agricultura-regenerativa

Fuentes: Soilforlife y Elements-Eco design

¡Vaya líos! ¡Vaya líos! Hace poco tiempo edité un post titulado: «La Nueva Revolución Verde del Siglo XXI: Todo Preparado«, pero, ¿para qué?. Evidentemente el propósito estriba en reemplazar la filosofía de los sistemas agrarios, basados en la clásica revolución verde que, tras su éxito inicial, tanto daño a causado al medio ambiente. ¿Por cuál?: otro que nos guie hacia la ansiada sustentabilidad ambientalmente amigable. La inmensa mayoría de las propuestas pretenden desacoplar agricultura y economía del petróleo, incluyendo la reducción drástica, cuando no supresión total, de los fertilizantes químicos y pesticidas, para ser reemplazados por enmiendas orgánicas y manejo integrado de las plagas sobre bases ecológicas.  Buena parte también de las propuestas pretenden erradicar, en la medida de lo posible, el uso de los organismos modificados genéticamente, aunque en otros muchos textos no se menta nada al respecto, o se habla de la agricultura de conservación, tras las que se escudan los amantes de ir tocando los genes a toda la biosfera (los archiconocidos  “tocagenes” por los lectores de esta bitácora). Y todo ello, principalmente en base a lo que se denomina agricultura orgánica. Personalmente, llevo años intentarme aclararme acerca de las diferencias entre agricultura ecológica y agricultura orgánica, pero sin mucho éxito.

En vista de que en el mundo anglosajón y germano los productos que proceden de la agricultura orgánica son los que tienden a ser legislados mediante las certificaciones gubernamentales pertinentes, no podía discernir claramente cuál era la diferencia clave entre lo orgánico y lo ecológico, hasta la lectura de una noticia que os ofrezco abajo, entre otras. Desconocía el significado preciso de estos vocablos en USA. La Administración Obama se encuentrba dando un impulso inusitado al universo de la agricultura orgánica, con vistas a reemplazar la clásica, como os comente en el post de la “Nueva Revolución Verde”. Sin embargo en palabras de Obama, tal encomiable empresa debería dar paso a una bioeconomía que incluyera los biocombustibles (¿pero sin son de primera generación, no aparecen los transgénicos en la ecuación?). Y es aquí, a través de un artículo editorial del New York Times, de donde he logrado vislumbrar algo mejor todo este galimatías. Pensaba, equivocadamente que los hijos del Tío SAM, para variar, tenían sus propios problemas, nomenclaturas, etc., y en parte era cierto, pero en parte no, al menos respecto a Europa. EE.UU. ya atesora una legislación de los productos orgánicos y los fomentan mediante sus gubernamentales “farm bills”. Ahora bien, también reconocen que hay distintos tipos de agriculturas alternativas, muchas de las cuales cumplen las especificaciones orgánicas, pero van mucho más allá en lo que respecta a sus consideraciones restrictivas, con vistas a que los alimentos no sean tan solo más saludables, sino plenamente naturales. Eso si, luego llegaron  las “Trump”etas del Apocalipsis y USA retornó a la ceremonia de la confusión.

Sin embargo, el tema se complica, al añadir otras demandas sociales y ambientales a la aludida ecuación. Si en un primer momento, el objetivo estribó en obtener alimentos más saludables, ahora otras propuestas llegan a hacer más énfasis en mejorar la calidad o la salud de los suelo. Esta última perspectiva es la que se ha denominado “regenerativa”, por lo que merecería una mayor atención en nuestra bitácora. Empero otras propuestas priorizan en secuestro de carbono por el medio edáfico, con vistas a paliar el cambio climático.

Resulta palmario que estos tres objetivos son plenamente compatibles. Sin embargo, algunas propuestas son más laxas que otras. Las certificaciones orgánicas, como ocurre en Europa, dan cuenta de las agriculturas más permisibles desde un punto de vista ambiental, frente a lo que solemos definir como agricultura ecológica. Por lo tanto, lo orgánico incluye a lo ecológico, pero no al revés. Y es justamente en este punto en el que los defensores de las últimas discrepan de las susodichas “certificaciones orgánicas”. Bajo todo este galimatías subyacen factores socioeconómicos de suma importancia, pero que no dejan de ser nuevas variables a contemplar, abundando una vez más en la confusión. Hablaremos luego de ellas.

