0-especies-por-tamano-lo-pequeno-es-importente

Colaje Google imágenes

Dicen que el diablo se esconde en los detalles. Hablamos mucho de la pérdida de biodiversidad y de ecología funcional. Sin embargo, seguimos fijándonos esencialmente en las especies más complejas y de mayor tamaño, que tanto nos atraen, soslayando a las más diminutas, aunque no por ello menos relevantes. Empero ¡lo pequeño es hermoso! y, como veremos tanto o más importante.  Y el estudio que os mostramos hoy corrobora tan aserción. Los investigadores abordaban las consecuencias de excluir de los ecosistemas (en este caso pastos) las especies conforme disminuía su tamaño corporal, comenzando con las más conspicuas o grandotas. ¿Qué detectaron?. Sencillamente que en ese entramado de seres vivos y sus complejas interacciones, la pérdida de los organismos pequeños condiciona mucho más la dinámica de los ecosistemas y las propiedades de los suelos que si lo hacen las más grandes. Las variables ambientales seleccionadas en este estudio fueron las del suelo. Dado que la nota de prensa se encuentra bien redactada, no hace falta que me explaye con tanta desiderata como en otras ocasiones. No solo se están perdiendo los grandes animales de nuestros paisajes, como los mamíferos. Según los autores, también existe una notable pérdida de biodiversidad de las especies que, a ojo de pájaro, parecen invisibles. Sin embargo está última e inadvertida extinción resulta ser, al parecer mucho más perniciosa.

Hasta que no se conoce el rol de cada especie en un ecosistema, sus miríadas especies e interrelaciones entre ellas y con el medio ambiente, no podremos saber lo que es vital, importante, intrascendente o incluso pernicioso. La ciencia aun no puede responder rigurosamente la mayor parte de las preguntas que en su seno se plantean.

Juan José Ibáñez

Continúa………

No sin los herbívoros: cuando ellos faltan, sus ecosistemas colapsan Nota de Prensa: Agencia SINC

Ciervos, marmotas, ratones, caracoles o insectos desempeñan un papel central en los ecosistemas de praderas.

Hasta la fecha, poco se sabía sobre cómo la pérdida de especies de diferentes tamaños corporales, desde el ciervo rojo hasta los pequeños pulgones, afecta a las redes ecológicas y al funcionamiento de un ecosistema.

Gracias a un experimento de cinco años, investigadores del Instituto Federal de Investigación Suizo (WSL) y sus colaboradores han estudiado por primera vez en condiciones reales lo que sucede cuando varios tipos de herbívoros son excluidos de manera selectiva de los ecosistemas de los campos. Los resultados se publican en la revista Nature Communications.

En coordinación con la administración del parque, los investigadores instalaron cercas en el Parque Nacional Suizo de 2009 a 2013. Las vallas excluyeron a los herbívoros de los prados según su tamaño corporal: primero mamíferos grandes como el ciervo rojo, luego los más pequeños como las marmotas, liebres y ratones y, finalmente, los invertebrados como caracoles, saltamontes o pulgones.

La configuración experimental corresponde a la realidad: si los animales mueren, desaparecen según el tamaño; primero los grandes, luego los pequeños. Pero si se pierden los invertebrados, las consecuencias serían graves para los pastos.

LOS INVERTEBRADOS TOMAN EL CONTROL

Cuando los mamíferos grandes están ausentes, las interacciones de las comunidades restantes y su entorno abiótico, como las propiedades químicas del suelo, son más fuertes.

Esto significa que las especies de plantas de crecimiento rápido adaptadas para hacer un buen uso de los nutrientes del suelo se benefician de la desaparición de los ungulados a expensas de las plantas que pueden tolerar el pastoreo intenso. Sin embargo, con grandes mamíferos presentes como los ciervos en este estudio, el ecosistema no funciona peor que sin ellos. Funciona de manera diferente.

Cuando se excluyeron todos los animales (mamíferos e invertebrados), las interacciones entre comunidades (por ejemplo, entre plantas y bacterias del suelo) y entre comunidades bióticas y el entorno abiótico (por ejemplo, entre plantas y nutrientes del suelo) disminuyeron y los componentes del ecosistema estaban menos acoplados.

La conexión entre las redes superiores e inferiores se debilitó. «Asumimos que los animales grandes especialmente tendrían un gran efecto en nuestros sistemas de pastos. Sin embargo, nuestros resultados muestran que los invertebrados pequeños también son muy importantes para el funcionamiento de estos ecosistemas», dice Raúl Ochoa-Hueso, coautor del trabajo e investigador en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).

LOS INVERTEBRADOS NECESITAN UNA MEJOR PROTECCIÓN

Cuanto mejor interactuaban las diferentes comunidades y estaban conectadas con su entorno, mejor funcionaba el ecosistema. Como indicador para el funcionamiento del ecosistema, los autores midieron la disponibilidad de nutrientes del suelo, la respiración del suelo y la riqueza de especies de plantas. En consecuencia, cuando las interacciones fueron bajas, el ecosistema también funcionó mal. Se vuelve inestable y puede reaccionar menos a las condiciones ambientales cambiantes.

Los resultados del experimento muestran cuán importante es la comunidad de invertebrados para el funcionamiento de los ecosistemas, especialmente cuando faltan los mamíferos más grandes. Pero el número de especies e individuos de invertebrados parece estar disminuyendo en una gran parte de Europa, no solo en las tierras agrícolas de uso intensivo.

«Nos preocupa que los invertebrados también parezcan estar cada vez más ausentes de las áreas protegidas«, dice Anita Risch, coautora de la investigación y responsable del grupo de investigación de interacciones planta-animal del Instituto Federal de Investigación Suizo WSL.

Los dos investigadores advierten de una pérdida de invertebrados: «Debemos aumentar nuestros esfuerzos para proteger a los invertebrados porque son de una inmensa importancia para el acoplamiento y adecuado funcionamiento de nuestros ecosistemas«, concluyen.

Referencia bibliográfica:

A.C. Risch et al., 2018. Size-dependent loss of aboveground animals differentially affects grassland ecosystem coupling and functions. Nature Communications. DOI: 10.1038/s41467-018-06105-4

Compartir:

Deja un comentario