gis-y-fragstat 

GIS  y FRAGSTATS Fuente: Imágenes Google

Cuando tecnologías sencillas de usar generan mentes perezosas

Acabo de remitir a la editorial el informe  de un documento que tenía que revisar para una revista científica indexada y me vuelve e invadir la desesperación. Nadie duda de la utilidad de potentes programas para el análisis estadístico de la información. Ahora bien, una cuestión es acelerar todas las operaciones de cálculo, y otra bien distinta, atesorar unos datos, apretar un par de teclas y obtener simultáneamente o en cascada decenas o cientos  de análisis estadísticos de los primeros, más aun cuando en la mayoría de las ocasiones los usuarios desconocen su racionalidad y como son calculadas. Ante tamaña cantidad de información, resulta fácil caer en la tentación de analizar los resultados y escoger los que consideres “oportunos”, con una actitud “oportunista”.   Y así ocurre. Nuestros  jóvenes investigadores, y otros que no lo son tanto, elaboran documentos, aferrándose a resultados y significaciones estadísticas concretas que no tienen ni pies ni cabeza. Un caso dramático y archirrepetido estriba en observar como los autores se afanan de dar racionalidad a patéticas correlaciones espurias.

La ciencia se basa en la creatividad de sus practicantes, estando la estadística al servicio de la primera.  Sin embargo la segunda no puede, ni no podrá reemplazar a la primera. A menudo estos software son pensados para ofrecer las soluciones que más demandan los usuarios que, con harta frecuencia, no son las más adecuadas en muchos estudios, como seguidamente explicaremos. Tras décadas de trabajo en estos menesteres, es fácil extraer conclusiones. Nos creemos muy modernos por utilizar unos sofisticados hardware y software informáticos. Empero estos no pueden sustituir los conocimientos clave de cada disciplina, el trabajo de campo, la bibliografía adecuada y sobre todo la reflexión. Nuestros jóvenes investigadores, atraídos por estos paquetes de programas, se olvidan de lo fundamental, es decir de casi todo lo previamente mentado.  Y como es tan fácil……. Darle al teclado y ¡¡¡flash!!!…. te aparecen las consabidas riadas de estadísticas. Este modo de proceder modela mentes perezosas y descuidadas de aprender todo lo que realmente necesitan. Reitero que estamos formando mentes perezosas, y lo que es peor, con cierta adición a hablar de lo que desconocen. Pero pongamos un ejemplo, de colegas más maduritos tiempo atrás.

Cuando comenzaron a aparecer los sistemas de información geográfica –SIG- (como también la teledetección), allá por los años 80 del Siglo XX, yo adquirí uno, que por aquel entonces solían ser muy caros, demandando estaciones de trabajo más sofisticadas que un PC normal. Inmediatamente puse a un par de becarios a instruirse y trabajar con ellos. En un congreso, me encontré con un antiguo colega que se acercó a saludarme afablemente. Al preguntarle a que dedicaba sus esfuerzos en los últimos años me comentó textualmente (aun me acuerdo): “Ahora investigo sobre sistemas de información geográfica”. Inmediatamente le pregunté: ¿estas desarrollando un programa? ¿Qué características atesora?. El respondió: “No, ufff eso es muy complicado…. Yo me he comprado uno y lo aplico a lo que me ofrezcan”. ¿Se trata de investigación?. No simplemente era un mero usuario de la tecnología de moda, la cual desconocía casi por completo. Inmediatamente me reuní con mis becarios y les hablé muy claro, es decir le explique lo que aquí os cuento: Si utilizáis un hardware y/o un software comercial, no sois investigadores, sino como máximo técnicos, que es algo muy distinto. 

En mi caso, es habitual, por ejemplo, que los editores me soliciten que revise estudios en los que la información geoespacial resulta ser extremadamente relevante. Pondré un ejemplo.

La multinacional ESRI es famosa por sus sistemas de información geográfica y paquetes estadísticos asociados. Pues bien, se realizan las operaciones oportunas sobre mapas e información georreferenciada en general, para a la postre meterla en la batidora/coctelera de esos softwares. También en mi caso concreto suelo toparme casi siempre con el mismo producto comercial, es decir FRAGSTATS. Personalmente no critico este software en sí mismo, sino a los usuarios que creen que se trata de una especie de barita mágica y que lo que nos ofrece “va a misa” Ahora bien, nada más lejos de la realidad. FRAGSTATS, es un paquete de programas  enfocado a los investigadores de ecología del paisaje. Este ofrece un montón de métricas diferentes incluidas muchas que conciernen a los análisis de diversidad, que también son de interés de los expertos que estudian los patrones espaciales que acaecen en los paisajes preferentemente biológicos. Ahora bien, mi tema central de estudio resulta ser la geodiversidad (aunque no de la manera constreñida y sesgada que nos ofrece Wikipedia) y más específicamente la edafodiversidad o diversidad de suelos. Pues bien, son ya muchos, demasiados, los manuscritos que he tenido que rechazar, o en el mejor de los casos devolver a los autores para una profunda reorganización del trabajo por hacer un uso acrítico e indiscriminado de FRAGSTATS, que iba más allá del rigor científico y lo que es peor aún, del sentido común. No entraremos en detalles.

Buena parte de los trabajos que me veo obligado a rechazar es debido a la aplicación indiscriminada de tales estadísticas a casos y objeto de estudio que carecen de sentido científico. Observar cómo se usan esta tecnología y herramientas estadísticas para extraer conclusiones, ya no criticables, sino incomprensibles y carentes de sentido me hiela la sangre. Y son dignas de reprimenda. por cuanto los autores suelen hacer gala de un palmario desconocimiento del objeto de estudio.

Juan José Ibáñez 

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