Del mismo modo “como cada maestrillo tiene su librillo” se acuñan más y más vocablos que, aunque sobre el papel debieran servir  para clarificar, en la práctica ocurre todo lo contrario. Por ejemplo, dentro de lo que denominamos agricultura ecológica, también existen escuelas bastante variopintas, como la apelada  agricultura biodinámica, la ya mencionada agricultura regenerativa, la agricultura natural de no intervención y la agricultura mesiánica, entre otras muchas.

Seguramente todas ellas, por compartir objetivos similares son aceptables, siendo unas más que otras en función del espacio geográfico, tipo de suelo, cultivo a sembrar, clima, sociología de sus practicantes, etc., etc. Empero, al mismo tiempo, parte de estas escuelas abrazan ciertos principios ajenos a la ciencia, como las aptitudes/sensibilidades ante el mundo que nos rodea: modos de vida natural, la granja como un ente vivo, surgiendo esporádicamente palabros como homeopatía en agricultura ¿¿??, el seguimiento de los ciclos lunares ¿?, etc. Más aun, algunas de estas propuestas fueron lanzadas en el siglo XX, aunque también en el XIX.  Del mismo modo, algunas son sustentadas por ciertas fundaciones privadas o no, que como el Instituto Rodale, desde la distancia, personalmente no sabría deciros si se trata de centros de investigación serios, o agrupaciones sectarias o simplemente sectas, al estilo de ciertos movimientos místicos.

Pongamos un ejemplo, la agricultura biodinámica, ya propuesta en 1924, considera que las granjas deben ser tratadas como “un ente vivo”, demandándose de ellas que sean lo más autárquicas que sea posible. El concepto resulta ser sugestivo, pero llevarlo a la práctica ya es otra cuestión. Con vistas a poder seguir las directrices de esta escuela, la granja o predio debería albergar una gran diversidad de hábitats, que dieran lugar a poder atesorar diversos cultivos, tipos de ganadería, etc. Y este condicionante es difícil de alcanzar dificultando su implantación por cuanto se requieren amplios espacios heterogéneos desde el punto de vista ambiental (heterogeneidad de hábitats).

Y ahora vamos a intentar sintetizar el problema socioeconómico que personalmente más me preocupa, muy parecido al de Europa. Los pequeños agricultores, que en su día decidieron apostar por algún tipo de agricultura ecológica, se lamentan de que las grandes empresas y multinacionales,  bajo el amparo de las certificaciones orgánicas oficiales, excesivamente laxas, a menudo cumplen la ley, pero no su espíritu, lanzando al mercado productos menos saludables, no siendo tan respetuosos con el medio ambiente como proclaman. Reconocen que tal certificación es positiva, aunque debiera irse mucho más allá, con vistas a alcanzar la sustentabilidad. De este modo, por ejemplo (al menos en USA), los seguidores de la agricultura biodinámica van reemplazando las etiquetas certificadas orgánicas por las que ellos consideran que dan cuenta de la bondad de sus productos: es decir las.  Biodynamic Certification Marks”.

“Intentando resumir”: existen tres razones que están promoviendo rápidamente la emergencia de una agricultura ¿natural, ecológica, orgánica, biodinámica, regenerativa?, a saber: (i) conseguir alimentos saludables, (ii) paliar o revertir la degradación ambiental que sufre la biosfera como resultado de la revolución verde y (iii) incrementar en secuestro del carbono atmosférico por los suelos, paliando el previsible calentamiento climático y mejorando la calidad de los suelos simultáneamente. Del mismo modo, en ocasiones se introducen cosmologías e incluso factores “aparentemente místicos o esotéricos”, como los ciclos lunares, y más aún el mentado de la “homeopatía ¿¿??. Y Para terminar se encuentre abierta una guerra entre los pequeños agricultores que creen en lo que hacen, y las grandes compañías que se escudarán en los mínimos requerimientos, incluso haciendo fraude con vistas a obtener el máximo beneficio.

