Drones y los apps de tecnologías móviles: de herramientas de conservación de la naturaleza a riesgo contra la naturaleza y vida salvaje

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Drones y caos: Fuente: Dronelife

Parece ser que los seres humanos no tenemos remedio. Todo lo que creamos y las empresas venden, casi sin control para enriquecerse, terminan siendo un problema y a menudo acarrean graves consecuencias.  Este es el caso, por ejemplo, de los Dron o drones, que pudiendo ser una herramienta muy útil con vistas al inventario y monitorización del medio ambiente, se han convertido en una seria amenaza para el mismo, así como en lo concerniente a la seguridad de la aviación civil. Ya sabemos del uso militar de los drones, que causan tantas víctimas a los enemigos como a los inocentes, de lo que da buena cuenta la prensa general. Del mismo modo, poco antes de escribir este post, un vuelo aéreo que debía aterrizar en un aeropuerto del País Vasco tuvo graves dificultades por uno de estos avioncitos que indebidamente campaba a sus anchas en el espacio del mismo, lo cual se encuentra totalmente prohibido. ¿Quién era el tonto de baba que lo guiaba desde tierra? En la propia TVE se ha advertido varias veces que no se trata de juguetes que un ciudadano cualquiera pueda adquirir para divertirse, como si de uno de aquellos aviones teledirigidos de antaño se tratara. De hecho, ya se dispone de legislaciones por las cuales su uso se encuentra fuertemente restringido, debido a estas razones. Sin embargo, existen diversas vías por las cuales ciudadanos pueden adquirirlos saltándose los controles administrativos. Cuando uno teclea el palabro en un buscador de Internet, encontrará cientos de empresas que los comercializan, por lo que me temo que su compra por internet y envío por correo mensajero logre pasar inadvertido los aludidos controles aduaneros y legales.  Mentemos también que de seguir así, su uso en acciones terroristas será cuestión de tiempo. O se controla esta industria, o desde ciudadanos timoratos a grupos terroristas terminarán por convertir esta tecnología en una pesadilla si las autoridades no adoptan medidas draconianas tanto contra  los vendedores como a los compradores. Empero en la prensa general y científica se proponen una plétora de aplicaciones «beneficiosas» que realizarán en el futuro. De seguir así, o se aplica la legislación, o pronto se hablará de un nuevo tipo de contaminación aérea, como ya ocurre con la chatarra espacial fuera (o en las capas altas) de la atmósfera terrestre.

 Son varias las noticias acerca de sus usos prometidos por los científicos y conservacionistas, e incluso agrónomos en los que señala el gran potencial de estos artefactos con vistas al inventario y monitorización ambiental y agropecuaria.  Me parece una idea acertada, no lo duden. Pero la alarma ya ha saltado, como veréis en una de las noticias que os ofrecemos hoy, en la que los australianos se han visto obligados a insistir en  recomendaciones con vistas a que no perturben la vida salvaje. Pero la cosa no queda aquí.

En la segunda noticia que os ofrecemos hoy, procedente de una Reserva Natural de Sudáfrica, nos informa de que los gestores del parque se encuentran aterrorizados por el uso de las aplicaciones para móviles entre los turistas que viajan a tan bello lugar “Wildlife phone apps cause chaos in S.Africa’s Kruger Park“, ya que el comportamiento de los ciudadanos ¿amantes de la naturaleza? Han cambiado sus hábitos comenzando a romper las normas de la reserva, para obtener imágenes y películas que mostrar a sus amistades, como si al volver de un placentero y cómodo viaje guiado, pareciera que han llevado a cabo un  genuino viaje de aventuras al estilo de Indiana Jones. De hecho, se piensan tomar medidas para la restricción de estas aplicaciones móviles, por cuanto en lugar de turistas nos asemejamos más a tribus urbanas que aterrorizan a sus vecinos “salvajes”. Son muchas las personas que se lamentan de no poder disfrutar de ciertos espacios naturales protegidos. Al parecer, no acabamos de entender que se trata de eso: “espacios naturales protegidos…….”, y por algo será. La falta de educación y civismo alcanza a aquellos privilegiados que pueden disfrutar de paisajes hermosos y repletos de una bulliciosa vida salvaje en otros continentes, lo que dice muy poco de sus hábitos y cultura personales. No nos extrañemos que en pocos años nos cacheen al intentar acceder a una reserva natural, nos quiten temporalmente los móviles y todo tipo de instrumentos tecnológicos. De hecho, con una máquina de fotografía o video convencionales, resulta más que suficiente e igualmente gratificante. Parecemos vándalos que no seres humanos civilizados. Luego no nos lamentemos, ya que somos nosotros los que nos ganamos a pulso que se propicien medidas muy drásticas ante este tipo de ¿turismo ecológico-vandálico?. Abajo os muestro también tales noticias.

Juan José Ibáñez

Continúa…….

Call to minimize drone impact on wildlife
by Staff Writers; Adelaide, Australia (SPX) May 24, 2016

University of Adelaide environmental researchers have called for a ‘code of best practice’ in using unmanned aerial vehicles (drones) for wildlife monitoring and protection, and other biological field research.

