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Colaje: Google imágenes

 Si nuestro entrañable amigo y colaborador Régulo León Arteta, levantara la cabeza, me atizaría con una maza en la cabeza y espetaría: “Juanjo: no se te puede dejar solo” ¿?. Y estaría cargado de razón. Sin embargo el título  es un reflejo fiel de los contenidos de las dos notas de prensa que os muestro hoy, una de las cuales he traducido al español castellano del boletín de noticias Sciencedaily. Dado que me he esmerado un poco más de lo habitual con el material del traductor Google, no me explayaré en demasía. Podéis leer por vosotros mismos de que versa el estudio, sin mis torturantes desideratas. Vamos allá. Pero antes debo confesar que me pregunto a mí mismo si a la civilización Maya, muchos colegas le tienen maná o inquina. La bibliografía se encuentra repleta de artículos sobre su decadencia y, por raro que resulte en nuestros días, muchos colagas prefieren echarle la culpa antes a los mayas que al cambio climático. ¡Esta si es efectivamente,  una novedad!, empero también que yo, por una vez, ponga en tela de juicio  tales adherencias. Todo esto me resulta un tanto enigmático. En el peor de los casos, si los Mayas, como todos los pueblos, cometieron errores en el uso de las tierras,  no debemos echarnos las manos a la cabeza, ya que nosotros hemos cometido los mismos y muchos más, a pesar del orgullo tecnológico del que tanto presumimos.  

 Sin embargo, si debo resaltar que se trata de uno de los post que me ha llevado más tiempo componer, no en lo concerniente a su redacción, sino con vistas a aclararme  en un terreno que no había explorado con anterioridad (la cera de las hojas de las plantas). Me he leído hasta tres veces el artículo original de Nature, he consultado con colegas que investigan en bioquímica del suelo, etc.  ¿Resultado? En lugar de iluminarse, mi sistema neuronal sufría tremendos y masivos apagones. Resumiendo, si me equivoco, por favor perdonarme.

 Los investigadores dicen haber descubierto que la “dramática deforestaciónque llevó a cabo la cultura Maya hace unos 4.000 años, erosionó los suelos y/o degradó la calidad de los mismos, al perder parte de la materia orgánica que almacenaban en aquellos bosques ¿primigenios?.   Pues bien, mil años después de su colapso, las reservas de carbono edáfico no se han recuperado, a pesar de encontrase recubiertos por maravillosas selvas tropicales. Si ya lo pensaba yo, pero no me atrevía a compartirlo con vosotros: El Antropoceno se inició por culpa de los Mayas: ¿¿??. Es una broma por supuesto.

 Se me ocurren mil y una razones como para dudar de tales aseveraciones. En primer lugar, el clima varió en diversos momentos a lo largo del intervalo temporal analizado. Se produjeron episodios de mayor humedad, alternando con otros áridos. En estos casos, uno debe de cuidarse mucho de llevar a cabo especulaciones apresuradas. Teniendo en cuenta todo lo que se sabe de los Mayas y sus acertados manejos de suelos (aunque con toda seguridad también cometieron errores), es lógico pensar que no deforestaran por placer, sino, para su puesta en cultivo, al contrario de lo que los autores del estudio aducen. Al parecer aquellas reforestaciones dieron lugar a episodios de erosión severos. Empero, ¿qué tipo de fertilización recibían por parte de aquella civilización?. Probablemente orgánica y tal vez en grandes cantidades. Recordar, por mostraros tan solo dos ejemplos, los casos de las Chinampas en México, y de las Terras Pretas en Brasil. Más aun, el artículo se centra en las ceras vegetales y en este sentido se puede alegar que plantas como la Jojoba y la cendelilla, muy ricas en estos materiales, resultaban ser altamente apreciadas por el pueblo Maya, siendo cultivadas por aquél entonces, o como mínimo recolectadas en sus formas silvestres. Empero tales especies, según leo en Internet (abajo os dejo información), se encuentran principalmente asociadas a ambientes áridos y semiáridos de aquél país. En general, la cera de las hojas y algunos frutos parecen conferirles una alta resistencia a la aridez y la sequía. Según los autores, los territorios se encuentran actualmente recubiertos de frondosas selvas tropicales de lluvia. Los Mayas se manejaban bien en los espacios geográficos secos mediante sofisticadas obras de riego. Repetimos que las plantas en zonas semiáridas parecen acumular mucha más cera que cuando el clima es húmedo, teniendo sus suelos, además escasa materia orgánica o reservas de carbono. El estudio, por su naturaleza, no da cuenta del porcentaje o contenido de tal tipo de carbono, sino exclusivamente de las susodichas ceras y su edad, dando por sentado que a cuanto más ceras más materia orgánica albergarían los suelos. Las estimaciones fueron realizadas mediante técnicas isotópicas.