Una vez reconocido que el modelo agronómico de la revolución verde no puede seguir vigente y debe ser reemplazado por los motivos ya aludidos, me temo que la ceremonia de la confusión irá “in crescendo”, conforme a los intereses de los gobiernos y el yugo del imperialismo financiero. Parafraseando al entrañable Antonio Bello, la agricultura que necesitamos no requiere etiquetas, tan solo hace falta que sea amigable ambientalmente; que esté “bien hecha”,

Abajo os dejo abundante material (parte del cual he traducido desde el suajili)  para que os intentéis aclarar vosotros mismos, ya que ante tal marasmo de vocablos, perspectivas y enfoques, lo dicho hasta aquí tan solo puedo considéralo como una síntesis provisional.

Juan José Ibáñez

Regenerative agriculture según wikipedia

Biodynamic agriculture según wikipedia (la granja como un organismo vivo)

Organic farming según wikipedia

Biobased economy  or bioeconomy segun wikipedia (basada en la biotecnología, biofuels, ettc.)

Agricultura ecológica en Wikipedia española )que solo menciona de pasada la agricultura regenerativa) incluye:

 la  agricultura biodinámica,

Y además incluye: Agricultura natural de no intervención del biólogo y monje Zen budista japonés Masanobu Fukuoka

Agricultura biológica o agrobiología basada en parte en la denominada teoría de la  trofobiosis y una perspectiva fuertemente nutricionista.

Agricultura mesiánica (vaya nombre) basada en las enseñanzas del filósofo Japones Mokichi Okada, una corriente similar a la agricultura natural.

Dos páginas en las que se explica la agricultura regenerativa de la que no he detectado una explicación conceptual en las primeras páginas de Wikipedia en castellano

agricultura regenerativa

agricultura regenerativa (vehemente y poco objetiva, en mi opinión)

agricultura regenerativa

Propuesta por el biólogo y monje Zen budista japonés Masanobu Fukuoka

Esto es traducido de abajo es traducido de Regenerative agriculturesegún wikipedia

Regenerative agriculture is a sub-sector practice of organic farming designed to build soil health or to regenerate unhealthy soils. The practices associated with regenerative agriculture are those identified with other approaches to organic farming, including maintaining a high percentage of organic matter in soils, minimum tillage, biodiversity, composting, mulching, crop rotation, cover crops, and green manures.

La agricultura regenerativa es una práctica subsector de la agricultura ecológica diseñado para regenerar la salud del suelo o para regenerar los suelos poco saludables. Las prácticas asociadas con la agricultura regenerativa son los identificados con otras aproximaciones a la agricultura orgánica, incluyendo el mantenimiento de un alto porcentaje de materia orgánica en los suelos, la labranza mínima, la biodiversidad, compost, mantillo, la rotación de cultivos, cultivos de cobertura y abonos verdes.

In the past, regenerative farming was seen as a long-term integrated approach that proponents used to build soil health, promote nutrient retention, and encourage pest and disease resistance. Many of the practices associated with regenerative farming are management practices associated with organic agriculture. In practice, these practices can be applied in any type of horticulture and properly managed livestock with Holistic Planned Grazing (Savory & Butterfield Holistic Management -A new decision making framework) where one of the main goals is to build soil organic matter, an organic practice understood by practitioners of organic farming to have far reaching benefits for plant health and farm sustainability.

When combined with the spirit of organic agriculture such practices are said to produce healthy soil, healthy food, clean water and clean air using inexpensive inputs local to the farm. Practices that minimize biota disturbance and erosion losses while incorporating carbon rich amendments and retaining the biomass of roots and shoots are encouraged in regenerative farming.

Best Practices

Foremost among best practices in regenerative farming are zero-tolerance for synthetic pesticides, fertilizers, and other inputs that disrupt soil life. On the other hand, conservation tillage, while not yet widely used in organic systems, is viewed as a regenerative organic practice integral to soil-carbon sequestration

En el pasado, la agricultura regenerativa fue vista como un enfoque integrado a largo plazo que los defensores utilizan para reconstruir la salud del suelo, promover la retención de nutrientes, y fomentar la resistencia a plagas y enfermedades. Muchas de las prácticas asociadas con la agricultura regenerativa son las prácticas de gestión asociadas a la agricultura orgánica. En la práctica, estas prácticas se pueden aplicar en cualquier tipo de horticultura y ganadería adecuadamente manejados con holística de Planificación de pastoreo (Savory y Butterfield holístico de gestión -Un nuevo marco de toma de decisiones), donde uno de los objetivos principales es la construcción de la materia orgánica del suelo, una práctica orgánica comprenderán los expertos de la agricultura ecológica para tener beneficios de largo alcance para la salud de las plantas y la sostenibilidad agrícola.

