No hace muchas décadas, es decir con anterioridad a la revolución “¿verde?” de la década  de 1960, los paisajes agrarios europeos atesoraban mucha mayor biodiversidad y belleza que hoy en día. Pero emergió la agroindustria, con sus agroquímicos y maquinaria pesada,  comenzando la pesadilla. En las últimas décadas, el descenso de la biodiversidad ha sido alarmante, tanto como la degradación del medio ambiente. La eliminación de setos y árboles, la sustitución de pastos y prados naturales por otros artificiales, así como el abuso de plaguicidas y abonos han causado un efecto devastador, sobre el pasaje (contaminación, y susceptibilidad a las pagas), la salud humana y la propia estabilidad los agroecosistemas agrarios. Hoy, se reconoce el fracaso de aquellas iniciativas gubernamentales, volviéndose a financiar lo que en su día se degradó en nombre del progreso, la ciencia y la tecnología. Una manera más de malgastar los fondos públicos, en pro de la degradación de los paisajes y en beneficio del falso productivismo que proclaman las multinacionales.

setos-y-árboles-en paisajes-agrarios. Fuente: Eucaland-project

Paisaje Agrario en Austria. Fuente: Eucaland Project

 Empero, mientras por un lado deshacemos el camino recorrido, por el otro seguimos maltratando tales paisajes introduciendo transgénicos, etc.

Ningún ecólogo duda ya de la importancia, en su conjunto, de la biodiversidad de los paisajes agrarios en aras de mantener su sustentabilidad. Se proclame o no en voz alta, el conocimiento campesino le ha dado una soberana lección a la tecnología agroindustrial. Setos de matorral y arbolado son dos elementos esenciales en la dinámica del paisaje y no meros adornos decorativos o nos querían hacer creer. Su valor es múltiple, se mire por donde se mire. Tanto es así, que exponer un listado de todos los beneficios que proporcionan tanto a la biosfera, como al  propio ser humano, requeriría un ensayo científico, más que un mero post. Sin embargo, enumeremos algunos, a modo de ejemplo.

1. Incrementar la biodiversidad aérea y del suelo, incluyendo la de organismos polinizadores y antagonistas de las plagas que afectan a cultivos y pasturas. La presencia de micro-hábitats que proporcionan setos y árboles resulta pues esencial.   

2. Mayores contenidos de materia orgánica y biomasa radicular que mejoran las propiedades hidrológicas de los suelos y retroalimentan positivamente su biodiversidad.

3. Barreras contra la erosión eólica en llanuras, e hídrica en laderas pendientes.

4. Ampliación del periodo fenológico de pastos praderas, de al modo que se expande el tiempo en e que el ganado puede alimentarse in situ.

5. Efecto amortiguador y tampón sobre las fluctuaciones del clima (heladas, exceso insolación) que dañan la vegetación, generando adicionalmente hábitats que proporcionan cobijo al ganado en momentos críticos (fuertes insolaciones estivales, vientos y fríos intensos, etc.).

6. Potenciación del efecto descontaminante de los suelos en lo que concierne a agroquímicos (plaguicidas, abuso de abonos minerales, antibióticos depositados por las heces del ganado –ver post publicado el 11 de febrero de 2010-).

7. Por la razón ludida en ítem anterior, también mejoran la calidad de las aguas, superficiales y subterráneas.

8. No olvidemos tampoco que, los vegetales y el ganado así producidos, son más saludables y sanos que los proporcionados por la agricultura industrial, y como corolario más saludables para las incesas humana y animal.

9. Hábitats fundamentales para las aves migratorias y otras formas de vida salvaje.

10. Valores estéticos de gran valor emocional para los campesinos y urbanitas,

11, 12, 13… Etc., etc. etc…..

Así pues, no nos dejemos engañar una vez más y apostemos por una revolución agroecológica, en lugar de otra biotecnológica (e decir la agro-industria), que es la que propicia el capital y cuyas consecuencias estamos padciendo.

La noticia que os dejamos abajo editada por Sciencedaily, da cuenta de ello. De lo que no nos informa es que los campesinos fueron engañados en su día,  e inducidos a desmantelar sus bellos paisajes tradicionales. Más informaron sobre estos temas en nuestra categoría “Etnoedafología y Conocimiento Campesino”.

 Setos vivos y paisajes agrarios. Fuente: The Ecology of Hedgerows and Verges

Setos vivos. Fuente: The Ecology of Hedgerows and Verges 

Juan José Ibáñez             

Hedgerow Trees Key To UK Biodiversity

ScienceDaily (Apr. 19, 2009)Paying farmers to protect and establish more hedgerow trees could be crucial to halting the decline in biodiversity in the British landscape, Oxford University scientists have found.

The team focused on larger moths – many of them spectacularly beautiful – as an important indicator of biodiversity, recording the number and diversity of 270 species of moths on 16 arable farms across Oxfordshire.

What they found was that whilst wide field margins – for which farmers are already financially rewarded – are beneficial for moth populations, hedgerow trees had an even greater impact: in some landscapes boosting moth numbers by 60 per cent and their species diversity by 38 per cent.

‘Our results suggest that the shelter provided by hedgerow trees is probably the main reason for their beneficial effects on moth numbers and diversity,’ said Dr Thomas Merckx of Oxford University’s Wildlife Conservation Research Unit (the WildCRU) the lead author of the report. ‘They create a sheltered microclimate for individual moths and may act as ‘stepping stones’ enabling moths and other insects to cross open agricultural spaces. This could make hedgerow trees even more important in the future for British and European biodiversity, since they may mitigate some negative effects of climate change by allowing species to move northwards in response to climate change, even through agricultural landscapes.’

Currently the restoration and management of wide field margins is financially rewarded in the EU but there are no such incentives for farmers to manage hedgerow trees.

Dr Merckx said: ‘What our research shows is that, if we are to preserve the biodiversity of agricultural landscapes in Britian and Europe, we have to think bigger than measures relating to individual fields and individual species, and examine what we can do to strengthen the diversity within landscapes and ecosystems as a whole.’

Professor David Macdonald, founding Director of the WildCRU, who led the Oxford University team that collaborated with the charity Butterfly Conservation, said: ‘We got the best results where we targeted farmers to join agri-environment schemes, probably because this resulted in the joining up of good habitat across the landscape.’ Professor Macdonald added, ‘nowadays, the taxpayer pays farmers as custodians of biodiversity in the countryside. It’s important that these agri-environment payments deliver the sort of countryside that the public wants, and our research is intended to provide the evidence policy-makers need.’

The research was funded by the Esmee Fairbairn Foundation, and is part of the WildCRU’s wider programme of studying how to conserve wildlife on farms in the Upper Thames Valley, research which spans water voles to otters, damsel flies to badgers and harvest mice to fish.Professor Macdonald said: ‘With the moth results in hand, our next step is to test the effects on the bats that feed on them – the idea of the Upper Thames project is to explore links between farming and the whole food web on farmland.’

The researchers studied 270 British moth species as part of the work including:

Garden Tiger [Arctia caja] – has seen an 89 per cent decline in last 35 years*

White Ermine [Spilosoma lubricipeda] – has seen a 77 per cent decline in last 35 years*

Magpie moth [Abraxas grossulariata] – has seen a 69 per cent decline in last 35 years*

*Data from Rothampsted Research; The research was funded by the Esmee Fairbairn Foundation.

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