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Erosión de márgenes fluviales en el Condado de Vermonty floraciones algales

Numerosos elementos químicos de la naturaleza pueden ser tóxicos cuando sobrepasan ciertos umbrales de concentración en forma biodisponible para los seres vivos, es decir que puedan ser absorbidos y utilizados por estos últimos. Ahora bien, existen elementos del medio edáfico que sufren fácilmente reacciones que impiden o reducen su asimilación por la vegetación u otros organismos. En la naturaleza el caso más flagrante es el del nitrógeno atmosférico, enormemente abundante en el aire, pero escasamente biodisponible en el suelo, como ya os hemos comentado en numerosas ocasiones.

Ya os hemos hablado en post anteriores de las formaciones algales causadas por la enorme carga de nutrientes que acarrearan las aguas corrientes al atravesar los paisajes agrarios gestionados mediante procedimientos recomendados por la agricultura industrial, pero también procedentes de las aguas residuales de los asentamientos urbanos. Del mismo modo, en EE.UU., se ha constado que gran parte de la erosión actual obedece a los sedimentos/suelos arrancados de los márgenes fluviales (ver relación de algunos de los post que hemos ido describiendo sobre estos asuntos al final de la presente entrega).  Por esta razón, se ha venido pensando, al menos en este país, que tras destrozar la vegetación de ribera por las prácticas agrarias, había que instalar filtros vegetativos. Este modo de proceder, como ya os comentamos en otro post, se me antoja un flagrante despilfarro, ya que bastaría ceder un poco de terreno de labor al lado de los cauces para que la vegetación en galería o ripisilva creciera espontáneamente y realizara la misma función sin tener que apelar a procedimientos muy  onerosos y de difícil mantenimiento (más gastos para los granjeros).

La biodisponibilidad del fósforo en el medio edáfico ha sido siempre motivo de gran preocupación para los ingenieros agrónomos, por cuanto resulta muy fácil que pase a ser insoluble, a través de una serie de reacciones y maquinismos fisicoquímicos que no vamos a detallar aquí. Debido a ello, el abonado con este elemento es una práctica habitual. Son estas formas de fósforo asimilable, junto con otros nutrientes usados en la sobre-fertilización de los campos agrarios las que causan la expansión de las floraciones algales, tan dañinas para la salud (por ejemplo la potabilidad del agua), pesquerías, etc.

En este contexto, investigadores de EE.UU. venían pensando que la erosión de los suelos de ribera, cargados de agroquímicos, entre los que se encuentra el susodicho elemento, era una de las causas de la eutrofización de las aguas, y como corolario, de la creciente expansión de las floraciones algales. Sin embargo, un estudio reciente viene a demostrar que tal visón pecaba de simplista.  Como podréis comprobar en la nota de prensa que os reproduzco abajo (Study suggests eroded sediments could be phosphorus sink rather than source), incluso pudiera ser que, en determinados casos, fueran estos sedimentos arrastrados por los aguas responsables que el fósforo en formas biodisponibles  pasara a otras formas que no lo son, y como corolario, disminuyera su potencial contaminante y de paso frenara la proliferación de las mentadas floraciones. Conociendo que cualquier pista que se le proporcione a la agro-industria suele dar lugar a la comercialización de productos que “alegarían” “milagrosos con vistas a paliar un determinado problema, pronto nos sorprenderán con materiales caros que insolubilicen este u otro elemento, ya que solventar el problema de raíz, haciendo uso de la razón y cortando el flujo de contaminantes desde la fuente, ofrece muchas menos ganancias. Pero a lo que vamos.

Que las legislaciones evalúen la gravedad de un problema estimando la cantidad total de los elementos químicos resulta ser un verdadero dislate, especialmente en este, pero también de otros muchos casos. Lo que deben analizarse son las formas biodisponibles. Pero este no es el caso de EE.UU., como tampoco del Reino Unido, al menos hasta hace unas pocas décadas. Hará quince o veinte años, una becaria posdoctoral que arribó a nuestro centro desde otro de UK, se especializó en la contaminación de suelos por metales pesados. Hablando con ella me comentó que estimaba los elementos totales presentes en el medio edáfico y su impacto sobre la vegetación. Le replique que eso era una barbaridad, y que debía aplicar técnicas analíticas con vistas a estimar lo que denominamos, elementos solubles, asimilables o retenidos en el complejo de cambio (se trata de tres técnicas analíticas distintas, cualquiera de las cuales es más razonable que la que ella usaba).   Su respuesta fue tan tajante como “acrítica”: “si así se hace en el Reino Unido, por algo será” (típica chulería de los jóvenes que por estar en países anglosajones volvían atesorando una enorme arrogancia dimanante de la pura ignorancia). Como podemos ver ese “algo” es la estupidez.

