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Fuente: Shell Ethics

Cuando tenía once años, recuerdo que en un ejercido del colegio se nos pedía que definiéramos en pocas palabras a otro compañero. Y como éramos muy “ocurrentes”, si la criatura estaba gorda espetábamos frases como “la obesidad, gran peligro de la humanidad”, y en mi caso, por ser de taya menuda alguien exclamo “la esencia buena en frascos pequeños”, mientras que otro niño ubicado por las últimas filas apostilló:…. “y el veneno…….” . Y de esto va la asombrosa noticia de la que vamos a hablar hoy, que no tiene desperdicio: “La biodiversidad ha caído por debajo del umbral seguro por el uso del suelo”. Pero no se equivoquen, no hablamos de un gran peligro para la humanidad, sino del veneno, al menos de veneno científico. Pongamos un ejemplo que entenderán hasta los “peques de la casa”.

 Pregunta: Si tienes muchas naranjas sin contar en un cesto y alguien hurta “unas cuantas”,  a ver Pepito, ¿Cuántas naranjas de quedan?.

Respuesta inteligente: Pues las que había, menos las que me han quitado.

Repuesta científica según la nota de prensa de hoy: “Según el Índice de Integridad Biótica (IIB)”, “por debajo del umbral aconsejable” para  mantener la funcionalidad del ecosistema de mi microbiota”.

Quizás, algunos profesores aplaudirían al listillo y denostarían al primer alumno, es decir, al que tiene razón, ya que nos viene a decir. ¿Cómo puede usted preguntar esa tontería? ¿Si no había contado el número de naranjas que originalmente había en el cesto, como puede saber las consecuencias del hurto?

Pues bien, el grupo de afamados científicos/prestidigitadores lenguaraces  que ha elaborado el trabajo y al que cabría denominar “tonterías de los próceres de la ciencia sin fronteras”, se apunta a la segunda respuesta y nos comentan que la biosfera se encuentra a punto del colapso. ¡Quizás sí, quizás no!, pero sus cálculos debieran pasar a la antología del disparate, ya que todos sabemos sobradamente el problema que se sufre: la pérdida de especies. Y además los medios de comunicación nos lo recuerdan todos los días, como si fuéramos subnormales.

Pero en realidad desconocemos cuantas especies constituyen hoy en día el acervo biológico del árbol de la vida, habiéndose publicados cálculos que oscilan entre unos pocos millones a otros que espetan “trillones”. ¿Trillones?. Si algún colega ha llegado a esos “cálculos”, que dado el estado del arte viene a significar “elucubraciones carentes de base empírica”.    Ya comentaremos este último notición. Pero permítanme que adelante parte del contenido de la noticia que..

Los científicos usaron datos procedentes de cientos de estudios y analizaron la abundancia de animales, plantas y hongos en 2,38 millones de registros sobre 39.123 especies en 18.659 lugares, desde hábitats naturales, áreas agrícolas y urbanas (…) Un grupo internacional de científicos, liderado por la University College London en Reino Unido, ha cuantificado en detalle por primera vez el efecto de la pérdida mundial de biodiversidad y revela que las presiones relacionadas con el uso del suelo la han reducido enormemente. Según el Índice de Integridad Biótica (IIB), el límite seguro de pérdida de biodiversidad está en el 10%, es decir que en ese caso un 90% de la abundancia de especies se mantendría intacto”.

 ¿Pero cómo se puede “cuantificar en detalle por primera vez”, algo que se desconoce?. Ni cientos de estudios ni ¡leches!. Si no se sabe, no se sabe, y por lo tanto menos aun el límite de seguridad. ¿Qué es eso? De lo que si albergo seguridad absoluta es de que en este caso la denominación de grupo de expertos debiera/¿bebiera? ser reemplazado por el de paparazis de la ciencia, de cantamañanas, etc.. No es necesario aterrar a nadie, sino que los investigadores debemos informales a ustedes de nuestros cálculos, y sus incertidumbres, como también de nuetras dudas. Y ahora avanzo otra joya de la corona que espetan estos sabios desnortados:

Newbold propone volver a los límites seguros restaurando algunas zonas del hábitat natural y preservando las áreas restantes. «Tendremos que restaurar las tierras usadas por los humanos», concluye.

