trmpetas-del-apocalipsis 

Donald Trump se ha convertido en el personaje más desconcertante y temido de la escena mundial en muy pocos meses. Sus posibles decisiones  mantienen las más dispares facetas de la sociedad, economía, geopolítica (incluyendo potenciales conflictos armados) y medio ambiente. Particularmente me alegro que la dictadura financiera que nos atormenta al 99,99% de la población, tiemblen de terror. Ahora bien en el resto de los temas todos estamos expectantes ante sus alocadas proclamas, que podrían terminar por poner patas arriba a nuestra sociedad y la propia biosfera.  Hasta el propio Partido Republicano debe encontrarse desconcertado. Empero nuestra bitácora versa sobre suelos, ecología y medio ambiente, por lo que nos centraremos en estos temas.

 Desde hace años recibo los boletines de la USDA que dan cuenta de las iniciativas en materia de agricultura y medio ambiente de las administraciones norteamericanas. Generalmente recibía entre tres y cinco alertas diarias. Tras su toma de posesión como presidente de EE.UU., la USDA enmudeció. Semanas después y desde entonces, las noticias nos llegan con cuenta gotas, siendo las que conciernen al medio ambiente y sustentabilidad prácticamente inexistentes.

 Si por el fuera, sin el freno del poder judicial, congreso de diputados y senado de aquel país, nadie sabe ya que habría ocurrido. Empero por sus palabras, por no hablar de continuas amenazas,  el medio ambiente y los objetivos por alcanzar un desarrollo sostenible se encontrarían en peligro de muerte. Del mismo modo, los intentos de administraciones posteriores por paliar la contaminación y degradación ambiental en general se han cortado por lo sano. Del mismo modo, ahora que los grandes lobbies de la agroindustria, acorralados ya por la ONU, FAO y gobiernos de diversos países pueden encontrar frotándose las manos, ante suculentos negocios    que dejarían el solar estadounidense convertido en un estercolero. No hablaré en este post sobre el terror/histeria que actualmente padecen los expertos y políticos implicados en frenar el cambio climático antropogenicamente inducido.  Como los lectores más asiduos sabéis, yo soy escéptico en todo lo que concierne a los acuerdos internacionales sobre el clima, ya que no dejan de ceñirse al refrán de “mucho ruido y pocas nueces” por no apelar al de obras son amores, que no buenas razones (palabras).

Y así, al perecer la administración (por llamarla de alguna manera) Trump ya no informa sobre el saneamiento ambiental al promover un uso menos masivo de los agroquímicos, el fomento de los policultivos y la agricultura ecológica, etc. Empero en su lugar la prensa nos ofrece noticias como estas. (i) Donald Trump con Bayer y Monsanto: Alianza antiecológica; (ii) Bayer y Monsanto también invertirán en EU en la era Trump | El … (iii) Bayer y Monsanto anuncian millonaria inversión tras reunirse con Donald Trum. Y así, el mundo occidental parece partirse en dos en estos momentos. El tiempo dictará sentencia de si un modelo destructivo del medioambiente, u otro que intenta frenar la degradación de la Biosfera saldrá adelante. Otra vez con estos malditos lobbies algunos de ellos acusados de ecocidio.

 Pero al nuevo y temido Presidente de EE.UU., todo le parece poco, por lo que también desea colaborar en la demolición de los espacios protegidos de aquel país. Para Donald, es indecente que no se utilicen para fines más productivos, como podréis leer en las noticias que os muestro abajo, tanto en suajili como en español—castellano. Sin embargo, y ya que las notas de prensa hablan por si solas, os muestro los dos primeros párrafos de lo que Wikipedia nos informa sobre las

