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Malas hierbas y maleza. Fuente: Colaje Imágenes Google

 Hierba mala nunca muere

El otro día, leyendo la Revista Phytoma, tope con un artículo escrito por  Cesar Fernández Quintanilla y que llevaba por título  Sobre la multifuncionalidad de las llamadas ‘malas hierbas’. Realmente me gustó mucho. En ciencia, todas las ideas y propuestas que nos hagan recapacitar sobre la debilidad de los conceptos de los que habitualmente hacemos uso sin pestañear me parecen bienvenidos por su potencialidad heurística. Y por ello, va a ser el tema de este post. La rama de las ciencias agrarias que trata sobre estas ¿indeseables? especies vegetales recibe el nombre de malherbología, existiendo asociaciones para su estudio y usualmente erradicación. La eliminación de las malas hierbas, a nivel mundial,  mueve al año decenas o quizás centenas de miles de millones de Euros. Ahora bien, su principal uso se lleva a cabo por parte de la agricultura industrial. Como plaguicidas, la erradicación sostenida temporalmente de tales especies vegetales mediante agroquímicos causa serios daños al medio ambiente y la salud humana, dando lugar a controversias como la generada por el archifamoso caso del glifosato de Monsanto, empresa recientemente absorbida por la multinacional Bayern.    

La siguiente definición extraída de Internet y avalada por otras que os expongo abajo, resulta ser confusa y/o confundente en términos rigurosamente científicos: Se denomina maleza, mala hierba, cuyo, planta arvense, monte o planta indeseable a cualquier especie vegetal que crece de forma silvestre en una zona cultivada o controlada por el ser humano como cultivos agrícolas o jardines”. Ósea que, por ejemplo, cualquier especie vegetal que crezca en las macetas de mi terraza, ¿Es mala por naturaleza?. Las definiciones utilitaristas suelen acarrear conflictos, y estamos ante un caso palmario.

Según el tipo de agricultura del que hablemos, las malas hierbas pueden ser consideradas perversas, irrelevantes o “recomendables”, como en el caso del que os hablamos en nuestro post: “Agricultura Ecológica y Filosofía Oriental: El Método de Masanobu Fukuoka y su libro de libre acceso en Internet”. Aunque sin llegar a tal extremo, que preferís vosotros: ¿una agricultura ecológica o una agricultura industrial?. Tampoco debemos olvidarnos de la agricultura tradicional fruto del conocimiento campesino (ver nuestro post: “Agriculturas Tradicionales versus Agricultura Industrial”). No obstante cabe alegar que “el debate acerca de las agricultura ecológica y las tradicionales también se encuentra viciado”. ¿Y entonces?: cual es el futuro de la agricultura y sus enfrentadas alternativas”. ¿Dios Dirá, yo no soy pitoniso. En el caso de la agricultura natural de Masanobu Fukuoka, se recomienda no erradicar las malas hierbas. Y así entre la agricultura moderna (alimento y veneno para el hombre y la biosfera)” y la oriental previamente mentada, las malas hierbas pueden ser consideradas más o menos dañinas según el tipo de manejo. A base de golpetazos, promesas incumplidas y constataciones empíricas “la agricultura industrial comienza a percibirse como un riesgo para la soberanía alimentaria de los países”, ya que se encuentra causando contaminación de suelos y aguas, problemas para la salud pública y pérdida de biodiversidad”. Del mismo modo las malas hierbas suelen terminar adaptándose al adquirir mecanismos deresistencia a los herbicidas”, proceso que a la postre induce graves pérdidas de productividad y dispendios económicos. Posiblemente, Cesar Fernández Quintanilla, no esté de acuerdo con todas estas apreciaciones, pero asienta o no, el tema es otro.

Cesar da de pleno en la diana, aunque no os adelantaré el contenido que os reproduzco justamente al final de este post, si bien su nota es el núcleo central. No cabe duda de que en ciertas circunstancias los agricultores se encuentran obligados a usar pesticidas contra las malas hierbas. Empero la cantidad y frecuencia depende del manejo del suelo, plantas a cultivar, etc. Una especie que puede ser considerada mala hierba en ciertos lugares y circunstancias, e intrascendente o benéfica en otras.  Y aquí, una vez más, debemos tener muy presente el peligro de las antonimias en ciencia (ver nuestro post: El Discurso Científico, los Conceptos Contrarios y la Perspectiva de Jean-Marc Lévy-Leblond). Pongamos un ejemplo clásico que nos muestra la historia de la edafología. Hace algún milenio, un tipo de suelos denominado Vertisoles, resultaba prácticamente inútil en materia de producción agraria, siendo una maldición para el campesino al que le tocara en suerte. Sin embargo, con la invención del arado romano, su manejo resultó ofrecer generosas cosechas, es decir una bendición.   Hoy es considerado uno de los más productivos del mundo.

Reiteramos que Cesar pone el dedo en la llaga en esta cuestión, al abordar clara y concisamente que una planta no puede ser considerada buena o mala per se (salvo contadísimas ocasiones)  y menos aún si tan solo se percibe desde un único punto de vista. Os dejo ya con la el breve artículo mentado, definiciones clásicas de malas hierbas, etc. pero el documento de por  Cesar Fernández Quintanilla, se encuentra al final.

Juan José Ibáñez

Hierba mala nunca muere

Continúa……

Malherbología: Universidad Politécnica de Navarra ¿Qué son las Malas Hierbas?

Una mala hierba es una planta que crece en un lugar donde no se desea que crezca. Generalmente este concepto se aplica a las especies que crecen en los cultivos.

Las malas hierbas se han extendido globalmente, asociadas a los cultivos que caracterizan, por lo que muchas de las especies arvenses de Navarra son introducidas, procedentes de otros lugares.