Por lo tanto, yo tamnién podría aventurar que los investigadores pretenden llevar a cabo comparaciones, partiendo de premisas bastante inciertas, si se tienen en cuenta los vaivenes climáticos, cambios en los sistemas de manejo (que variaron con el transcurso del tiempo), avatares geopolíticos, etc. Ya os comenté que, al menos en los 40 o 50 cm superficiales, el medio edáfico de los bosques tropicales atesora muy poca materia orgánica, si se comparan con los boques y praderas que albergan los ecosistemas en los climas templados y fríos. Ellos analizan los materiales presuntamente procedentes de horizontes sub-superficiales que se acumulan actualmente en sedimentos lacustres, lo cual conllevan otra serie adicional de incertidumbres que no pueden soslayarse. Empero estas también afectan a una metodología que se ha ensayado en contadas ocasiones, por lo que aún dista mucho de poder ser considerada fiable.  Finalmente, la reiterada lectura del artículo de Nature me hizo ver que estos investigadores encajaban sus razonamientos, muchos de ellosno suficientemente corroborados, con bastantes dudas. En fin, os dejo con la noticia, pero también con mis tribulaciones. Añado material para los que estéis interesados en saber más de las ceras de las hojas, ya que por mi parte no hay más “cera” de la que arde.

 Juan José Ibáñez

 Continua………

 Ancient Mayan deforestation hurt carbon reserves

by Brooks Hays; Washington (UPI) Aug 20, 2018

New research suggests the same deforestation that precipitated the collapse of the Mayan civilization led to the decimation of Central America’s carbon reserves.

Analysis of the region’s long-term carbon cycle showed damages caused by ancient deforestation continued to undermine soil health for centuries, even after trees returned.

Previous research has detailed the dramatic deforestation carried out by the Mayans some 4,000 years ago. But the latest study, published Monday in the journal Nature Geoscience, is one of the first to look at the effect of ancient deforestation on carbon reserves.

Soil remains Earth’s largest carbon reserve. The planet’s soil holds twice the amount of carbon currently found in Earth’s atmosphere.

Una nueva investigación sugiere que la misma deforestación que precipitó el colapso de la civilización maya condujo a la destrucción de las reservas de carbono de Centroamérica.

El análisis del ciclo del carbono a largo plazo de la región mostró que los daños causados por la deforestación antigua continuaron socavando la salud del suelo durante siglos, incluso después de que los árboles regresaran.

Investigaciones anteriores han detallado la dramática deforestación llevada a cabo por los mayas hace unos 4.000 años. Pero el último estudio, publicado el lunes en la revista Nature Geoscience, es uno de los primeros en observar el efecto de la deforestación antigua en las reservas de carbono.

El suelo sigue siendo la mayor reserva de carbono de la Tierra. El suelo del planeta contiene el doble de la cantidad de carbono que se encuentra actualmente en la atmósfera de la Tierra.

Previous studies have detailed changes in soil health across small timescales. The latest research looked at the long-term impacts of deforestation on soil health and the ability of soil to store carbon.

«When you go to this area today, much of it looks like dense, old-growth rainforest,» Peter Douglas, McGill University geochemist, said in a news release. «But when you look at soil carbon storage, it seems the ecosystem was fundamentally changed and never returned to its original state

Douglas and his colleagues analyzed a variety of sediment core samples collected from lake bottoms in southern Mexico and Guatemala. The researchers used radiocarbon dating to measure the age of plant waxes in the soil.

Because plant wax molecules easily attach to minerals, they typically remain the soil for long periods of time. Scientists compared the age of plant wax molecules to the age of plan fossils found in the same layers of sediment.

