Ecuador: ¡Adios fiebre aftosa, adios!

 

El pasado 27 de febrero la OIE (Organización Internacional para la Sanidad Animal) declaró a la República de Ecuador «libre de fiebre aftosa (con vacunación)».

Lo primero, hay que dar la enhorabuena a las autoridades y equipos veterinarios del país latinoamericano que han conseguido este notable logro. Después, hay que explicar un poco acerca de lo que es la fiebre aftosa y por qué esta erradicación tiene un significado tan importante.

La fiebre aftosa, también conocida en español como glosopeda (término que alude a «boca y pies», ya que causa unas características lesiones ulcerativas o «aftas» en la cavidad bucal y en las extremidades de los animales afectados), es sin duda la peor de las plagas que pueden afectar la cabaña ganadera de un pais. Lo ha sido históricamente, desde que se tiene noción de su existencia. Fue descrita por primera vez de forma clara y detallada en 1546 por el médico italiano Girolamo Fracastoro. Se trata de una enfermedad que afecta a los mamíferos ungulados del orden de los artiodáctilos, lo cual incluye al ganado «de pezuña hendida», o sea, cerdos, vacas, ovejas, cabras, etc, además de a un sinfín de especies silvestres. Es una enfermedad debilitante que puede conducir a la muerte de los animales infectados, especialmente si éstos son jóvenes. En los adultos la enfermedad no suele ser tan grave, si bien suelen manifestar las típicas aftas o úlceras en boca y pezuñas, que dificultan la alimentación y movilidad del ganado afectado. El ganado más susceptible es el bovino y porcino, mientras que en ovino y caprino no suelen manifestar los síntomas pero si pueden propagar la infección.

La importancia sanitaria de la fiebre aftosa reside en que se trata de una enfermedad infecciosa tremendamente contagiosa, que alcanza tasas de transmisión muy altas. El causante es un pequeño virus esférico de unos 30 nm de diámetro (1 nm=milmillonésima parte de 1 metro), con genoma de ARN (perteneciente a la familia «picornavirus» (pico= pequeño, RNA=genoma de ARN) denominado «virus de la fiebre aftosa«, del cual se conocen siete serotipos (tipos serológicos diferenciados que no confieren inmunidad cruzada entre si). Ello supone que para cada brote de fiebre aftosa debe utilizarse una vacuna ajustada al serotipo circulante en el brote. Las vacunas empleadas se basan en virus inactivados (desprovistos de infectividad, pero eficaces generando respuesta inmunológica protectiva). Estas vacunas tienen ciertos inconvenientes, como la corta duración de la protección conferida, lo que obliga a revacunar con cierta frecuencia, pero son lo suficientemente útiles y se siguen empleando hoy día. Existen prototipos de vacunas de nueva generación (cápsdas vacías o «VLPs», vacunas de ADN, o basadas en vectores víricos recombinantes), muchas aún en fase experimental, otras más avanzadas, pero que aún no han sido aprobadas para su uso en sustitución de las clásicas inactivadas.

La fiebre aftosa ha representado una lacra económica a nivel mundial. Su presencia en un país suele asociarse con un precario desarrollo económico. El desarrollo de vacunas y su implementación condujeron a la erradicación de la fiebre aftosa de Europa Occidental en la década de 1980. El último  brote en España se detectó en Talavera de la Reina en 1986. No obstante, desde entonces ha habido incursiones de la enfermedad en territorio europeo, el más importante de los cuales afectó al Reino Unido en 2001 causando enormes pérdidas económicas y un auténtico desastre social en el mundo rural en aquél país. Tan solo las medidas de control del brote adoptadas por la Unión Europea ese año y el siguiente tuvieron un coste de 821 millones de Euros.

El virus de la fiebre aftosa fue uno de los primeros «virus filtrables» descritos. Lo describieron en 1898, Loeffer y Frosch. Se contagia sobre todo por contacto con animales infectados u objetos o productos contaminados, y por la vía aerógena: el virus es excretado en grandes cantidades por los animales infectados y puede viajar en aerosoles transportados por el aire, alcanzando de esta manera distancias muy respetables. Por ejemplo, se ha documentado que en 1981 el virus cruzó de esta forma el Canal de la Mancha, entre las Islas Británicas y el Continente Europeo, recorriendo alrededor de 250 km de distancia. También se transmite a través de la leche y del semen utilizado en las inseminaciones artificiales. Esta facilidad de transmisión hace que sobre esta enfermedad se impongan las más severas medidas de control existentes en sanidad animal, con el fin de evitar que el virus se expanda a través del comercio internacional de animales y sus productos. El organismo que regula estas normas, aceptadas internacionalmente, es la OIE. La fiebre aftosa está incluida entre las enfermedades de declaración obligatoria a éste organismo. La OIE establece una clasificación del estatus sanitario de cada país o zona en relación con la fiebre aftosa: 1) enfermedad presente, 2) enfermedad ausente con vacunación, y 3) enfermedad ausente sin vacunación. La República de Ecuador, gracias a su recién reconocido estatus de libre de fiebre aftosa con vacunación, y mientras camina hacia el estatus de libre sin vacunación (para lo cual tendrá que demostrar ausencia del virus en un período de 24 meses), podrá exportar sus productos ganaderos, lo que relanzará su sector pecuario, generando inversiones que mejoren las infraestructuras y la productividad del sector, una importante fuente de riqueza y empleo especialmente en el mundo rural.

La fiebre aftosa ha sido una lacra económica para toda latinoamérica durante décadas. Hoy, gracias a los esfuerzos realizados en los últimos años, aplicando medidas de vigilancia y control de la enfermedad que incluyen la implementación de sistemas de alerta temprana y respuesta rápida, con la vacunación como herramienta importante de la estrategia de erradicación, es posible decir que la fiebre aftosa está en regresión en esta parte del mundo, lo cual debe alegrarnos a todos. No obstante, conviene no bajar la guardia, ya que la fiebre aftosa tiene otros frentes activos en el mundo, de los que nos ocuparemos en futuros posts.

Mapa del estatus oficial de fiebre aftosa en los países de la OIE en 2014
NOTA: el mapa está actualizado a julio de 2014, por lo que no recoge aún el estatus oficial de Ecuador, recién reconocido por la OIE como «Libre con vacunación».

 

Enlaces de interés

 

 

Compartir:

Deja un comentario