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Fuente: FAO

El 5 de diciembre de 2020 se celebrará el día mundial del suelo. Se trata de una iniciativa que se celebrará todos los años, como viene siendo costumbre desde 2015. Tanto la FAO (GPS), como la ONU, entre otras instituciones internacionales apoyan tal iniciativa, siendo participes de la misma. El tema escogido para esta celebración resulta ser la biodiversidad del suelo. En consecuencia, vamos a ir mostrándoos una serie de materiales interesantes, que reproduciremos de las páginas Web correspondientes. Sus contenidos son muy didácticos, por los que los reproduciremos íntegramente, o, cuando sea el caso, traduciremos del suajili al español-castellano. No comentaremos nada, para no confundir a los lectores potenciales. Si algún post lo requiriera, cambiaríamos el título el título, añadiendo otros contenidos ajenos indicando la fuente de cada uno. El post de hoy versa sobre la importancia del binomio suelo-agua cuyo estudio resulta ser esencial para la supervivencia de la humanidad. Hoy si hemos cambiado el título original (Los suelos almacenan y filtran agua), Podéis preguntaros porqué reproduzco una noticia como esta. La razón es muy sencilla. Se trata de unos materiales que sirven a los docentes del mundo Latinoamericano (incluyendo España y Portugal), los cuales no suelen estar supervisando en Internet lo que se cuelga en cada Portal y disciplina científica. No se trata  de suplantar, sino de divulgar la importancia de los suelos y en especial su biodiversidad. Y aquí me paro. Veamos la crucial importancia de  las relaciones entre estos dos recursos naturales conforme a la FAO, GSP y ONU.

Espero que sea de utilidad.

Juan José Ibáñez

Continúa……….

Los suelos almacenan y filtran agua. Estas funciones contribuyen a la seguridad alimentaria y generan resiliencia ante inundaciones y sequías

Los suelos almacenan y filtran agua Estas funciones contribuyen a la seguridad alimentaria y generan resiliencia ante inundaciones y sequías L os suelos funcionales desempeñan un papel clave en el abastecimiento de agua limpia y en la resiliencia ante las inundaciones y sequías. La infiltración de agua a través del suelo atrapa los contaminantes e impide que estos se filtren en el agua freática. Además, el suelo captura y almacena agua, poniéndola a disposición de los cultivos para su absorción; de este modo, reduce al mínimo la superficie de evaporación y maximiza la eficacia y productividad en el uso del agua. Los suelos sanos con una elevada cantidad de materia orgánica tienen capacidad para almacenar grandes volúmenes de agua. Esto es beneficioso no solo durante las sequías, cuando la humedad de los suelos es crucial para el crecimiento de los cultivos, sino también durante las lluvias intensas porque el suelo reduce las inundaciones y la escorrentía y ralentiza el vertido de agua a los arroyos.

¿Que es es la humedad del suelo?

Por contenido de humedad del suelo en general se entiende la cantidad o el porcentaje de agua en el suelo (por peso). La máxima cantidad disponible de agua que el suelo puede retener (la capacidad disponible de agua) variará según la textura, el contenido de materia orgánica, la profundidad de enraizamiento y la estructura del suelo. La materia orgánica del suelo es particularmente importante porque puede retener casi 20 veces su peso en agua.6 Mediante la aplicación de prácticas agrícolas sostenibles, los agricultores pueden influir en la estructura y el contenido de materia orgánica del suelo para mejorar la infiltración y retención de agua.

Humedad del suelo y seguridad alimentaria

El agua es “el alma” de la práctica agrícola en todo el mundo: la mejora de la gestión de la humedad del suelo es fundamental para la producción agrícola y el suministro de agua sostenibles. La disminución de la capacidad del suelo de aceptar, retener, liberar y trasladar agua reduce su productividad, ya se trate de cultivos, especies de pastos, arbustos o árboles. El gran desafío de los próximos decenios será aumentar la producción de alimentos con menos agua, en especial en los países con limitados recursos de agua y de tierra. Para minimizar el impacto de la sequía en la seguridad alimentaria, el suelo debe capturar el agua pluvial que cae sobre él, almacenar la mayor cantidad de agua posible para la futura utilización de la planta y permitir que las raíces de las plantas penetren y proliferen.