Estudios previos han detallado cambios en la salud del suelo en escalas de tiempo breves. La última investigación analizó los impactos a largo plazo de la deforestación en la salud del suelo y la capacidad del suelo para almacenar carbono.

«Cuando vas a esta área hoy en día, gran parte de ella parece una densa selva tropical«, dijo en un comunicado de prensa Peter Douglas, geoquímico de la Universidad McGill. «Pero cuando observamos el almacenamiento de carbono en el suelo, parece que el ecosistema cambió fundamentalmente y nunca volvió a su estado original«.

Douglas y sus colegas analizaron una variedad de muestras de núcleos de sedimentos recolectados de fondos lacustres en el sur de México y Guatemala. Los investigadores utilizaron la datación por radiocarbono para medir la edad de las ceras de las plantas almacenadas en el suelo.

Debido a que las moléculas de cera vegetal se adhieren fácilmente a los minerales, generalmente permanecen en el suelo por largos períodos de tiempo. Los científicos compararon la edad de las moléculas de cera de la planta con la edad de los fósiles vegetales que se encontraban en las mismas capas de sedimentos.

The radiocarbon analysis showed the age difference between fossils and plant waxes shrank in the wake of Mayan deforestation. The change suggests carbon began moving in and out of the soil at an accelerated rate. As more and more trees were cleared to make way for Mayan farms and cities, carbon storage became less stable.

«This offers another reason — adding to a long list — to protect the remaining areas of old-growth tropical forests in the world,» Douglas said. «It could also have implications for how we design things like carbon offsets, which often involve reforestation but don’t fully account for the long-term storage of carbon.»

The new study is one of several that have shown ancient civilization had great impact on ecological and climate systems than scientists previously thought.

Douglas hopes to use his method of radiocarbon dating plant waxes to study the impacts of climate change on carbon cycles in Canada’s permafrost regions.

«Este tipo de investigaciones posee también otros propósitos, que se suma a una extensa lista: proteger las áreas restantes de los bosques tropicales del viejo mundo», dijo Douglas. «También podría tener implicaciones en la forma en que diseñamos estrategias como las compensaciones de carbono, que a menudo implican reforestación, pero no explican por completo el almacenamiento de carbono a largo plazo».

El nuevo estudio es uno de varios que han demostrado que la civilización antigua tuvo un gran impacto en los sistemas ecológicos y climáticos de lo que los científicos pensaban anteriormente.

Douglas espera usar su método de ceras de plantas de datación por radiocarbono para estudiar los impactos del cambio climático en los ciclos de carbono en las regiones de permafrost de Canadá.

Carbon reserves in Central American soils still affected by ancient Mayan deforestation
by Staff Writers
Montreal, Canada (SPX) Aug 30, 2018

Deforestation is suspected to have contributed to the mysterious collapse of Mayan civilization more than 1,000 years ago. A new study shows that the forest-clearing also decimated carbon reservoirs in the tropical soils of the Yucatan peninsula region long after ancient cities were abandoned and the forests grew back.

The findings, published in the journal Nature Geoscience, underscore how important soils and our treatment of them could be in determining future levels of greenhouse gases in the planet’s atmosphere.

The Maya began farming around 4,000 years ago, and the spread of agriculture and building of cities eventually led to widespread deforestation and soil erosion, previous research has shown. What’s most surprising in the new study is that the soils in the region haven’t fully recovered as carbon sinks in over a millennium of reforestation, says McGill University geochemist Peter Douglas, lead author of the new paper.

Ecosystem ‘fundamentally changed’

«When you go to this area today, much of it looks like dense, old-growth rainforest,» says Douglas, an Assistant Professor of Earth and Planetary Sciences at McGill. «But when you look at soil carbon storage, it seems the ecosystem was fundamentally changed and never returned to its original state

Soil is one of the largest storehouses of carbon on Earth, containing at least twice as much carbon as today’s atmosphere. Yet scientists have very little understanding of how soil carbon reservoirs change on timescales longer than a decade or so. The new study, along with other recently published research, suggests that these reservoirs can change dramatically on timescales spanning centuries or even millennia.

To investigate these long-term effects, Douglas and his co-authors examined sediment cores extracted from the bottom of three lakes in the Maya Lowlands of southern Mexico and Guatemala.