Pues bien, la FAO nos informa de que no existe más suelo fértil por explotar mientras estos “cerebros fugados” proponen que parte de ella vuelva a convertirse en “hábitats naturales”. Ojalá fuera posible, pero no lo es, so pena que terminemos comiéndonos la naturaleza en una “gigantesca barbacoa” en el que denominaremos  ¡El gran atracón final que acabó con el Antropoceno!.

A lo largo de toda la nota de prensa se enfatiza que la agricultura es una de las principales razones del colapso ecosistémico global que se avecina. Yo imaginaba que tras tantos sesudos cálculos la respuesta final debiera haber sido: “No nos queda más remedio que retornar a nuestro modo de vida paleolítico, o de ciertos pueblos aborígenes neolíticos, ya que la agricultura industrial nos está matando”. Veamos tarugos, una cuestión es que la agricultura industrial sea peor que el Caballo de Atila que “»por donde pisaba no volvía a crecer la hierba«.  Y otra que cualquier manejo agropecuario conlleve una pérdida de biodiversidad, por cuanto incluso se ha demostrado que tal aserto es rotundamente falso. Existen sistemas de gestión agropecuaria sustentables que incluso pueden aumentar la diversidad natural del territorio. A lo largo de casi 11 años, os hemos ofrecido numerosos ejemplos en post sucesivos que han ido almacenándose en la categoría “Etnoedafología y Conocimiento Campesino”, por lo que no abundaremos sobre el tema.

También os explicamos con abundantes ejemplos como el hombre, en su devenir por la biosfera,  “no ha dejado títere con cabeza”, es decir que hemos perturbado todo, incluso ecosistemas que hasta hace pocos años considerábamos prístinos (sin antecedentes de impacto humano alguno). Por lo tanto, aunque conociéramos la plena diversidad de un “hábitat natural” (algo que también os explicamos que no se ha logrado “ni una sola vez”), tampoco nos serviría de referencia acerca de la diversidad perdida antes de que esos homínidos a los que se les presupone inteligencia iniciaran sus fechorías contra Gaia. Así pues, la metodología que hayan propuesto estos “sabios resabiados” ni sirve de nada ni merece la pena ser leída.   Pues bien, terminemos señalando que este estudio no debiera tener cabida en una publicación científica digna de llevar tal nombre, sino en la prensa más escandalosamente sensacionalista.  Es decir pura bazofia. Pero como vivimos en un mundo mediático ávido de execrables informaciones que escandalicen al público…Cuanto más desmemoriado mejor…. Desde luego, desde esta óptica cegata, hasta los científicos del suelo recuperaríamos nuestro protagonismo perdido. Eso sí, ni con todo el PIB Mundial durante un lustro conseguiremos restaurar todos los suelos degradados. ¿pero que sabiduría atesoran estos sabios?. 

 La bobalización global sigue su curso y se acelera…..

Os dejo con ese escrito pseudocientífico,  porque no puedo calificarlo de un modo más afable, aunque se me “escurren” otros mucho, muchísimo peores.

 Pues eso, aquellos de vosotros que estéis interesados en leer la nota de prensa que abajo expongo, taparos las narices con los dedos y ahí va……..

 Juan José Ibáñez

Pero qué asco………

La biodiversidad ha caído por debajo del umbral seguro por el uso del suelo

En el 58,1% de la superficie de la Tierra, la pérdida de biodiversidad ha alcanzado unos niveles tan altos que será necesaria la intervención humana para que los ecosistemas puedan seguir cumpliendo su función. Según un nuevo estudio, la biodiversidad mundial se habría reducido un 15,4%, estando el límite seguro en el 10%. El equipo de científicos achaca el impacto a las presiones generadas por el uso del suelo y la agricultura.

FUENTE | SINC; 15/07/2016

La Tierra se está saturando por la presión que ejercen sobre ella los seres humanos, y esto tendrá consecuencias en el desarrollo social y económico. En 2009, un grupo de científicos liderado por el sueco Johan Rockström, director del Stockholm Resilience Centre, estableció nueve límites planetarios, un marco internacional que define un espacio operativo seguro para la humanidad.

El cambio climático, la pérdida de biodiversidad, el exceso de nitrógeno y fósforo en la producción, el agotamiento del ozono estratosférico, la acidificación de los océanos, el consumo mundial de agua dulce, el cambio en el uso del suelo (agricultura), la contaminación del aire y la química son las nueve áreas que si se sobrepasan cambiarán el medio ambiente de manera abrupta e irreversible.