Áreas protegidas de Estados Unidos de Norteamérica:  con vistas a que comprendáis la magnitud, del problema, que no conciernen solo a aquel país, sino que puede afectarnos a todos.  Donald Trump llegó al poder por el hastío del pueblo estadounidense contra esa dictadura financiara a la que se denomina la globalización económica.  Es decir ellos son los culpables y Trump el resultado, un caballo de Atila que amenaza con no dejar títere con cabeza. Que ahora tal dictadura del capital no se lave las manos.  El pueblo estadounidense se ha encolerizado, como antes el británico, parte del francés, etc. La diferencia estriba en que mientras en el sur de Europa la izquierda comenzó a ganar fuerza con movimientos antisistema falazmente denominados populistas, en otros han sido los temibles y renacientes neonazis y xenófobos los que amenazan a los poderes preestablecidos que nos han llevado hasta este punto que esperemos que no alcance el calificativo de no retorno.  Ya sean movimientos antisistema, ya los viejos y magnicidas neonazis, ahora denominados de ultraderecha, ambos son el resultado de la indignación popular en el mundo occidental por la precariedad y pobreza a la que estamos siendo avocados. Según la manipulación de los medios de comunicación y políticos oportunistas, en unos Estados ganan los fascistas y en otros ideologías que intentan reemplazar al caduco comunismo, auque sin margen de maniobra, por desgracia.  Pues bien Wikipedia nos dice sobre estos espacios protegidos de USA:

Las áreas protegidas de los Estados Unidos son aquellas áreas, naturales o humanizadas, en las que legalmente se ha establecido algún régimen de protección para salvaguardar sus valores, ya sean culturales, históricos, naturales o de cualquier otra índole, y que son administradas por una variedad de autoridades federales, estatales, tribales y locales.

Estados Unidos es un país joven, con una historia relativamente corta y por ello todos los bienes históricos son especialmente valorados. Además, es el tercer país más extenso del mundo y tiene un conjunto de espacios naturales amplio y muy diverso. La protección histórico-cultural y la protección de la naturaleza han ido desarrollándose de una forma parecida al resto de los países occidentales, aunque sin estar tan claramente separadas como en muchos de los países europeos.

De acuerdo a las definiciones internacionales, los EE.UU. tenían, en el año 2002, 7.448 áreas protegidas, sin contar las zonas marinas. Estas áreas protegidas cubren 1.500.000 km², casi el 16% de la superficie terrestre de los EE.UU.[1] y casi también una décima parte de la superficie protegida del mundo. Las áreas marinas protegidas de EE.UU. cubren unos 900.000 km² adicionales, con diferentes niveles de protección.

El problema estriba en quien pone el cascabel este feroz gato: Bajo la dictadura financiara nos dirigíamos sin prisas pero sin pausas hacia el colapso. Sin embargo, bajo el mandato de Donald Trump, de cumplir todas sus locas ocurrencias, el tan meneado como absurdo Antropoceno llegaría a su fin en un abrir y cerrar de ojos.

Lo dicho las Trompetas del Apocalipsis amenazan seriamente nuestros tímpanos.   

Juan José Ibáñez

Continua………….

Trump ordena que cese «abuso» del Gobierno en protección de áreas naturales

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La Vanguardia de Barcelona 26/04/2017 20:47

Washington, 26 abr (EFE).- El presidente de EEUU, Donald Trump, firmó hoy un decreto para poner fin a lo que calificó de «clamoroso abuso» del poder del Gobierno federal en la designación de monumentos nacionales para proteger áreas terrestres o marinas.

Trump acudió al Departamento de Interior para firmar esta nueva orden ejecutiva, con la que busca que su Gobierno revise la designación de decenas de monumentos nacionales en los últimos 20 años, aunque no está claro si como presidente tiene el poder de retirarles la protección si así lo decide. Los monumentos nacionales son áreas terrestres o marinas protegidas que, a diferencia de los parques nacionales, pueden crearse sin el visto bueno del Congreso, con la simple orden del presidente de EEUU, de acuerdo con una ley de 1906.

Según denunció hoy Trump en un breve discurso antes de firmar su orden, gobiernos anteriores han usado esa ley de 1906 para poner «unilateralmente» millones de kilómetros cuadrados de tierra y agua «bajo estricto control federal». Y ese control, de acuerdo con Trump, ha servido para «eliminar la capacidad de las personas que realmente viven» en esas zonas protegidas de «decidir» la mejor forma de utilizarlas. «Hoy estamos poniendo a los estados de nuevo a cargo» y dando fin a «otro clamoroso abuso del poder federal», aseguró el mandatario.