The researchers used measurements of radiocarbon, an isotope that decays with time, to determine the age of molecules called plant waxes, which are usually stored in soils for a long time because they become attached to minerals. They then compared the age of wax molecules with that of plant fossils deposited with the sediments.

The team – which included scientists from Yale University, ETH Zurich, the University of Florida and the University of Wisconsin-Superior – found that once the ancient Maya began deforesting the landscape, the age difference between the fossils and the plant waxes went from being very large to very small. This implies that carbon was being stored in soils for much shorter periods of time.

The project stemmed from research that Douglas had done several years ago as a PhD student at Yale, using plant-wax molecules to trace past climate change affecting the ancient Maya. At the same time, work by other researchers was indicating that these molecules were a good tracer for changes in soil-carbon reservoirs.

«Putting these things together, we realized there was an important data-set here relating ancient deforestation to changes in soil carbon reservoirs,» Douglas explains.

Protecting old-growth tropical forests
«This offers another reason – adding to a long list – to protect the remaining areas of old-growth tropical forests in the world,» Douglas says.

«It could also have implications for how we design things like carbon offsets, which often involve reforestation but don’t fully account for the long-term storage of carbon.» (Carbon offsets enable companies or individuals to offset their greenhouse-gas emissions by purchasing credits from environmental projects, such as tree-planting.)

The technique used by the researchers has been developed only recently. In the years ahead, «it would be great to analyze tropical forests in other regions of the world to see if the same patterns emerge – and to see if past human deforestation and agriculture had an impact on soil carbon reservoirs globally,» Douglas says. «I’m also very interested in applying this technique to permafrost regions in Canada to see what happened to carbon stored in permafrost during previous periods of climate change.»

Research Report: «A long-term decrease in the persistence of soil carbon caused by ancient Maya land use»

ceras de las hojas de plantas fósiles.

Los Mayas contribuyeron al cambio climático que les llevó al colapso

Historia, Geografía y Ciencias Sociales, Pueblos prehispánicos: Mayas

….. En vegetales las ceras recubren en la epidermis de frutos, tallos, junto con la cutícula o la suberina, que evitan la pérdida de agua por evaporación en las planta…

[PDF]

VI. PLANTAS PRODUCTORAS DE CERAS

 La candelilla ( Euphorbia antisyphilitica Zucc)…..

Jojoba o Jojoba y los Mayas

Pasado, presente y futuro de la candelilla

 Romeo Rojas Molina1, Saúl Saucedo Pompa1, Miguel A. De León Zapata1, Diana Jasso Cantú2 y Cristóbal N. Aguilar1*

 1 Facultad de Ciencias Químicas. Universidad Autónoma de Coahuila. *Correo-e: cristobal.aguilar@mail.uadec.mx; 2 Universidad Autónoma Agraria Antonio Narro.

Fecha de recepción: 27 de marzo de 2009.

Fecha de aceptación: 7 de febrero de 2011.

RESUMEN

Euphorbia antisyphilitica pertenece a la familia Euphorbiaceae, cuyos integrantes se caracterizan por ser parecidos a los cactos, pero con la diferencia de que producen látex. La especie crece en el semidesierto mexicano, y se conoce con el nombre de candelilla. La primera persona que estudió sus propiedades fue Zuccarini, quien demostró que tiene propiedades curativas contra la sífilis La planta presenta tallos largos y erectos de color verde grisáceos, con la particularidad de que en su parte externa producen un material ceroso que le sirve de protección contra el ataque de hongos, insectos y bacterias, pero, principalmente, contra el clima extremo del semidesierto. Su recolección para la obtención de su cera es una de las actividades económicas más importantes en el noreste del país, de forma más específica en la denominada región candelillera. Sin embargo, desde hace casi un siglo se utiliza el mismo método de extracción, el cual incluye el uso de ácido sulfúrico en altas concentraciones, lo cual genera contaminación al medio ambiente, provoca daños a la salud y reduce la calidad del producto, que después pasa por un proceso de filtrado y blanqueo. En este trabajo se muestra un panorama general de la importancia pasada, la actual y una percepción a futuro de la cera de candelilla.

Palabras clave: Cera de candelilla, Euphorbia antisyphilitica Zucc, extracción, productos forestales maderables, usos, zonas áridas.

