatividad.

 

Cuantificando las desigualdades y la pobreza

Muchos expertos en biodiversidad y ecología suelen hacer uso de cuatro modelos de distribución de abundancia. Dos de ellos dan cuenta de los extremos. Así, la distribución geométrica resulta ser la menos equitativa y el modelo de palo quebrado la que más (”abundancia de paisanos incluidos en lo que denominamos clases medias”). La serie logarítmica es la menos equitativa tras la geométrica, mientras que la lognormal se acerca más al modelo de palo quebrado. Hace unas pocas décadas, el afamado ecólogo Robert May, tuvo la ocurrencia de aplicar estas cuatro distribuciones estadísticas para analizar la distribución de la riqueza en determinados países. Si recuerdo bien, también la usó en periodos diferentes para la economía del Reino Unido. En los países con mejor bien estar en Europa, la lognormal, o la de palo quebrado eran la regla. Del mismo modo, la distribución de la riqueza en UK, tras un periodo de crisis económica había pasado de ser conforme a la lognormal a ajustarse a la serie logarítmica (menos equitativa). Se me antoja un sistema sumamente sencillo con vistas a inventariar y monitorizar las desigualdades y pobreza en el mundo, en lugar de las cifras brutas, que ofrecen menos información. May no uso jamás un modelo equiprobable, es decir “marxista”. Simplemente debió creer, como yo, que lo que no acaece en la naturaleza raramente lo hace en las sociedades humanas, siendo posiblemente una situación instable. 

 

¿Porque no analizar los datos de esta forma?. No me interesa si un país es la primera potencia mundial por su PIB, si muchos de sus ciudadanos pasan hambre, o la riqueza se encuentra muy mal repartida. Lo realmente importante es acercarse al modelo de palo quebrado, tanto como sea posible, o alcanzarlo. Al fin y al cabo la economía debiera ser sierva del ciudadano y no al revés. Se trata del principal mal de la civilización actual. ¿Qué ocurriría en los países latinoamericanos o incluso en España si lleváramos a cabo tal análisis y lo monitorizáramos en el tiempo?. A nivel global, se puede hacer lo mismo. Seguro que nos llevábamos una desagradable sorpresa. Si atendemos a estudios globales, nacionales y regionales aplicando este simple procedimiento, intentando corregir desigualdades, posiblemente lográramos obtener una información valiosísima a la hora de comprobar el deplorable estado del mundo en el que vivimos. Probablemente, en lo que este tema atañe, no hemos avanzado tanto como los apasionados de la tecnología defienden, respecto a tiempos pretéritos.

 

Bienestar y felicidad 

Una constante de la que nos informan alpinistas, aventureros y algunos periodistas que cubren las noticias del tercer mundo, consiste en su asombro ante la felicidad que irradian personas bajo el umbral de la pobreza frente a los rostros serios y preocupados de la mayor parte de las personas que viven en los denominados estados del bienestar. Parece obvio que la riqueza no genera mayor satisfacción. Ósea que los recursos están mal distribuidos y encima no son plenamente gozados por los más afortunados. Quizás si los ricos dieran algo a los pobres. En lugar de la espalda…….

 

Algo falla estrepitosamente en esta sociedad del despilfarro cuando un niño afortunado está triste por no tener el último modelo de ipod, mientras que otro juega alegremente con una pelota de tela en un campo de refugiados. Quizás se trate de la venganza de la pobreza.

 

Pero, ¿Porqué se pasa miseria en Veracruz si hay recursos para que tal hecho no ocurra?. México no es un país que requiera de grandes ayudas exteriores, sino de otro que padece un cáncer interno que lo devora. ¿Cuántos Estados se encuentran en la misma situación?. ¡Demasiados!.  México no es un caso singular, por desgracia.

 

Juan José Ibáñez

 

Dedicado a los pequeños  mendigos de Oaxaca

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5 comentarios

  1. Muy interesante el post Juanjo. No te preocupes, puedes contar lo que quieras en este espacio, el gobierno ha dicho que no va a cerrar blogs

    Saludos

  2. hola. Es dificil comentar el mapa de niveles de desnutricion en el mundo, sin que aflore el nacionalismo propio de decir: «En mi pais comemos mejor que otros» etc etc, pero me llama la atención que Chile esté pintado de verde clarito y Argentina en verde fuerte, cuando es de publico conocimiento que los indicadores sociales y económicos siempre son mejores los del pais trasandino. Pero tambien nosotros (uruguay) estamos en verde clarito! Y sin embargo no hay pais en el mundo que coma mas carne que nosotros, ni EEUU ni Argentina ni nadie, porque aquí se da la paradoja que pese a ser todos pobres, hay 4 vacas por habitante y la carne es mas barata que la verdura

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