Cuando se combina con el espíritu de la agricultura orgánica tales prácticas se defiende que conducen a formar un suelo sano, comida sana, agua y aire limpios utilizando insumos baratos locales o de la propia granja. Prácticas que minimicen las pérdidas por perturbación biota y erosión, al tiempo que incorpora modificaciones que enriquecen el suelo en carbono, aumentando la retención de la biomasa de las raíces y los brotes son prácticas que estimula la agricultura regenerativa.

Mejores prácticas

La más importante y mejores prácticas en la agricultura regenerativa son la  tolerancia cero para los plaguicidas sintéticos, fertilizantes y otros insumos que perturban la vida del suelo. Por otro lado, la labranza de conservación, aunque no es todavía ampliamente utilizada en los sistemas orgánicos,  se considera como una práctica orgánica regenerativa integral al secuestro de carbono en el suelo.

A la vanguardia de esta investigación es el Instituto Rodale, que es uno de los principales defensores de la agricultura regenerativa. Siendo reconocida por la UDA en sus farm bills

Regenerative organic agriculture puts soil health front and center

Oct 29, 2015 Lisa Marshall | Natural Foods Merchandiser

The rise of Biodynamic agriculture

A growing number of industry voices say that focusing on fixing the soil will not only improve the food system but also address climate issues Advertisement

On Oct. 21, 2002, a New York Times editorial proclaimed: “Today marks a milestone in American farming.” The newspaper lauded the long-awaited implementation of the U.S. Department of Agriculture’s National Organic Program (NOP), which defined the word organic and established—for the first timewho could and could not use it legally. The real value of the program, the Times argued, was not in any added health benefit of organic food itself (that had yet to be scientifically validated), but rather in its emphasis on soil preservation. “In an organic system … the soil grows richer and richer, more and more fertile. It does not blow or wash away,” the editorial explained. “Buying organic food is a way to support the health of the soil itself. For that alone, it deserves our support.”

Fast-forward 13 years and organic has no doubt been a success. Sales of products emblazoned with the USDA Organic seal soared to $39 billion in 2014, up 11 percent, according to the Organic Trade Association. But with that success, and the accompanying influx of industrial-scale organic producers, has come concern that the NOP, while an important step forward, does not go far enough to achieve that foundational mission. “I am a huge fan of organic, but unfortunately, the National Organic Program is not sufficiently focused on soil health,” says industry veteran Tom Newmark, whose former company, New Chapter, was the first supplement brand to obtain the organic seal. “There is an international movement afoot today that says it’s time to take things a step further.”

Newmark is among a growing number of vocal advocates for so-called “regenerative agriculture,” a catchall phrase describing farming systems that not only protect existing soil from prohibited chemicals and other inputs (as the NOP does) but also promote soil generation. Advocates say abundant, healthy soil—which can act as a carbon sink—is a key but oft-overlooked solution to addressing global climate change. Some farmers take the term regeneration a step further, seeing it as their obligation to regenerate not just the soil and the forests that spring from it, but also the communities that rely on it and—in the case of Biodynamic agriculture—the “life force” within in it.

While some organic farmers are indeed regenerative farmers, Newmark says many are not. He argues that, although legal under NOP, the heavy tilling, monocropping, use of nonorganic chemicals and other practices some large-scale industrial organic operations rely on are hardly good for the soil.

To acknowledge those dedicated to regenerative farming and to encourage others to follow suit, advocates say the time has come to recognize the distinction with new phrases—and new labels. “I am not indicting any aspect of organic, but as with anything in life, improvement should be the goal,” says Michael Bisancon, an industry advisor who served as a Whole Foods Market executive for 18 years before retiring three years ago. “Regenerative organic agriculture is about raising the bar.

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Infographic: The foundation of healthy soils

How biodynamic farming can satisfy consumer demand for greater food transparency

Fighting climate change via soil

In June, scientists, business owners and farmers from 21 nations gathered at Newmark’s Biodynamic farm in Costa Rica for the inaugural Regenerative International Conference. The key message they took home: It’s time for climate-change activists and the organic industry to come together.