Os dejo con la nota de prensa y algunos post previos relacionados con estos temas…...

Juan José Ibáñez  

Post previos relacionados con el tema

Ciclo del fósforo en agroecosistemas y reacción de los fertilizantes fosfatados en el suelo

Erosión de Suelos: Erosión de los Márgenes Fluviales

Los Grandes Lagos en USA y su Alarmante Contaminación

Cuenca del Mississippi

Entre la Fertilización del Suelo y la Contaminación Masiva del Litoral: El Precio de China en su Viaje hacia el Capitalismo

Fertilizantes y Agricultura: Una Revolución Necesaria

Vegetación de Ribera y Contaminación de Suelos y Aguas (Los Filtros Vegetativos)

 Nota de Prensa

Study suggests eroded sediments could be phosphorus sink rather than source

November 13, 2015

By University of Vermont Communications

For decades, phosphorus pollution has contributed to unwanted algae blooms in many lakes—including Vermont’s Lake Champlain. A raft of recent research has pointed a finger at eroding streambanks, suggesting their washed-out soils are a major source of this phosphorus flow.

But a new study in the Journal of Enviromental Quality complicates that picture, raising questions about whether streambank erosion is in fact a culprit in Lake Champlain’s phosphorus problems.

The new research shows that while eroding streambanks may increase the total amount of phosphorus that ends up in the lake, some of these soils may also decrease the amount of phosphorus available to algae.

Specifically, the streambank soils under study were so low in phosphorus that the researchers speculate they may buffer phosphorus already in the water column–altering its form so that algae can’t use it for growth. In other words, eroded streambank soils, suspended in the water, may actually soak up more phosphorous than they release.

“We were surprised at this result,” says University of Vermont (UVM) professor of plant and soil science, Don Ross, who led the work.

With the passage of Vermont’s 2015 Clean Water Act and recent action by the Environmental Protection Agency to address Lake Champlain’s persistent pollution problems, regulation and management of the total maximum daily load—or TMDL—of phosphorus is an increasingly important and contentious political issue in the state.

We’re confirming that streambanks are eroding and providing a lot of phosphorus. But we’re challenging the idea that it’s as important as people thought,” Ross says. Instead, he and others increasingly think that the most important measure of phosphorus pollution is not necessarily total amount, but how much is bioavailable.

In other words, the form of phosphorus is ultimately what determines how much it will drive summertime algae blooms.

Environmental management of phosphorus has largely used total phosphorus as the index of phosphorus loading into Lake Champlain,” the new study notes. “However, it is the bioavailability of the phosphorus, rather than just its quantity, that drives algal growth.”

Ross’s team examined remote sensing data—LIDAR and aerial photography images—and took soil tests at dozens of spots along Indian Brook, Alder Brook, Allen Brook, and the LaPlatte River, all of which flow into Lake Champlain. From this information, the scientists concluded that streambank erosion can contribute 6 to 30 percent of the total nonpoint phosphorus flowing into the lake.

But tests of these streambanks by Ross and a student team—including the study’s lead author Eulaila Ishee, former graduate students Kerrie Garvey and Rebecca Bourgault, and then-undergraduate Charlotte Ford—showed such low phosphorus saturation that the scientists concluded “these soils may be phosphorus sinks.”

I don’t want to suggest that all streambank soils in the Lake Champlain Basin would not be sources of available phosphorus,” Ross cautions. Still, “these suburban Chittenden County streambanks were surprisingly low.” In other parts of the state, Ross and other UVM scientists have been studying streambanks along the Mad River and in the Missisquoi River watershed. “They are not always low,” Ross notes.

“The big unanswered question is what forms of phosphorus are the most bioavailable and we need to worry the most about,” Ross says. This study shows that a clearer understanding of the sources of phosphorus, and how it interacts in streams and lakes, is still needed—“which means more research,” he adds.

Without more study, he worries that regulatory and management efforts may decrease total phosphorus going into the lake, but, he says, “there could be just as much bioavailable phosphorus coming in.”

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Un comentario

  1. […] elevada producción de biomasa por el fitoplancton, pudiendo dar lugar a la aparición de inmensas floraciones algales de alguna clase. Estas consumen el oxígeno causandocondiciones de anoxia (escasez de oxígeno) que […]

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