Masái, ¿Etnoveterinaria? Si, ¿Etnoveterinaria?. Desconozco porque si existe el palabro etnoagricultura, al menos en español, no se usa otro equivalente de  etnoganadería. Muchos días uno comienza a escribir para la bitácora temas ambientales pero (….), conforme accedo a la información de Internet, la sangre se hiela en mis venas, o todo lo contrario, se calienta hasta hervir por la rabia y la frustración que me generan esas lecturas. ¿Resultado? La noticia científica pasa a segundo plano, y me desgarro indignado contra una sociedad (suciedad) globalizante, bobalizante, asesina, magnicida (…). Hoy os deseaba mostrar un ejemplo de etnoganadería y etnoveterinaria (incluida epidemiología), ya que al parecer puede rivalizar en su contexto regional con la que denomínanos moderna. Como pueblo ganadero de la sabana Los Masái, distinguen las enfermedades de sus rebaños, adoptan las pertinentes medidas de control e incluso informan a las autoridades, para que tomen medidas, de las que pueden acechar a animales salvajes hasta hacerlos enfermar, Hablamos de especies tan emblemáticos como los leones, entre otros muchos. Y es que también unos ganados y otros pueden infectarse entre sí. La nota de prensa de cuenta de ello y el trabajo original en suajili se encuentra en acceso abierto, por lo que todos lo podéis leer. Ya sabéis que en este blog es habitual bromear con la lengua del imperio (la anglosajona) a la que denominamos suajili. Empero los Masaí son los verdaderos “suajileños”. Cabe mentar, que también que, al menos actualmente, hacen uso de la agricultura cuando las autoridades se lo permiten. Empero todo se perderá debido a que les expulsan de sus tierras, ya sea para que sean ocupadas por “otros” foráneos, ya para el suculento negocio de los safaris. Y así, son relegados a los paisajes de suelos mas pobres y infértiles. A la postre los adláteres del capital alegarán que sus producciones ganaderas son deficientes, que generan sobrepastoreo y bla, bla, bla. Todo mentira. Mientras el artículo admira el manejo y conocimiento tanto del ganado como de sus enfermedades, lo cierto es que ellos y su cultura perecerán al objeto de que los ricachones cacen leones, elefantes y otros mamíferos de la sabana.

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Masái Mara. Paisaje del Serengueti al suroeste de Kenia. Fuente: Positive Viajes

Si los Masái, han logrado sobrevivir con su ganado, ineludiblemente lo es porque conocían sus suelos fértiles y la producción pastoral que generaban. Empero ahora no pueden elegir (se les ofrece lo peor), en el mejor de los casos, es decir si no les expulsan inmoralmente de las tierras de sus antepasados. Como apunta la nota de prensa de hoy: “Por un lado diagnostican y tratan correctamente las enfermedades que tienen sus animales, y por otro, diagnostican e informan a las autoridades de Kenia al observar un animal salvaje enfermo«. Dicho de otro modo, ayudan a los que les vejan, allá por las inmensas llanuras del Serengueti. Comenzaré pues dejando algunos fragmentos que sobre el tema atesora Wikipedia en varios capítulos. Seguidamente podréis leer la tragedia de los Masai para posteriormente constatar como se les admira por sus conocimientos veterinarios y el manejo “productivo” de sus ganados. Y tener en cuenta lo siguiente. Si los rebaños de los Masáis cohabitan y comparten agua y pasto con la maravillosa fauna de la sabana, es el resultado de un respeto atávico por la naturaleza en la que habitan y a la que respetan y aman. De no ser así, como en otros espacios abiertos del planeta, la maravillosa fauna con la que nos deleitamos en los documentales ya se habría extinguido. Empero como realizaron una gestión sustentable del territorio, conviven con ellos, mientras que actualmente, muchos de los que procedemos de aquellos pueblos que exterminamos nuestras fauna, viajamos allí con sarmas para  dar cuenta de la ajena. Y con este propósito, es “rentable” expulsar o maltratar al pueblo gracias al cual han pervivido sus presas de caza. Toda una lección de ética, coherencia, cultura y sostenibilidad la del «hombre blanco», es decir de los “decolorados”. Y no sigo porque se me pone una mala leche (…..)

Juan José Ibáñez

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Los leones también salen beneficiados de los conocimientos aborígenes “veterinarios” Masai. Fuente: Ultimate Africa Travel Serices

Masái según Wikipedia (fragmentos)

Los masái o masáis (también se escribe frecuentemente maasái) son un pueblo estimado en unos 883.000 individuos, que viven en Kenia meridional y en Tanzania septentrional. Hablan maa, que es una lengua nilótica oriental, si bien muchos de ellos son capaces de expresarse correctamente en suajili e inglés. La mayoría de los masáis mantienen su religión tradicional, aunque en los últimos años algunos se han convertido al cristianismo (…).