Algunas forman parte de la flora de Navarra desde hace mucho tiempo, mientras que otras se han incorporado muy recientemente, como las malas hierbas de los arrozales.

Las malas hierbas se caracterizan por su alta capacidad de dispersión, gran persistencia y por ser muy competitivas. Disminuyen el rendimiento del cultivo, interfieren con estructuras agrarias, como canalizaciones de agua, o en los procesos de cosechado y comercialización.

Un concepto próximo al de mala hierba es el de planta invasora: ésta es una especie exótica con gran capacidad de expansión y que llega a alterar los ecosistemas naturales de un territorio, muchas veces desplazando a la flora autóctona. Algunas de estas especies invasoras son malas hierbas. Pueden proceder de plantas cultivadas como ornamentales o tratarse de plantas presentes accidentalmente en otros cultivos.

Algunas malas hierbas son parásitas, como la Cuscuta, o el jopo (Orobanche sp.); sin embargo, no todas las parásitas son malas hierbas, y algunas parece que no perjudican a su hospedante, como sucede con Cytinus ruber, parásita de una jara de flores blancas (Cistus albidus).

Maleza (Wikipedia)

Se denomina maleza, mala hierba, yuyo,1 planta arvense,23 monte o planta indeseable a cualquier especie vegetal que crece de forma silvestre en una zona cultivada o controlada por el ser humano como cultivos agrícolas o jardines. Esto hace que prácticamente cualquier planta pueda ser considerada mala hierba si crece en un lugar en el que no es deseable. Un ejemplo característico es el de la menta, que aun siendo una planta aromática, se considera indeseable en praderas de césped donde tiene tendencia a prosperar.

Por regla general las malas hierbas suelen crecer de forma natural, y además con considerable vigor por tratarse en la mayoría de las ocasiones de especies endémicas muy adaptadas al medio y por tanto con gran facilidad para extenderse. Por ello, la catalogación de malas hierbas es poco menos que imposible y además arrojando cifras tremendamente dispares en función de cada ubicación geoecológica.

Las malezas son en sentido general, plantas consideradas como molestias, especialmente, entre personas dedicadas a jardinería o agricultura. También son consideradas como maleza las plantas que crecen en forma agresiva, impidiendo el desarrollo normal de otras especies. En términos generales, una maleza es una planta en un lugar indeseado.

Las malezas son 8.000 de las 250.000 especies de plantas que existen, representando el 0,1% de la flora mundial. Pueden ser muy abundantes. Pueden restringir la luz a otras plantas deseables. Pueden estar utilizando nutrientes limitados del suelo de un lugar determinado. Pueden contener o esparcir patógenos que degradan la calidad de un cultivo. También pueden tener espinas y químicos que causan irritación en la piel. Otras son nocivas al comerse. Otras tienen partes que se adhieren a la ropa. Además, pueden ser muy molestas al poderlas confundir con raíces superficiales de plantas del alrededor al ser arrancadas.

Se denomina malherbología a la ciencia, relativamente moderna, que se dedica al estudio de las malas hierbas.

Sobre la multifuncionalidad de las llamadas ‘malas hierbas’

Subtitulo: TRANSFERENCIA TECNOLÓGICA

Número de Edición: 307

Mes / Año: MARZO 2019

Autores: C. FERNÁNDEZ-QUINTANILLA Y J. L. GONZÁLEZ-ANDÚJAR

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 El objeto de este artículo es revisar someramente las diversas funciones de las malas hierbas en los paisajes agrícolas, explorando las posibilidades de usar esta información para diseñar nuevos agroecosistemas desde una perspectiva de paisajes multifuncionales.

 Los paisajes agrarios contienen una variedad de especies vegetales distribuidas dentro de un mosaico de áreas agrícolas y no agrícolas. En los últimos años se ha puesto en evidencia una creciente demanda por parte de la sociedad de unos  paisajes multifuncionales en los que la producción de cultivos esté balanceada con otros bienes y servicios tales como la conservación de polinizadores y de enemigos naturales de las plagas, el reciclado de nutrientes, el secuestro de carbono, la conservación del suelo, agua, flora y fauna, los valores estéticos y recreativos, etc. En España y otros países de la UE estos bienes y servicios pueden ser un interesante aporte a las rentas agrícolas (p. ej. a través de las ayudas agroambientales). Con objeto de alcanzar este balance será necesario analizar las diversas funciones de cada uno de los componentes de los agroecosistemas, teniendo en consideración las posibles contrapartidas existentes entre diversas opciones de gestión.

Uno de estos componentes son las malas hierbas. Aunque el concepto, e incluso el término, ‘mala hierba’, están sujetos a discusión, dicho debate puede resultar esclarecedor. Según una de las definiciones más clásicas, una mala hierba esuna planta en el lugar equivocado’. Esta definición tiene dos implicaciones importantes. La primera, la palabra ‘equivocado’ implica una opinión humana ya que ‘correcto’ y ‘equivocado’ son conceptos muy subjetivos. La segunda, la palabra ‘lugar’ implica que la relación de estas plantas con el hombre varía espacialmente; es decir, que la misma especie puede suministrar servicios útiles en un lugar mientras que resulta perjudicial en otro. En ese sentido, el análisis de los sistemas agrarios a escala paisaje, combinado con una correcta apreciación de los servicios y perjuicios asociados a las ‘malas hierbas’ puede aportar nuevas opciones para la gestión de estas plantas, poniendo el acento en el mantenimiento de sus poblaciones en aquellas zonas donde producen bienes o servicios positivos y en la reducción de las mismas donde producen efectos negativos.

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