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Fuente: Colaje Imágenes Google.

Hace unos días, la noticia saltó como la pólvora en el mundo de la ciencia y en especial en aquellas las notas de prensa que conciernen a la salud humana. Veamos una: “Los microplásticos ya han llegado al intestino humano”. El tema ha causado una gran conmoción. Lo que realmente me ha sorprendido es la razón de tal alarma. ¿Por qué? Es que alguien lo dudaba? Hay racionalidades científicas que la razón no entiende. Y esta es una de ellas. Veamos el porqué.

Me fastidia varios post que ya he escrito sobre el tema, aunque los editaré de cualquier modo, si bien habrá que modificarlos. Reitero que la alarma me ha desconcertado, ya que lo extraño hubiera sido leer: “Los Microplásticos y Nanoplásticos que consumimos a diario, desaparecen de nuestros cuerpos sin dejar rastro”. En los últimos años han ido identificándose estas partículas, que no dejan de ser residuos de la actividad humana, por doquier. Han sido detectados en los polos, abundan en el mar, ¡si esa sopá de plásticos!, cuerpos de agua dulce, los suelos y la atmósfera, son consumidos por los peces y el marisco, se han encontrado en el agua embotellada y del grifo, la sal de mesa que contenemos, y así un largo etc.   ¿Cómo no vamos a consumirlos, querámoslo o no?. Al parecer, la única novedad obedece a que se trata de un estudio experimental, que demostró que en unos pocos seres humanos, se acaban de detectar ¡por primera vez! ¿Nadie lo había intentado antes?. ¿¿??. La literatura científica muestra tanto su presencia como efectos tóxicos en una gran variedad de seres vivos.  ¿Por qué entonces nadie ha analizado si nuestros mortales cuerpos humanos las tenían?. ¿Somos menos importantes? ¿¿?? La plasticosfera ha impregnado el planeta y sus habitantes, convirtiendo la naturaleza en basuraleza. ¿Era de esperar que fuéramos distintos, por “intervención divina”?.

El problema estriba en averiguar qué efectos realmente tienen en nuestros organismos, aun a sabiendas que no serán precisamente ¡vitaminas!. Empero el estudio de marras no ha abordado tal asunto, más que espinoso, en la aludida investigación. Ahora bien, si analizamos someramente la bibliografía en Internet, es fácil comprobar que las repercusiones de losmicroplásticos y nanoplásticosen la cadena trófica están siendo catastróficas, alterando la fisiología de los organismos, haciéndolos enfermar o perecer.  ¿Somos notros distintos?. Afirmaría, sin temor a equivocarme, que no. Interaccionan con otros elementos, como metales pesados, forman agregados con otras diversas sustancias, que también han mostrado perjudicar la salud de los seres que han engullido tan rico manjar.  Seguidamente volví a preguntarme. ¿Microplásticos o nanoplásticos?, ya que el tamaño aquí sí importa a la hora de que tales partículas permeen las membranas de nuestras células, y no solo aparezcan en los tractos digestivos. Pues  bien, parece que ambas nos merodean por doquier, y como corolario no veo razón alguna, para que las “nano” más diminutas y fáciles de transportar por tierra, mar y aire que las micro, por lo que apostaría a que ya “las tengamos dentro de nosotros”. Los microplásticos suelen asociarse a las vísceras, de sus consumidores y los datos provenientes de estudios en las pesquerías de todo el mundo son aterradores. Existen más dudas de si finalmente se acumulan en otros tejidos, pero por la bibliografía que os muestro abajo (que me ha costado 15 minutos en detectar vía Internet), me temo que pronto la ciencia nos concederá una respuesta afirmativa.  El estudio en cuestión parece ser muy sencillo, no he detectado tecnologías punteras, sino sentido común.   Ahora bien era como apostar a caballo ganador. No hay genialidad alguna.

Reitero que no entiendo tal cobertura mediática: ¿Prensa sensacionalista,  científicos de chirigota o científicos sensacionalistas?.

Y es aquí en donde me quedo absolutamente desconcertado.  No se trata de ninguna aportación científica relevante ya que, aunque vuelva a repetirme: ¿Cómo era posible que estas partículas fueran abducidas sin afectarlos”.Y pronto nos escandalizaran con otras nanopartículas que ya se añaden hasta en los cosméticos. ¿Alguien duda de que volverá a ocurrir lo mismo?. Los seres vivos son en parte lo que comen, y ya prácticamente toda la población ingiera comida contaminada.   Es cuestión de esperar.

Hay razones que la racionalidad científica no entiende.

Juan José Ibáñez

Continua……..

Unos pocos artículos relacionados con el tema:

Microplastics in different tissues of fish and prawn from the Musa Estuary, Persian Gulf

Microplastics in eviscerated flesh and excised organs of dried fish

Effects of nanoplastics and microplastics on toxicity, bioaccumulation, and environmental fate of phenanthrene in fresh water

Trophic transfer and individual impact of nano-sized polystyrene in a four-species freshwater food chain

Is it dangerous?

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2 comentarios

  1. Desde luego, no es ninguna novedad, sólo la confirmación. Pero ¿cambia esto algo? Yo creo que no, poco importa realmente a la gente. Si ya está siendo difícil cambiar de la gasolina/diésel a la electricidad, ¡imagínese usted eliminar el plástico! Son tantas las cosas plásticas que nos rodean, que me temo nunca dejaremos de utilizar plástico. Sólo veo una posibilidad: que surja otro material, con características y usos similares y rentable (aunque quizás sea también problemático para la salud).

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