El sistema político masái está descentralizado; realizan reuniones de ancianos y discusiones públicas para decidir sobre los asuntos más generales. Lo que impera es la importancia del ganado. Algunos de sus representantes han sido vistos en reuniones democráticas en la capital, Nairobi, vistiendo traje, y algunos de los jóvenes acostumbran a jugar al billar y ver la televisión en aldeas cercanas donde no siempre son bien recibidos debido a las diferencias culturales. Su religión se centra en torno a creencias místicas que conciernen a los masáis, a su ganado y a Dios. Las vacas son sagradas y, por tanto, lo son su tierra y todos los otros elementos concernientes a su ganado. El ganado provee de todas las necesidades a los masáis: leche, sangre y carne para su dieta (producen una especie de yogur fermentando la leche con sangre de animal), cuero y pieles para su ropa. Poseen representación en la UNPO.

Su situación se complicó cuando en 1975 se prohibió la agricultura en la Zona de Conservación de Ngorongoro. Para sobrevivir se han visto obligados a participar en la economía monetaria de Tanzania. Han tenido que vender sus animales y su medicina tradicional para obtener comida. En 1992 se levantó la prohibición y de nuevo la agricultura se convirtió en una parte importante del sustento masái. Las fronteras de los parques y la privatización de la tierra han continuado limitando las zonas de pastoreo para los masái y les han obligado a cambiar considerablemente.[9]

Recientemente, los masái de Loliondo, al norte de Tanzania, se enfrentan a la amenaza del acoso al que los someten las autoridades locales, responsables de la quema de poblados para dar paso a una empresa de caza, la Otterlo Business Corporation.[10]

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Los Masái y su pastoralismo. The Pastoralist Life: embracing change in the Masai Mara

Masái Mara

Masái Mara (o Massai Mara o Maasai Mara) es una reserva natural nacional situada al sudoeste de Kenia en la región del Serengueti, y es en realidad una continuación del parque nacional del Serengueti. Se llama así porque la tribu masái, habita dicha zona, y por el río Mara que lo cruza. Es famoso por su fauna excepcional (…).

Ocupa un área de 1.510 km² en la zona del Gran Valle del Rift. (…).La mayor parte del territorio es sabana salpicada por las distintivas acacias. La fauna tiende a concentrarse en la zona occidental del valle, ya que el acceso al agua es más fácil. La frontera oriental del parque dista unos 224 km de Nairobi.

El Masái Mara es famoso por su población de leones y por ser el hogar de especies amenazadas tales como el rinoceronte negro, el hipopótamo que se encuentra en los ríos Mara y Talek, y el guepardo, habiéndose reducido notablemente el número de ejemplares de este último. Otro carnívoro que puede ser encontrado en gran número es la hiena manchada.

Sin embargo, el verdadero poblador de este parque es el ñu, como ocurre en el Serengueti, ya que su número es estimado en millones. Todos los años, en el mes de julio, estos animales, igual que las cebras, migran desde las planicies del Serengueti en busca de pastos más frescos y regresan en octubre. Especies de ungulados viven en este parque como la gacela de Thomson y la gacela de Grant o el impala, y se encuentran igualmente manadas de jirafas. El Masái Mara es también el hogar de más de 450 especies de aves. Está administrado por el gobierno de Kenia, y tiene unidades contra la caza furtiva, situadas fuera de las zonas frecuentadas por los turistas.

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Masáis. La Libreta de Mou

¿A qué problemas se enfrentan?

Una de las amenazas más inminentes para los masais la constituyen los cazadores de la región de Loliondo, en el norte de Tanzania. Allí, las autoridades han quemado poblados masais, y miles de sus habitantes han sido evacuados brutalmente para conceder un mayor acceso a territorios de caza a una compañía, la Otterlo Business Corporation Ltd (OBC). (….) Los masáis de Loliondo viven ahora sin techo, y su ganado está muriendo al no tener acceso al agua y los pastos. La mayor parte de lo que fuera territorio masai ya ha sido usurpado por haciendas o granjas privadas, para proyectos gubernamentales, parques naturales o concesiones privadas de caza. En general, conservan sólo las áreas más secas y menos fértiles. El estrés que esto provoca en sus rebaños se ve con frecuencia agravado por los intentos del Gobierno de “desarrollar” a los masais, basándose en la idea de que tienen demasiado ganado para la extensión de tierra.

Noticias de los masais Según Survival.es (survival Internacional)

Aumenta la presión sobre el Gobierno de Tanzania tras las expulsiones de masai 29 septiembre 2009

Masai expulsados y encarcelados para dar paso a una concesión de un safari de caza 20 agosto 200 9

Los masáis y su papel clave en el control de las enfermedades animales

Un estudio liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha concluido que los indígenas de la tribu keniana de Masái Mara poseen conocimientos ‘robustos’ sobre las enfermedades que sufren sus animales y aplican tratamientos científicamente comprobados para acabar con ellas. El estudio, publicado en la revista PLoS ONE, señala que el 93% diagnostica correctamente las enfermedades de su ganado, un conocimiento que se transmite de generación en generación.