Trump criticó particularmente a su predecesor en la Casa Blanca, Barack Obama, por su designación de nuevos monumentos nacionales, con los que protegió durante sus ocho años de mandato más de 1,07 millones de kilómetros cuadrados de tierras y agua, más que ningún otro presidente de la historia de EEUU. Esos 1,07 millones de kilómetros cuadrados equivalen a una superficie mayor a la del estado de Texas, según enfatizó Trump. Ese récord de Obama estuvo impulsado por la creación en septiembre de 2016 de la mayor área marina protegida del mundo, al multiplicar por cuatro la extensión del Monumento Nacional Papahanaumokuakea, ubicado en el archipiélago de Hawai. Además, en diciembre Obama creó una polémica área protegida en el estado de Utah denominada Bears Ears.

Ese monumento, que abarca 5.463 kilómetros cuadrados de recursos naturales y arqueológicos, fue muy criticado por varios legisladores que representan a Utah en el Congreso y que opinan que, en todo caso, dicho territorio debió haberse protegido mediante una ley. Trump recordó hoy precisamente las «profundas objeciones» que tienen los ciudadanos de Utah sobre ese monumento. La ley de 1906 «no da al Gobierno federal poder ilimitado para encerrar millones de acres de tierra y agua, y es hora de que terminemos con esta práctica abusiva», declaró el presidente. Asimismo, aseguró que ha hablado con «muchos líderes estatales y locales» que quieren preservar la riqueza natural de EEUU pero que «están seriamente preocupados por esta masiva toma federal de tierras». La revisión ordenada por Trump cubrirá «entre 24 y 40 monumentos» que fueron designados a partir de enero de 1996 y que ocupan un mínimo de 40.500 hectáreas, según adelantó este martes a los periodistas el secretario de Interior de EEUU, Ryan Zinke.

Algunos expertos consideran que la ley de 1906 que permite a los presidentes de EEUU designar monumentos nacionales no les concede el poder de retirarles esa protección o reducir significativamente su tamaño. «No está claro todavía si el presidente puede hacer eso (retirar la designación)», reconoció Zinke, pero pidió esperar a que se complete la revisión para abordar esa posibilidad.

La orden da a Zinke 45 días para hacer un primer informe y un total de 120 para presentar a Trump un estudio definitivo con recomendaciones sobre qué hacer con los monumentos nacionales designados en las últimas dos décadas, muchos de ellos durante la presidencia de Obama. Durante la campaña electoral, Trump se mostró partidario de promover un aumento de las prospecciones petroleras marítimas y terrestres en áreas controladas por el Estado.

Para la organización Sierra Club, el principal grupo medioambiental de Estados Unidos, la revisión ordenada por Trump revelará lo mismo que estudios, encuestas y sondeos: «un aprecio profundo y extenso por los parques, monumentos y otros terrenos públicos, y el convencimiento popular de que deben seguir existiendo».

El director ejecutivo del Sierra Club, Michael Brune, detalló en un comunicado que los espacios naturales protegidos impulsan la economía de actividades al aire libre, que mantiene 7,6 millones de empleos y genera 887.000 millones de dólares anuales en gastos de consumo. EFE

 Trump moves to review status of America’s nature preserves
By Jerome CARTILLIER
Washington (AFP) April 26, 2017

After moving to unstitch climate change rules, US President Donald Trump Wednesday opened the door to undoing the federally protected status of some of America’s vast nature preserves. He signed an executive order reviewing decisions by predecessors Barack Obama, George W. Bush and Bill Clinton to designate public land a «national monument» under a 1906 law known as the Antiquities Act.

«Today I’m signing a new executive order to end another egregious abuse of federal power and to give that power back to the states and to the people where it belongs,» Trump said at the signing ceremony. He singled out Obama for using the monument designation to assert federal control over 265 million acres (107 million hectares), including maritime zones, particularly in the Pacific. «That’s larger than the entire state of Texas,» Trump complained. «The antiquities act does not give the federal government unlimited power to lock up millions of acres of land and water, and it’s time we ended this abusive practice,» he said.