Un grupo internacional de científicos, liderado por la University College London en Reino Unido, ha cuantificado en detalle por primera vez el efecto de la pérdida mundial de biodiversidad y revela que las presiones relacionadas con el uso del suelo la han reducido enormemente. Según el Índice de Integridad Biótica (IIB), el límite seguro de pérdida de biodiversidad está en el 10%, es decir que en ese caso un 90% de la abundancia de especies se mantendría intacto.

Sin embargo, «la pérdida de biodiversidad corresponde a una media de 15,4%, medida a partir del IIB«, dice a SINC Tim Newbold, autor principal e investigador en el University College London. La biodiversidad se situaría por tanto en el 84,6%, es decir por debajo del 90%, aunque algunos investigadores señalan que puede considerarse segura una reducción hasta el 70%. El trabajo señala que incluso si se tiene en cuenta la aparición de nuevas especies en una determinada región, el IIB sigue situándose por debajo del umbral aconsejable, a un 88% de su valor previo al factor humano.

LA BIODIVERSIDAD DE LOS PASTIZALES, LA MÁS AMENAZADA

El estudio, publicado en Science, estima que en el 58,1% de la superficie terrestre mundial -que alberga al 71,4% de la población mundialla biodiversidad local se ha reducido por debajo de esos límites planetarios propuestos por Rockström. Según los científicos, la integridad de la biodiversidad está en declive incluso en las zonas más salvajes, donde habitan multitud de especies y que se consideran puntos calientes de biodiversidad.

«Nos hemos dado cuenta de que en prácticamente todo el mundo la pérdida de biodiversidad ya no está en el límite seguro sugerido por los ecologistas«, explica Tim Newbold. Según la investigación, nueve de los 14 biomas terrestres han superado el límite de seguridad recomendado para la biodiversidad, pero este número se reduce a siete de cada 14 si la aparición de nuevas especies se incluye en la evaluación.

Pastizales, sabanas y montes bajos son las áreas más afectadas por la pérdida de biodiversidad, seguidos muy de cerca por muchos bosques. «Las más afectadas son las praderas de zonas templadas, porque es donde la mayoría de la agricultura se desarrolla. Sin embargo, muchas áreas tropicales también han alcanzado esos límites por la creciente agricultura que se lleva a cabo en esas zonas», subraya a SINC Newbold. La Amazonía, que no ha experimentado cambios en los usos del suelo, tiene niveles más altos de biodiversidad.

LOS ECOSISTEMAS PIERDEN SU FUNCIÓN

El trabajo demuestra también que los niveles de la pérdida global de biodiversidad podrían afectar negativamente a la función del ecosistema y la sostenibilidad de las sociedades humanas. «Existen evidencias de que la pérdida de biodiversidad puede reducir las funciones ecológicas como la produccion agrícola, el crecimiento de organismos vivos, el ciclo de nutrientes y la polinización. Además la pérdida de biodiversidad hace que las funciones del ecosistema bajo cambios ambientales como el cambio climático sean menos probables», alerta el científico.

Hasta ahora, los científicos no tenían del todo claro cómo la pérdida de biodiversidad afectaba a la función del ecosistema. «Lo que sí sabemos es que en muchos lugares del mundo, nos acercamos a una situación en la que la intervención humana podría necesitarse para mantener esta función«, recalca el investigador.

Los científicos usaron datos procedentes de cientos de estudios y analizaron la abundancia de animales, plantas y hongos en 2,38 millones de registros sobre 39.123 especies en 18.659 lugares, desde hábitats naturales, áreas agrícolas y urbanas. Los análisis del proyecto Projecting Responses of Ecological Diversity In Changing Terrestrial Systems (PREDICTS) permitieron comprobar en cada kilómetro cuadrado de tierra cómo ha cambiado el hábitat.

El equipo subraya que si no se controla la pérdida de biodiversidad, se minarán los esfuerzos hacia un desarrollo sostenible a largo plazo. «Los políticos se preocupan mucho por la recesión económica pero la ecológica podría tener consecuencias incluso peores. Hasta que no recuperemos la biodiversidad, estamos jugando a la ruleta ecológica», declara Andy Purvis del Natural History Museum de Londres, y coautor del estudio.

Newbold propone volver a los límites seguros restaurando algunas zonas del hábitat natural y preservando las áreas restantes. «Tendremos que restaurar las tierras usadas por los humanos«, concluye.

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