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Inundaciones relámpago “flash floods, ya denominadas «huaycos» por los campesinos de las regiones andinas, cuando se refieren a las corrientes de lodo, han despertado la atención de los medios de comunicación de todo el mundo. En esencia no difieren de las denominadas “gota fría” del SE de la península Ibérica. Tales desastres naturales suelen abundar cuando el fenómeno climático denominado de “El Niño” resulta ser más pronunciado causando, al margen de muerte y destrucción, pérdida y contaminación de suelos, cosechas y vegetación natural.  Cuando las áreas afectadas se encuentran en zonas de alta sismicidad, sus estragos son considerablemente más brutales. Según Augusto Ortiz de Zevallos, las culturas precolombinas (como por ejemplo la  Civilización Inca o Quechua) los temían y  tenían más en consideración que la sociedad actual con su tan cacareada prodigiosa tecnología, aunque con idéntica falta de respeto por el hombre y la naturaleza.  En consecuencia sus construcciones y espacios estratégicas no eran afectadas por estos procesos superficiales terrestres. Las causas y repercusiones vienen muy bien redactadas y sencillamente explicadas en el blog “Desastres naturales y tiempo severo”, por lo que os remito a este sitio Web con vistas a una lectura amena de todo este asunto.

Generalmente, una expansión urbana desordenada e intensa debida a la desertización rural (éxodo de un campesinado pobre hacia las ciudades) y especialmente cuando en el entorno periurbano abundan chabolas, vertederos y  casas paupérrimamente construidas, agravan seriamente los efectos de los «huaycos«. Y esto es especialmente cierto en aquellas áreas más susceptibles de sufrir desastres ambientales, como los tsunamis y aludidos diluvios.

La Siguiente noticia, extraída de TerraDaily (que os reproduzco más abajo) no deja de ser un documento oportunista, por cuanto no alega nada nuevo bajo el sol. Todo lo dicho podría aplicarse a otras partes del mundo bajo situaciones geopolíticas, y geoambientales similares. ¿Cuáles son pues las razones de la alta frecuencia relativa de estos eventos extremos?:

Las sociedades contemporáneas han conducido a que grandes extensiones de  bosques fueran reemplazadas por granjas, eliminando las barreras naturales que restringen el curso del agua de las lluvias torrenciales”. Hablamos pues de deforestación y puesta en cultivo o pastizal en áreas vulnerables a sufrir tal tipo de procesos calamitosos. A menudo, los nuevos asentamientos, la construcción de infraestructuras y redes viales, han soslayado lo que las culturas precolombinas conocían sobradamente. Y aquí intervienen pues factores sociales y geopolíticos.

Asñi pues, condiciones climáticas como la del Niño, que generan intensos periodos de lluvias torrenciales, los frecuentes terremotos (muy abundantes en la costa andina del océano pacífico) deficientes planificaciones urbanísticas y la pobreza, siempre la pobreza, son los responsables de los daños causados. ¡Eso es todo!. No pueden pues evitarse las causas naturales, pero si sus estragos sobre la población, pero también en parte el medio natural.   Nada nuevo bajo el sol para el Homo tecnologicus, por desgracia. «La naturaleza no perdona», como se menta en la noticia.

Y reiteramos que tras  leer durante años muchos acerca de los riesgos naturales, los deslizamientos y avalanchas son aquellos desastres que causan probablemente la mayor parte de las víctimas a nivel global. Del mismo modo, vimos también las probables razones que intentaban dar respuesta a la siguiente pregunta  ¿Por qué los Humanos se Asientan en Áreas Tectónicamente Activas?.

El ser humano tiene la desagradable e innata actitud de intentar buscar culpables y linchar a quien haga falta para resarcirse de las tragedias.  Y esto incluye a los científicos que intentan predecir eventos difícilmente previsibles. Todos somos responsables del factor humano, gobiernos, campesinos, e incluso aquellos que desde otros países permitimos que nuestros Estados ricos (cada vez menos) basen su bienestar dilapidando los recursos de los que menos tienen.

Lo dicho, se supone que un boletín de noticias de la categoría de TerraDaily debiera editar notas con una mayor sustancia. La narración en suajili que os muestro abajo podía haberla escrito yo en 15 minutos con los ojos cerrados. ¡Lamentable!. Os dejo pues con la noticia

Juan José Ibáñez

Continua…….

 Why is South America being hit by deadly landslides?
By Moises AVILA; Bogota (AFP) April 4, 2017

It starts with torrential rain in the mountains. Then a wall of mud and boulders comes barreling down the slopes, sweeping away houses, cars and people.

Like a video stuck on repeat, the story has played out over and over again in recent weeks in South America, where hundreds of people have been killed in landslides.

First they hit Peru, where the indigenous Quechua language has a word for these flash flood-landslides: «huaycos

More than 100 people have been killed since the start of the year in flooding and landslides in Peru, and more than 100,000 have lost homes or otherwise been affected.

In Colombia, the devastation is even worse.

The southern town of Mocoa was hit by an enormous landslide Friday that killed 262 people, including 43 children.

Why do these natural disasters occur? And why is South America being hit so hard right now?

«Nature has always been like this. Our ancestors understood it better than we do today,» said Peruvian architect Augusto Ortiz de Zevallos.

«Just look at the archaeological sites that remain, sheltered from the onslaught of water,» he told AFP.

Modernization has led to forests being replaced by farms, eliminating the natural barriers that restrain the water from torrential rains.

«During the (floods) of 2010 and 2011… 71 percent of the flooding happened in pasture land that had lost its trees,» the head of the weather warning system for the Colombian meteorological institute, Christian Euscategui, told newspaper El Tiempo.

Colombia’s weather authorities, who keep a close eye on deforestation, say it slowed by 12 percent in 2015. But that still meant forest losses of more than 124,000 hectares (475 square miles).

– ‘Nature doesn’t forgive’ –

Global warming, which is melting the region’s glaciers, is also driving the problem.

«Climate change is generating dynamics and we see the tremendous results in terms of intensity, frequency and magnitude of these natural effects, as we have just seen in Mocoa,» said Martin Santiago, UN chief for Colombia.

Experts say chaotic urbanization is also to blame.

Mocoa’s population was swollen by poor migrants and especially people uprooted by Colombia’s half-century civil war.

These displaced residents and their often precarious houses were hit especially hard by the disaster.

«The centralization of society means people try to move closer to cities, no matter where it is, without considering whether a river used to flow there or if it’s a ravine where rain accumulates,» said architect Ortiz de Zevallos.

In the case of Mocoa, the town «was the victim of a lack of urban planning,» said Colombian ecologist Rodrigo Botero.

«That’s the case in nearly every region of Colombia.»

Even Mocoa’s own mayor, Jose Antonio Castro, said it «is not a place where a town should be,» because of all the rivers surrounding it.

Three of them flooded Friday, triggering the landslide.

In the Peruvian capital Lima — also hit hard recently by flooding and landslides — Mayor Luis Castaneda said nature «got the better of engineering.»

But that misses the whole point, said Ortiz de Zevallos.

«Engineering is about understanding nature,» like the ancient Incas did, said the architect.

The bishop of Mocoa, Luis Maldonado, had his own take when asked if God had abandoned the town’s people.

«God always forgives, man sometimes does, but nature doesn’t forgive,» he said.

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