FUENTE | CSIC; 10/10/2012

El trabajo, realizado en colaboración con científicos del Kenya Wildlife Service, en Kenia, y la Universidad de Ceará, en Brasil, concluye que estos indígenas juegan un papel positivo por dos razones. «Por un lado diagnostican y tratan correctamente las enfermedades que tienen sus animales, y por otro, diagnostican e informan a las autoridades de Kenia al observar un animal salvaje enfermo«, destaca el investigador del CSIC en la Estación Biológica de Doñana Samer Alasaad.

CONTROLAR LAS ENFERMEDADES

Los investigadores han llevado a cabo un cuestionario oral a ganaderos de la reserva natural de Masái Mara, en la región del Serengueti al suroeste de Kenia, para evaluar sus conocimientos acerca de la sarna, una enfermedad que afecta severamente a los animales domésticos y salvajes de la región. «Los resultados indican que el 66% sabe cuál es el parásito que la causa. El 69% conoce además su posible transmisión entre animales domésticos y salvajes«, indica Alasaad.

Entre 2007 y 2011, los masáis informaron de la presencia de 59 animales salvajes enfermos, lo que facilitó que las autoridades kenianas capturaran y trataran a los animales, una tarea para la que contaron con la colaboración de investigadores del CSIC. Por eso los científicos destacan en su estudio la importancia de incluir a los indígenas en los programas de control de enfermedades, no solo de Kenia, sino en todas partes del mundo.

«Los nativos con bajo poder económico en muchos países, como es el caso de esta tribu, conviven con sus animales domésticos y, al mismo tiempo, el ganado comparte espacio, pasto y agua con los animales salvajes de Masái Mara; de ahí la importancia de que estas tribus sean testigos directos de las enfermedades que afectan a sus animales», concluye el investigador del CSIC.

Gakuya F., Ombui J., Heukelbach J., Maingi N., Muchemi G., Ogara W., Mijele D., Alasaad S. Knowledge of mange among Masai pastoralists in Kenya. PLOS ONE. DOI: 10.1371/journal.pone.0043342.

Resumen del Trabajo. Bajar el mismo pinchando aquí

Background

Pastoralists in low-income countries usually live in close proximity to their animals and thus represent an important repository of information about livestock disease. Since wild and domestic animals often mix freely whilst grazing, pastoralists are also able to observe first-hand the diseases that are present in wildlife and as such are key informants in disease outbreaks in sylvatic animals. We report here the findings of the first study of the knowledge and role of Masai pastoralists in mange in wildlife and livestock in Masai Mara, Kenya.

Methodology/Principal Findings

In this paper we describe the knowledge of mange accrued by 56 Masai pastoralists in Kenya and how they respond to it in both wildlife and livestock. In total, 52 (93%) pastoralists had a clear idea of the clinical appearance of mange, 13 (23%) understood its aetiology and 37 (66%) knew that mites were the causal agent. Thirty-nine (69%) believed that mange cross-infection between domestic and wild animals occurs, while 48 (85%) had observed mange in domestic animals including sheep (77%), goats (57%), dogs (24%) and cattle (14%). The pastoralists had also observed wild animals infected with mange, above all lions (19%), gazelles (14%), cheetahs (12%) and wildebeests (2%). In 68% of cases Masai pastoralists treat mange infection or apply control measures, most commonly via the topical use of acaricides (29%) and/or the reporting of the outbreak to the veterinary authorities (21%). In the period 2007–2011, Kenya Wildlife Service received 24 warnings of 59 wild animals with mange-like lesions from the Masai Mara pastoralist community. The reported species were cheetah, lion, wild dog, Thomson’s gazelle and wildebeest.

Conclusion

Masai pastoralists have good knowledge of mange epidemiology and treatment. Their observations and the treatments they apply are valuable in the control of this disease in both wild and domestic animals.

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2 comentarios

  1. Se debe llevar el caso a la Corte Internacional. Tambien se debe documentar en video y enviarlo al Environmental Film Festival en Washington DC para crear conciencia y lograr apoyo. A mi tambien me hierve la sangre. No me cabe la menor duda que para considerarnos humanos, nos falta mucho, ojalá lo logremos antes de destruirnos. Como especie, somos el cancer de nuestra madre tierra.

  2. 7 años después y la humanidad deja claro «Que tipo de humanos somos» con todo lo que estamos pasando… Esto cada vez más parece la lucha mágica de Voldelmort vs Harry. Sin comentarios.

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