– Rollback? –

Interior Secretary Ryan Zinke said the outcome of the review was not pre-ordained. His department is to provide an interim report in 45 days, then a fuller one in 120 days. But it conceivably could roll back protections fixed under the Antiquities Act — brought in under president Theodore Roosevelt, keen on conserving America’s natural heritage — and set the scene for fierce legal challenges. «National monument» land has come to be synonymous over the years with a bar to drilling for fossil fuels on public land, or other commercial activities.

While Republicans in Utah and other states are keen to lift protections they see as too expansive and undermining economic opportunities, environmental groups and Native Americans are deeply opposed. In the past, areas that presidents have tagged as «national monuments» were later transformed by Congress into full-fledged National Parks — the Grand Canyon and Death Valley among them. Since the Act came into force more than a century ago, only three presidents — all Republicans — did not use its powers: Richard Nixon, Ronald Reagan, and George H.W. Bush.

Under Trump’s review, only «monuments» of 100,000 acres (40,000 hectares) or more will be examined. A key area will be the Bears Ears National Monument, a 1.3-million-acre (530,000-hectare) zone in Utah Obama proclaimed in 2016. Another will be the Grand Staircase-Escalante National Monument also in Utah — a spectacular tract of canyons, ridges and a river — designated by Clinton in 1996. The Republican senator for Utah, Orrin Hatch, has railed against the national monument decisions made in Washington, saying his state should have more say over how the land is protected. In a Washington Post opinion piece, Hatch said Obama «ignored the best interests of Utah and cast aside the will of the people — all in favor of a unilateral approach meant to satisfy the demands of far-left interest groups.» Other presidents, too, went too far, Hatch said, adding that Trump «stands ready to undo the harm brought about by their overreach.»

Trump looks to lift protections on America’s vast nature preserves
By Jerome CARTILLIER
Washington (AFP) April 26, 2017

After moving to unstitch climate change rules, US President Donald Trump is turning his sights on America’s vast nature preserves, with a view to possibly lifting federal protections brought in over the past two decades. On Wednesday, he is to sign an executive order reviewing decisions by predecessors Barack Obama, George W. Bush and Bill Clinton to designate public land a «national monument» under a 1906 law known as the Antiquities Act.

The aim is to «give states and local communities a meaningful voice in the process,» said Interior Secretary Ryan Zinke, whose department oversees federal land use under the motto «Protecting America’s Great Outdoors and Powering Our Future.» Zinke said the outcome of the review was not pre-ordained. His department is to provide an interim report in 45 days then a fuller one in 120 days. But it conceivably could roll back protections fixed under the Antiquities Act — brought in under president Theodore Roosevelt, keen on conserving America’s natural heritage — and set the scene for fierce legal challenges. «National monument» land has come to be synonomous over the years with a bar to drilling for fossil fuels on public land, or other commercial activities.

While Republicans in Utah and other states are keen to lift protections they see as too expansive and undermining economic opportunities, environmental groups and Native Americans are deeply opposed. In the past, areas presidents have tagged as «national monuments» were later transformed by Congress into full-fledged National Parks — the Grand Canyon and Death Valley among them. Since the Act came into force more than a century ago, only three presidents — all Republicans — did not use its powers: Richard Nixon, Ronald Reagan, and George H. W. Bush.

Obama had millions of hectares (acres) classified under the Act during his presidency, including maritime zones, especially in the Pacific. Under Trump’s review, only «monuments» of 40,000 hectares (100,000 acres) or more will be examined. A key area will be the Bears Ears National Monument, a 530,000-hectare (1.3-million-acre) zone in Utah Obama proclaimed in 2016. Another will be the Grand Staircase-Escalante National Monument also in Utah — a spectacular tract of canyons, ridges and a river — designated by Clinton in 1996.

The Republican senator for Utah, Orrin Hatch, has railed against the national monument decisions made in Washington, saying his state should have more say over how the land is protected. In a Washington Post opinion piece, Hatch said Obama «ignored the best interests of Utah and cast aside the will of the people – all in favor of a unilateral approach meant to satisfy the demands of far-left interest groups.» Other presidents, too, went too far Hatch said, adding that Trump «stands ready to undo the harm brought about by their overreach.»

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