The researchers, from the University’s Unmanned Research Aircraft Facility (URAF) or Adelaide Drone Hub, say that drones are a useful tool for field research and their use is growing in popularity.

But, they warn in a report published in the Cell Press journal Current Biology, this new technology could also have undesirable and unforeseen impacts on wildlife and there is currently little understanding of the risks.

The report authors are Jarrod Hodgson, researcher and PhD candidate in the URAF, and Associate Professor Lian Pin Koh, Director of URAF and a global pioneer in the use of drones for conservation as founding director of the not-for-profit organisation Conservation Drones.org.

«Even though an animal might not appear to be disturbed, it could be quite stressed – for example, a bird may choose to remain near a UAV even when stressed because it is incubating an egg or protecting its hatchling,» says Mr Hodgson.

«It is likely that animal responses vary depending on a variety of factors including the species, environmental and historical context, as well as the type of UAV and its method of operation

Mr Hodgson says that considering the growing popularity of UAVs as a tool among field biologists, and the potential for negative impacts on wildlife, steps need to be taken to minimise and manage the risk.

«A code of best practice will allow informed use of UAVs, while mitigating or alleviating potential wildlife disturbance,» he says.

Mr Hodgson and Associate Professor Koh provide a suite of recommendations as the basis for such a code of best practice for using drones in the vicinity of animals and/or for the purpose of animal research.

They consider this code should be a first and guiding step in the development of species specific protocols to reduce potential disturbance to wildlife.

Their recommendations cover:

+ adopting a precautionary principle in lieu of evidence

+ utilising institutional animal ethics processes to provide oversight

+ complying with civil aviation regulations; regular maintenance and training

+ selecting appropriate UAVs for the job

+ exercising minimum wildlife disturbance flight practices, and ceasing operations if they are disruptive

+ publishing detailed reports of methods and results

«In a time of unprecedented change, such techniques will assist in understanding, managing and conserving our planet’s biodiversity; and maximise the potential of UAVs as a powerful, low impact ecological survey tool,» Mr Hodgson says.

Wildlife phone apps cause chaos in S.Africa’s Kruger Park
by Staff Writers
Johannesburg (AFP) June 8, 2016

Mobile telephone apps that track wildlife sightings in South Africa’s Kruger Park have caused a rise in road rage, roadkills and speeding as tourists rush to animal sightings, officials said Wednesday.

South African National Parks (SANParks) said it was exploring how to restrict use of the apps, saying that they «induce an unhealthy sense of eagerness for visitors to break the rules».

The apps share information between tourists on where elephants, lions, leopards and other animals have been spotted, allowing other users to drive quickly to the scene.

SANParks said that the apps «resulted in an increased rate of lawlessness in the Parks including speeding, congestion at sightings as well as road kills caused by guests rushing to and congregating around these sightings

It said scores of visitors had complained that the apps ruined the experience of exploring the park and searching for wild animals living undisturbed in the bush.

«We are exploring legal mechanisms to curtail the use of sightings apps,» SANParks tourism executive Hapiloe Sello said.

Kruger Park, which borders on Zimbabwe and Mozambique, is home to about 1,500 lions, 12,000 elephants, 2,500 buffalo, 1,000 leopards and 5,000 rhinos as well as giraffe, zebra and antelope.

Poachers kill several hundred rhinos each year in the park for the supposed medicinal value of their horns.

Pentagon Buys ‘Safe Solution’ for Zapping Drones Out of the Sky
by Staff Writers
Moscow (Sputnik) May 20, 2016

It’s the latest in high-tech anti-drone technology, and both the Pentagon and US Homeland Security are on board. As recreational drones become increasingly common, multiple government agencies are struggling to ascertain the best way to deal with security threats posed by the aircraft.

High profile incidents like the series of mysterious UAV-sightings across Paris last year have shown how inept law enforcement is at dealing with such issues. Science and technology company Battelle has designed a new way to defend against errant UAVs. Dubbed the «DroneDefender,» the device is essentially a portable frequency jammer fitted to a rifle-like frame for ease of use.

«It’s a portable solution to stop portable drones,» Rich Granger, business development director for Mission and Defense Technologies with Battelle, said during the Navy League 2016 Sea-Air-Space Exposition on Monday. Weighing roughly 15 pounds and powered by a 10-pound backpack, the device has two options for taking down a drone at ranges of up to 400 meters.

The first option, a «command and control» trigger, disrupts the remote control connection between a UAV and its user. The second option shuts down the drone’s GPS links. While the cost for individual units is unannounced, 100 DroneDefenders have already been purchased by the Pentagon and the US Department of Homeland Security.

The devices will likely be used at military facilities.

A number of companies are working on solutions for the drone problem. Italian aerospace company Selex has developed a system known as Falcon Shield, which combines radar, cameras, and microphones to detect, identify, track, and shoot down UAVs.

«Falcon Shield makes use of Selex ES’s high-performance, passive electro-optical and electronic surveillance sensors, combined with scenario specific radar,» the company website reads.

«These provide a fully integrated threat detection, identification and tracking capability which enables Falcon Shield to operate in environments that range from wide area to high-clutter ‘urban canyons.'»

Battelle’s device, however, offers a portable alternative that can deployed more readily, without relying on a coordinated network.

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