“There is new science making it more and more clear that by fixing the soil and fixing the way we produce food, we can fix the climate as well,” says Ronnie Cummins, director of the Organic Consumers Association, who attended the conference.

Over the last century, research suggests more than one-third of the world’s topsoil has been destroyed through erosion and soil-degrading farming practices. That’s a problem for the environment for two reasons, says Newmark: When soil degrades, it emits CO2 into the atmosphere, contributing to global warming; meanwhile, humus—the rich soil that results from the decaying of organic matter—soaks up CO2. “Every pound of carbon in the soil, when it is released through deep, repeated tilling of soil, the application of synthetic nitrogen fertilizer, overgrazing or other forms of agricultural malpractice, gets converted to 3.67 pounds of CO2 in the atmosphere,” Newmark says. “The good news is that just as quickly as it can be released into the atmosphere, it can be drawn down and put back into the soil.”

In fact, according to a recent white paper by the Rodale Institute, if all farmland—organic and conventional—were converted to a regenerative model (using things like low- or no-tillage farming and cover crops to provide groundcover during the off-season), it would sequester 40 percent of annual CO2 emissions. If all pastureland were managed in a regenerative manner (with animals grazing more like they do in nature), another 71 percent could be sequestered, leading to a “negative emissions scenario,” the report states.

“Up until now, we have completely failed to recognize soil as the powerful carbon sink that it is,” Newmark says.

The rise of Biodynamic agriculture »

The rise of Biodynamic agriculture

One form of regenerative organic agriculture, Biodynamic agriculture, has been around since 1924, when farmer-philosopher Rudolf Steiner (founder of the Waldorf School) presented the idea of the farm as a “living organism” as a counterpoint to the emerging idea of farm as factory. This ethos has flourished in Europe for decades, with more than 5,000 products across the pond now boasting the Demeter-certified Biodynamic seal. But only in the past few years has Biodynamic taken off in the U.S. “The interest right now is unprecedented,” says Jim Fullmer, codirector of Demeter USA.

In 2013, Whole Foods Market publicly embraced Biodynamic agriculture, proclaiming in a blog post that “pushing the Biodynamic segment is the logical next step in sustainability. Now that we have made Organics and Non-GMO household names, we are creating a niche for Biodynamic products.”

Today, the retail giant hosts a range of Demeter-certified products, ranging from Biodynamic sugar and flour to Biodynamic tomato sauce. Lundberg Family Farms, Amy’s Kitchen and Guayakí Brand Yerba Mate now all have certified Biodynamic products. An estimated 70 vineyards and wineries and about 20 other companies also have products in the national marketplace. And according to Demeter, 15,144 acres of U.S. farmland are certified Biodynamic, a number that is growing about 10 percent per year.

Beyond organic: The rise of regenerative agriculture @nfm_mag

To obtain Demeter certification, a farm must first be certified USDA Organic. But on top of that, it must also meet a long list of requirements aimed at treating the farm as an “interconnected whole” minimally dependent on outside inputs, where the waste from one part of the farm provides energy for another. Biodynamic farms must set aside 10 percent of their land for biodiversity conservation and host animals, which provide manure for crops. The standard also requires farmers to use holistic preparations to regenerate the soil, including ground-up quartz and female cow manure that is placed in a horn and buried for the winter. Many Biodynamic farmers also time their agricultural practices around the lunar cycles.

La norma también obliga a los agricultores a utilizar preparados holísticos para regenerar el suelo, incluyendo el cuarzo molido en marcha y estiércol de vaca femenina que se coloca en una bocina y enterrado para el invierno. Muchos agricultores biodinámicos también el tiempo de sus prácticas agrícolas en torno a los  ciclos lunares.

Our role here is not to be antagonistic to the organic movement at all,” Fullmer insists. “We all come out of the organic movement. But it has evolved into lists of materials that are allowed and not allowed. For some farmers, that is not enough. The box that the organic standard puts them in doesn’t fully represent what they are doing and doesn’t differentiate them from huge organic industrial farms.”

