Peso, masa, densidad, rigidez y otras características del microcosmos que albergan los suelos
Estimando el peso de una proteína del interior de una célula. Fuente: Biophotonics
En nuestra categoría “Biología y Ecología del Suelo”, hemos ido archivando numerosos post, la mayoría de los cuales nos hablan de la inmensa cantidad de criaturas microscópicas que alberga el medio edáfico. Del mismo modo, en la Categoría denominadas Componentes, Estructuras y Procesos, así como en la destinada a la Contaminación del Suelo, vamos incluyendo las de otros materiales de tamaños diminutos incluidas las nanopartículas. Los edafólogos nos enfrentamos al acuciante problema de extraer, clasificar y pesar etc., el universo de lo canijo que existe con una enorme superabundancia y diversidad en nuestro objeto de estudio. Empero el problema resulta ser enormemente complejo. Generalmente son muchos los colegas son de la opinión que el peso y volumen de estos objetos enormemente minúsculos puede despreciarse al compararlo con otros de mayor peso y tamaño. Sin embargo tal tópico impregnante en la literatura científica no se sostiene, a la luz de descubrimientos recientes. Por una lado, el número de partículas, ya sean biológicas, ya minerales crece potencialmente conforme disminuyen de tamaño, por lo que tal cantidad debería tender a balancear, al menos en parte, el tamaño. Por otro lado, como ya os expusimos en nuestra entrega, tamaño, forma abundancia y rugosidad, tales variables parecen ser tan importantes como la composición, a la hora de dictar el comportamiento de los materiales, y por lo tanto de las partículas del suelo. En mi opinión se trata de uno de los mayores progresos que nos ha deparado el estudio de los denominados nanomateriales, e incluso la detección de organismos como los virus. Posiblemente algún día nos percatemos que soslayar tal hecho nos impide progresar en el conocimiento de lo que realmente son los suelos. Pues bien la noticia que os ofrecemos hoy, no relacionada directamente con el mundo de la edafología, nos informa de que ya se ha ido desarrollando la tecnología y el instrumental como para comenzar a estudiar lo más canijo entre lo canijo, hasta el nivel de los attogramos (la trillonésima parte de un gramo). Hoy por hoy muchos de nosotros no dispondremos de la infraestructura e instrumentación necesaria como para iniciar tales indagaciones, aunque quizás algunos escasos privilegiados sí. Todo es cuestión de tiempo. Conforme se comercialicen y vendan más y más equipos de esta guisa, irán bajando sus precios en el mercado, siendo al mismo tiempo más fáciles de utilizar y versátiles. Y entonces ya no habrá escusas. Me intriga sobremanera lo que entonces descubriremos. Quizás nos percatemos que debamos cambiar muchas concepciones preconcebidas a cerca de la estructura, dinámica y diversidad y complejidad del sistema suelo. Os dejo pues con la noticia……..
Juan José Ibáñez