Bioseguridad: Instalaciones de alta seguridad biológica en España (II). El CReSA

Siguiendo con el tema iniciado hace unos días, acerca de los laboratorios de alta seguridad biológica en España, hoy toca hablar de la instalación de alta seguridad biológica del CReSA (Centre de Recerca en Sanitat Animal) que recientemente se ha incorporado a la Red de Instalaciones Científico-Técnicas Singulares (ICTS) del Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO), para formar la «Red de Laboratorios de Alta Seguridad Biológica» (RLASB) junto con el CISA, centro al que dediqué el primer post de esta serie, y que ya formaba parte anteriormente de la red de ICTS. Una descripción de la nueva Red de ICTS del MINECO  se puede obtener en un documento pdf a través del siguiente enlace.

He pedido a mi colega y amigo, Xavier Abad, que ocupa el puesto de Oficial de Bioseguridad y a su vez el de Gestor de Laboratorios de Biocontención del CReSA, y que es un auténtico experto en materia de bioseguridad y biocontención, además de virólogo e investigador en el área de sanidad animal (no dejen de visitar el recomendable blog de divulgación «CReSA & the City» donde publica frecuentemente sus posts), que explique a los lectores de este blog cómo es la instalación de alta seguridad biológica del CReSA. Agradezco al Dr. Abad su excelente contribución, que reproduzco a continuación:

 

CReSA; Una instalación de alta seguridad en Catalunya

 Xavier Abad

El CReSA, Centre de Recerca en Sanitat Animal, fue planteado, se podría decir visionado, sobre una servilleta de papel, a finales de 1999. Sin embargo, el edificio de alta seguridad biológica, localizado en el Campus de la Universitat Autònoma de Barcelona, se acabó de construir el 2005 y entró en operación el 2006.

La instalación está dotada de niveles de bioseguridad NBS3, NBS3+ (apta para la experimentación con patógenos zoonóticos como virus West Nile, virus Rift Valley Fever, los virus de la gripe aviar H5N1 o el MERS coronavirus, por ejemplo) y ha sido construido para alcanzar NBS4Ag (o Agricultura), es decir, es capaz de manejar patógenos animales de gran transmisibilidad y elevado impacto económico, como sería el caso del virus de la fiebre aftosa. Como bien se apunta en una entrada previa de este blog, NBS4Ag no es NBS4 OMS. Debido a la peculiaridad de sus instalaciones, el CReSA ha sido reconocido como Infraestructura Científico-Técnica Singular por el Ministerio de Economía y Competitividad (MINECO).

Estructuralmente el edificio de seguridad biológica CReSA está constituido por tres plantas, cada una de ellas de unos 1500m2. Sólo en la planta central o intermedia se hace trabajo experimental, con una zona de animalario constituida por doce boxes experimentales y una zona de laboratorios. En la planta superior se recogen todos los aires de la instalación y son sometido a una doble filtración absoluta HEPA para asegurar que ninguna partícula infecciosa pueda alcanzar el exterior. A la planta inferior se llevan (aprovechando la fuerza de la gravedad) todos los residuos líquidos y sólidos de la actividad experimental. Allí se acaban de segregar ambos y los residuos líquidos son sometidos a tratamientos de descontaminación por métodos químicos mientras los residuos sólidos (por ej. carcasas animales) son sometidos a procesos de digestión alcalina o incineración para su destrucción.

Todas las plantas de la instalación (como en todas las instalaciones de nivel NBS3 o superior) están bajo presión negativa, o en depresión, de manera que cualquier patógeno con el que se trabaja se mantiene en el interior de la instalación y no alcanza el exterior (ni la comunidad ni el medio ambiente).

Los 12 boxes experimentales funcionan como unidades independientes lo que permite realizar hasta doce diferentes experimentos (combinaciones de especie animal, cada una en un box experimental, desde ratón a dromedario, desde pollitos a halcones, y patógeno, y/o vacuna) al mismo tiempo. Todos disponen de su propio sistema de duchas para las personas previa a la salida de los mismos, videovigilancia, conexión directa al servidor del Centro, etc. y son controlados como toda la instalación por un Sistema de Gestión Centralizado que permite actuar desde el exterior controlando parámetros que puedan considerarse críticos como la temperatura, el nivel de presión negativa, el fotoperiodo, la humedad, la rutina de ciclos de las duchas, etc.

El trabajo en la unidad de alta seguridad implica desprenderse de toda la ropa y objetos personales en el exterior de la misma, atravesar un sistema de duchas sin ducharse a la entrada y una vez en el interior, vestirse con una indumentaria de trabajo que nunca sale de la instalación. Una vez finalizado el trabajo, que puede requerir más de un cambio de indumentaria y/o la adopción de elementos de protección individual complejos, el personal se desprende de la ropa de trabajo en el vestuario interior y sale por el sistema de duchas con una preceptiva ducha controlada por un sistema electrónico.

Como instalación de alta seguridad dispone de elementos de bioprotección como accesos y salidas controladas mediante perfil biométrico, videovigilancia perimetral y patrullas con personal de seguridad para el control externo.

Complementando la unidad de alta seguridad biológica el CReSA dispone también de unos 700m2 de laboratorios convencionales o de nivel de bioseguridad 2 (NBS2) ya que también realiza estudios convencionales con animales de granja infectados con patógenos de grupo de riesgo 2.

En el CReSA trabajan un centenar de personas que son el alma de la instalación. Aproximadamente, un tercio son investigadores (epidemiólogos, inmunólogos, virólogos, bacteriólogos, etc.), la mitad del total son técnicos o estudiantes de postgrado y unas dos décimas partes son el personal de apoyo y gestión, que llevan el día a día científico pero también de ingeniería y mantenimiento de la instalación. Ellos son el auténtico valor del centro, pero sin duda son menos costosos que la instalación, ya que toda unidad de alta seguridad biológica es varias veces más cara de construir que un laboratorio convencional y los costes de mantenimiento exceden entre 4 y 6 veces los costes de mantenimiento convencionales. Nuestro “valor” requiere unos costes altos (un “precio”) para desplegar su ciencia. Pero como dijo aquel “Solo el necio confunde valor con precio”.

 

Enlaces a posts relacionados en este blog:

Bioseguridad: Instalaciones de alta seguridad biológica en España (I) El CISA

Bioseguridad: Instalaciones de alta seguridad biológica en España (III). El Laboratorio de Seguridad Biológica L- 3 de VISAVET – UCM

Bioseguridad: Instalaciones de alta seguridad biológica en España (IV). El Laboratorio Central de Veterinaria del MAGRAMA

 

 

 

 

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