Another story to tell

David Karr, cofounder of Guayakí, says that in some cases the USDA Organic logo can actually be a marketing liability. “There is a lot of stigma that comes with organic,” he says. “It leaves out a lot of the practices that are dear and important to our model and vision and lumps us into the same playing field as Big Organic, which engages in practices we don’t necessarily agree with.”

Organic Consumers Association’s Cummins agrees: “Most organic producers are doing things in the spirit of the law, but some big ones, especially in the case of poultry or dairy, are gaming the system.”

Asociación de Consumidores Orgánicos Cummins está de acuerdo: «La mayoría de los productores orgánicos están haciendo las cosas en el espíritu de la ley, pero algunos de los grandes, especialmente en el caso de las aves de corral o productos lácteos, está jugando el sistema

Guayakí recently removed the USDA Organic Seal from the front of its packaging, placing it on the back alongside numerous other labels that illustrate its commitment to fair trade, animal welfare and other causes. Front and center on Guayakí’s website is the company’s mission to restore 200,000 acres of rainforest and create 1,000 living-wage jobs by 2020 via what it calls “Market Driven Restoration.” It also alerts customers that the purchase of one pound of loose Guayakí Yerba Mate reduces atmospheric CO2 by 573 grams. “Organic is one of many pillars for us,” Karr says. “But it is not by any stretch the only one or the most important one.”

Organic Trade Association CEO Laura Batcha was not available for an interview for this story. But in a prepared statement, she stressed that organic is “the most heavily regulated and closely monitored food system in the United Statesand “unique from all other eco-labels because of the strict and transparent set of federal regulations that stand behind it.” She continued, “The foundation of organic farming—and of organic regulations—is maintaining and enriching the health of the soil.”

Nonetheless, many predict another label—Regenerative Organic Agriculture—will be popping up on products sold in natural products stores soon. When that happens, Cummins says he’ll likely direct consumers toward it. “It’s not a replacement for organic,” he says. “It is the next stage.”

No obstante, muchos predicen otra etiqueta-Agricultura Orgánica regenerativa irá apareciendo pronto en los productos que se venden en tiendas de productos naturales. Cuando eso suceda, Cummins dice que los consumidores probablemente irán directamente hacia ellos. «No es un reemplazo para lo orgánico», dice. «Es la siguiente etapa.«

Bisancon, who now advises companies and nonprofits interested in regenerative agriculture, believes that, ultimately, this could be precisely what struggling independent retailers need as they’re trying stay afloat in the shadow of Costco, Walmart, Safeway and other big retailers offering organic products at cut-rate prices. “If you want to survive and prosper as an independent retailer or small chain at this point,” he says, “you need another story to tell—a positive story that talks about the health of the land, the people and the planet. I believe this is it.”

Besançon, que ahora asesora a empresas y organizaciones no lucrativas interesadas en la agricultura regenerativa, cree que, en última instancia, esto podría ser precisamente lo por lo que luchan los minoristas independientes necesitan a medida que están intentando mantenerse a flote en la sombra de Costco, Walmart, Safeway y otros grandes minoristas que ofrecen productos orgánicos a precios reducidos. «Si quieres sobrevivir y prosperar como un distribuidor independiente o pequeña cadena en este punto,» dice, «se necesita otra historia que contar, una historia positiva que habla sobre la salud de la tierra, la gente y el planeta

« Regenerative organic agriculture puts soil health front and center

Bioeconomía según Wikipedia

La economía ecológica (en adelante EE) se define como la «ciencia de la gestión de la sustentabilidad»1 o como el estudio y valoración de la (in)sostenibilidad.2 Es un conjunto de modelos de producción integral e incluyente que toma en consideración variables ambientales y sociales. A diferencia de la economía marrón que es la administración eficaz y razonable de los bienes que se basa en la persecución del crecimiento económico a través del uso óptimo de insumos y factores de producción.3 No es una rama de la teoría económica, sino un campo de estudio transdisciplinar, lo que quiere decir que cada experto de una ciencia, por ejemplo biología, conoce un poco de economía, física u otras, con la finalidad de comunicarse entre investigadores y realizar una fusión de conocimientos4 que permita afrontar mejor los problemas ya que el enfoque económico convencional no se considera adecuado. Sin embargo, está abierta también a no científicos……..

Sin embargo en el mismo capítulo luego habla de  “otras bioeconomías”…….. ¿Cuáles?

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