Sustainability of the Traditional Management of Xa’an Palms by the Lowland Maya of Yucatan, Mexico (2002)

Andrea Martínez-Ballesté et al.

Abstract

Xa’an palms (Sabal spp., Arecaceae), have been a multipurpose plant resource for the Maya culture of Yucatan for well over 3,000 years. They provide thatch, raw materials for handicrafts as well as emergency food, medicines, household utensils and other products for the household economy. Some of the present uses of xa’an probably originated in prehispanic times and have persisted un-til the present. This is the case for the mature leaves that are used for thatching the traditional Maya house (Caballero 1991, 1992, 1993, 1994a, 1994b; Arellano et al. 1992). Traditional management of Sabal palms in the Yucatán peninsula has changed over time mainly because of the use of mature leaves for thatching. Change has not involved the substitution of one form of management for another; in-stead it has involved their accumulation and integration into a complex mo-saic of management strategies that are associated with major land use forms in different parts of the Yucatan peninsula. Formerly gathered in the wild, these palms have been introduced into various forms of management and cultiva-tion in different parts of the peninsula. At the present time, Sabal yapa Wright ex Becc. and S. Mauritiiformis Grisebach and Wendl are still gathered in the wild in some parts of the eastern and southern peninsula. Sabal yapa is also promoted and harvested in the pasturelands of the cattle raising region of northern Yucatan. This species along with S. mexicana Mart. is also a common element in Mayan homegardens throughout the peninsula. On the other hand S. mexicana has begun to be extensively cultivated (probably since the turn of the century) in Ticul, Maxcanu and other towns and villages of western Yucatan. Both field and historical res…

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Civilización Maya: Historia Maya, sus Legados Y Profecías mayas describe así la evolución del pueblo Maya

“La civilización maya abarca dos momentos históricos bien definidos (1)Período Clásico que se extendió por el sur de México, Guatemala y Honduras y (Período PostClásico, centralizado en la península de Yucatán). (..)En los seis siglos del Período Clásico los mayas sentaron las bases de su formidable cultura. Sus ciudades (como Palenque, Piedras Negras, Tikal, Copán, etc) con sus monumentales edificios, son testigos del grado de civilización alcanzado. (…) No se han podido determinar con certeza las causas de la decadencia del Período Clásico maya. Se han emitido distintas hipótesis: cambios de clima, terremotos, epidemias, invasiones extranjeras, enfrentamientos internos, etc. Los investigadores actuales opinan que los cambios climáticos pudieron influir en el abandono de las viejas ciudades. El aumento de las lluvias pudo haber creado una vegetación tropical exuberante y los habitantes ya habrían podido quemar los campos impidiendo las realización de la agricultura. Otra explicación se funda en el progresivo agotamiento del suelo y en la consecuente falta de fertilidad. Se ha probado que en esa época (siglo X) se produjo una invasión de los toltecas, hecho que también pudo influir en el abandono de la región. (…)Al desplegarse la población hacia Yucatán las ciudades fueron abandonadas hasta que siglos después fueron rescatadas por los arqueólogos. Surgen así importantes templos de 50 metros de altura, estelas, altares de piedra, magníficas esculturas. como testimonio del alto grado de civilización alcanzado por sus creadores. A partir del año 900 nace el Período Postclásico. (..)e ha tratado de reconstruir la cronología de ese período apelando a las diversas crónicas indígenas y los códices hispánicos. Según estos testimonios, la tribu de los itzáes inicio la oleada inmigratoria que culminó con la fundación de la ciudad de Chichén-Itzá. Posteriormente irrumpieron en la región los tutulxiúes que expulsaron a sus primeros ocupantes y fundaron la ciudad de Uxmal. Hacia el 1200 D.C los itzáes volvieron a su primitiva ciudad e impulsaron un singular florecimiento. En esa época se gesta una alianza entre las ciudades de Chichén-Itzá, Uxmal y Mayapán que duró dos siglos, período en el cual la confederación maya llega a su punto culminante. La ruptura de la alianza marca el comienzo de la decadencia: se generalizan las guerras y sublevaciones, el poder político se fracciona y la cultura declina lo que determinó la fácil penetración de los conquistadores españoles.

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