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Dispersión de pesticidas en el medio ambiente. Fuente: ThisLand

A través de una revisión de más de 800 artículos científicos y 150 estudios de efectos directos, los especialistas concluyen que pesticidas como (…)”, así reza una de las sentencias de la nota de prensa que analizamos hoy y que lleva por título: “Los pesticidas sistémicos atacan a las especies beneficiosas para el medio”. Quizás dentro de pocos años tengamos que parafrasear un antiguo refrán y alegar que “quien a pesticidas mata por pesticidas muere”. Porque una cuestión es utilizar productos tóxicos para la vida en condiciones muy especiales y otra bien distinta aplicarlos masivamente, contaminando toda la cadena trófica mundial, incluidas las  especies de los océanos y hielos polares. Desconozco si se ha comercializado algún agrotóxico que  afecte exclusivamente a la peste o plaga en cuestión sin dañar el resto de la biosfera. En general ya sea directa o indirectamente, terminan siendo nocivos, “de alguna manera” para otros organismos beneficiosos, así como la flora y la fauna en general. Como norma, aunque su aplicación sea puntual geográficamente, terminan dispersándose por doquier  incluso por el viento al arar el suelo y suspenderse partículas en el aire. También se ha demostrado hasta la extenuación que contaminan las aguas (corrientes y subterráneas) y así, de una u otra forma, también el agua que bebemos, dañando nuestra salud poco a poco. ¿Y qué decir de su acumulación en los tejidos de los vegetales y animales que consumimos como alimentos? Podemos parafrasear otro refrán alegando que el planeta sufre una toxificación silenciosa, en recuerdo de aquél libro seminal, escrito en los años sesenta del siglo pasado,  que nos alertaba de este problema y que llevaba por título La Primavera silenciosa. A pesar de que diversos medios de comunicación, prensa científica, ciertos investigadores y multinacionales  siguen defendiendo a ultranza los venenos mentados, como aún se pueden leer en numerosos rotativos, por desgracia.  Os recuerdo que en una ocasión ya os comenté, por circunstancias que no voy a narrar aquí,  como al laboratorio de nuestro entrañable amigo Antonio Bello Pérez, llegó un plaguicida que  se iniciaba comercializar por una archiconocida multinacional en su pack, para la producción de vegetales transgénicos. Según aquella empresa, que sigue vendiendo estos productos por doquier, el agrotóxico era rápidamente biodegradado no generando daño alguno al medio ambiente. Antonio testó aquella afirmación. ¿Resultado? Dejaba el suelo más esquilmado de vida que la litosfera selenita. Obviamente no volvieron a contactar con él. 

El problema estriba en que la agricultura industrial, hoy por hoy, se requieren estos venenos. Como corolario debemos inferir que este portento de la tecnología contemporánea, en el mejor de los casos, ofrecería alimento por un lado y muerte por otra. ¿Son pues la solución a la demanda mundial de alimentos?. Sin embargo en el caso de los agrotóxicos ocurre como en otras muchas prácticas que afectan a la salud de la biosfera y la humana, ya hablemos de los transgénicos, etc. Las multinacionales son “poder” que tan solo busca beneficios económicos, pero cuya influencia en la economía mundial deviene en colosal y sus formas de intoxicar la prensa científica innumerables. En cualquier caso: ¡da igual!. Si nos atenemos a exponer como un mero ejemplo al mundialmente reconocido caso del calentamiento climático, las conclusiones son obvias. Los políticos se reúnen y se exhiben periódicamente con vistas a que el publico crea su sibilina preocupación, mostrando las mejores intenciones para, a la postre, no mover ni un dedo con vistas a solucionar el problema los graves males medioambientales que nos afectan. Abajo se nos informa de un hecho archiconocido, aunque no por ello menos inquietante. En el caso del sistema suelo, por ejemplo, estos productos dejan a la comunidades microbianas como una bomba atómica al caer sobre una ciudad. Empero como los bichitos suelen poseer periodos de vida cortos, la recuperación se nos antoja rápida, si bien, en realidad, la biota edáfica tarda en recuperarse decena o más generaciones, sin que ello signifique que el problema deje de persistir si no desaparece (se descompone) el agrotóxico.  Simplemente la evolución en ellos es más rápida debido a sus breves ciclos de vida, mediante  mutación y flujo horizontal de genes. Y así  más pronto que tarde aparecen cepas resistentes a estas mortíferas sustancias,  algunas de las cuales darán lugar a las temidas multiresistencias nosocomiales (intrahospitalarias). Empero no ocurre lo mismo con otras muchas especies vivas, que a la larga terminan muriendo, ya sea directamente ya por bioacumulación de la cadena trófica. ¿Y qué ocurre cuando son exportados por las aguas y el viento? Simplemente que “contagian» por esta dichosa lacra a ecosistemas muy lejanos. Por tanto el problema deja de ser local, sino global. ¿No puede la agricultura industriar solucionar el problema?. Entonces, si deseamos una mejora de la salud de la población y la sobrevivencia de la vida de la maravillosa biosfera que poseíamos no habrá más remedio que inventar/desarrollar/rescatar otro tipo de tecnologías. ¿O los agrotóxicos o la vida?. Esa es la cuestión. Todo parce apuntar a que nos acercamos e ese momento en que inevitablemente la humanidad debe cambiar de estrategia. Eso si la espera se me antoja interminable.  ¿Será demasiado tarde?.