Los problemas o limitaciones de una o varias de estas condiciones hacen que la humedad del suelo sea un importante factor limitante para el crecimiento de los cultivos. En efecto, los escasos rendimientos de los cultivos se relacionan más a menudo con una insuficiencia de humedad del suelo que con una insuficiencia de precipitaciones. Las técnicas deficientes e insostenibles de manejo de la tierra también disminuyen el contenido de humedad del suelo. El exceso de cultivo, el sobrepastoreo y la deforestación someten a los recursos de suelo y agua a una gran tensión pues reducen la fertilidad de la capa arable y la cubierta vegetal, y llevan a una mayor dependencia de la agricultura de regadío. El cumplimiento de las metas de seguridad alimentaria exige la aplicación de políticas agrícolas sostenibles que garanticen la mejora de la calidad del suelo y de la retención de agua. Dado que la mayoría de los pequeños agricultores de los países en desarrollo dependen de la agricultura de secano, es muy importante mejorar la optimización y gestión de la humedad del suelo. Varias prácticas de gestión sostenible de la agricultura y la tierra pueden contribuir a mejorar la capacidad de retención de humedad del suelo, entre ellas: Las cubiertas de residuos, los cultivos de protección y la cobertura del suelo con materia orgánica protegen la superficie del suelo, mejoran los índices de infiltración de agua y reducen la erosión y la evaporación, mejorando de este modo el contenido de humedad del suelo en relación con el suelo desnudo, incluso con un bajo nivel de precipitación. La agricultura de conservación es un término general que se ha definido como “cualquier secuencia de labranzas que reduce las pérdidas de suelo y agua, en comparación con las de la labranza tradicional”.

Escasez de agua y desertificación

La escasez de agua es el desequilibrio a largo plazo entre los recursos hídricos disponibles y la demanda de agua. La desertificación es la degradación de la tierra en tierras secas, ocasionada por varios factores, entre ellos las variaciones climáticas y las actividades humanas. La mayor frecuencia de casos de escasez de agua, ya sean naturales o inducidos por el hombre, puede provocar la desertificación o exacerbar los efectos de esta a través de impactos directos a largo plazo en la calidad, la estructura, el contenido de materia orgánica y, al final, los niveles de humedad del suelo. Entre los efectos físicos directos de la degradación de la tierra figuran el secamiento de los recursos de agua dulce, el aumento de la frecuencia de las sequías y las tormentas de arena y polvo, y la mayor ocurrencia de inundaciones debido al inadecuado drenaje o a las deficientes prácticas de riego. De continuar, esta tendencia catalizará una disminución abrupta de nutrientes del suelo, acelerando la pérdida de la cubierta vegetal. Esto dará lugar a una nueva degradación de la tierra y el agua, como la contaminación de la superficie y la sedimentación del agua dulce, la salinización y la alcalinización de los suelos. http://www.fao.org/3/a-i2215s.pdf.

La labranza cero, que consiste en la práctica de dejar los residuos de las cosechas de la campaña anterior en la tierra agrícola, puede aumentar la infiltración de agua y, al mismo tiempo, reducir la evaporación, así como la erosión eólica e hídrica. La agricultura de conservación emplea los tres principios de alteración mínima del suelo, mantenimiento de una cubierta vegetal del suelo permanente y rotaciones de cultivos para mejorar las condiciones del suelo, reducir la degradación de la tierra y mejorar el rendimiento.

La utilización de cultivos de enraizamiento profundo, resistentes a las sequías o con menos demanda de agua puede ayudar a conservar la humedad del suelo y mejorar la seguridad alimentaria. La captura de la escorrentía de las tierras adyacentes puede prolongar la duración de la disponibilidad de humedad del suelo.15 La captación del agua pluvial mediante el cultivo en hoyos puede rehabilitar las tierras degradadas gracias a la mejora de la infiltración y el aumento de la disponibilidad de nutrientes con el consiguiente aumento significativo de los rendimientos, la mejora de la cubierta vegetal y la reducción de las inundaciones aguas abajo.16 El riego de precisión basado en los conocimientos, aunque supone una demanda relativamente elevada de capital, puede aumentar considerablemente los rendimientos de los cultivos mediante la mejora de la humedad del suelo.17

Las referencias o bibliografía la he omitido, pero podéis obtenerla pinchando aquí.

La FAO tiene a nuestra disposición gran cantidad de materiales gráficos en diferentes idiomas para usarlos en la celebración del Día Mundial del Suelo: http://www.fao.org/world-soil-day/campaign-materials/es/Te recomendamos que le eches un vistazo y utilices alguno para las posibles actividades que realices. Raúl Zamora (Secretario de la SECS).

 

 

http://www.fao.org/3/a-i2215s.pdf 17 http://www.fao.org/3/a-i2215s.pdf 9 http://www.fao.org/3/a-a0072e/index.html 10 http://www.fao.org/3/a-a0072e/index.html 11 http://www.fao.org/3/a-a0072e/index.html 12 http://www.fao.org/3/a-a0072e/index.html 13 http://www.fao.org/3/a-x4799e.pdf 14 http://www.fao.org/3/a-x4799e.pdf

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