Estos agrotóxicos son venenos, se mire por donde se mire, aunque a veces si puedan utilizarse como remedio, en ciertas circunstancias muy especiales. Ahora bien, ¿es este remedio peor que la enfermedad?. Quizás a corto plazo no, pero con el tiempo, disponemos de mil y una evidencias que así lo demuestra. A las pruebas me remito. Os dejo con las contundentes conclusiones de este exhaustivo estudio

Juan José Ibáñez 

Los pesticidas sistémicos atacan a las especies beneficiosas para el medio

Los pesticidas sistémicos podrían ser los responsables del colapso sufrido por las colonias de abejas de la miel en los últimos 20 años, así como del impacto sobre otros invertebrados beneficiosos como lombrices o mariposas, según un estudio científico internacional hecho público.

FUENTE | Agencia EFE verde 11/07/2014

 El Equipo de Trabajo Especial sobre los Pesticidas Sistémicos, avalados por el Worlwide Integrated Assessment (WIA) ha denunciado el uso de pesticidas diseñados para ser absorbidos por las plantas, ya que son «unas neurotoxinas potentes y persistentes cuyo uso está aumentando y afectando a especies y entornos» según el estudio. «Estas sustancias se encuentran en el suelo, el agua y el aire» asevera, ya que los pesticidas se aplican a gran escala en el suelo de cultivo pero tambiénse utilizan en el control de plagas urbanas, la conservación de las maderas o la aplicación en animales de compañía.

«La combinación de la persistencia en meses o años y la alta solubilidad de estos pesticidas aumentan su potencial de acumulación» y por eso las zonas afectadas se extienden cada vez más, desde suelos agrícolas a humedales, estuarios y ecosistemas costeros. Además las vías de transmisión afectan a los animales, como sucede con el polvo generado al arar o la dispersión de polen que obliga a las abejas al contacto directo con la neurotoxina, «que afectará a su longevidad, fecundidad y resistencia». A través de una revisión de más de 800 artículos científicos y 150 estudios de efectos directos, los especialistas concluyen que pesticidas como Neonicotinoid, Clotianidina y Fiprontil interrumpen la transmisión neuronal en el sistema nervioso central de los organismos invertebrados y causan así la muerte directa.

AVES Y PECES, TAMBIÉN EN PELIGRO
Sin embargo pueden llegar a afectar a vertebrados, como aves que puedan ingerir semillas contaminadas o peces que naden en aguas con neurotoxinas filtradas, con lo que deterioran su función inmune y reducen el crecimiento o el éxito reproductivo. Los efectos indirectos son «raramente considerados en los procesos de evaluación», pero «la supervivencia a corto plazo no es un indicador importante del estado de los ecosistemas a largo plazo» advierten los científicos.

Así, los autores sugieren a los organismos reguladores que consideren «la aplicación de los principios de prevención y precaución» pero insistiendo en la necesidad de ‘educar’ a agricultores y otros profesionales sobre los productos que manejan. El Doctor Jean-Marc Bonmatin del Centro Nacional de Investigaciones Científicas de Francia, uno de los autores del WIA ha asegurado en un comunicado que «estamos siendo testigos de una amenaza para la productividad y la salud de nuestro entorno natural». «Lejos de protegerlos, se está poniendo en peligro a los polinizadores y a los controladores naturales de plagas«, advierte.

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2 comentarios

  1. Muy buen post, Juanjo. Añado que en platanera, cada vez que se prohibía el uso de de algún «imprescindible» como el dicofol, ometoato, carbofurano, benfuracarb, aldicarb o paraquat… los llantos, protestas y augurios de derrumbe del sector. Y hoy seguimos, ya con un 30% de residuo cero, creciente superficie de ecológico y tan tranquilos…

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