Fuente: http://www.ecojoven.com/uno/05/celulasm.html
Llamamos células madre a un tipo especial de células que tienen
la capacidad de dividirse indefinidamente y llegar a producir
células especializadas. Las células normales de un individuo adulto (nos estamos
refiriendo al hombre y los mamíferos superiores) no tienen capacidad
de multiplicarse, salvo las células de médula ósea y las de la piel.
Si engordamos, no es que tengamos más células, en realidad tenemos
la misma cantidad de células, pero éstas han aumentado de
tamaño. Si una lagartija pierde la cola, le vuelve a crecer. En los
mamíferos no ocurre así. Si un individuo pierde un miembro, no lo
vuelve a desarrollar. Las células normales adultas no tienen, pues,
capacidad de reproducirse. Las que tienen capacidad de reproducirse
y generar nuevos tejidos reciben el nombre de células madre. Veamos ahora el desarrollo de un embrión para entender mejor qué
son las células madre. Desarrollo embrionario Entre los días primero al cuarto del desarrollo
embrionario, la célula original va dividiéndose en varias células
más. Cada una de estas células, si es separada del resto, es capaz
de producir un individuo completo. Son también células
totipotentes. A partir del cuarto día del desarrollo embrionario humano
se forma el blastocito. El blastocito está formado por dos
capas: Las células de un blastocito ya no son totipotentes, puesto que
una sola de estas células ya no es capaz de generar un individuo
completo. Sí que son capaces de generar todos los tejidos de un
individuo adulto, pero no pueden generar la placenta ni otros
tejidos necesarios para el desarrollo del embrión. Estas células
internas del blastocito se denominan células
pluripotentes. Estas células pluripotentes del interior del blastocito
generarán, a su vez, células madre especializadas con una función
concreta, como por ejemplo: Clonación A partir de aquí tenemos un óvulo que podrá crecer hasta
convertirse en un individuo clónico, enteramente igual, en lo
físico, al individuo del que se extrajo la célula adulta. Si en las primeras fases del desarrollo del embrión extraemos
células totipotentes o pluripotentes y logramos especializarlas,
podríamos obtener cualquier tejido para trasplantes. Células madre adultas En un principio se pensó que las células madre especializadas
sólo podían general células especializadas del mismo tipo. Sin
embargo se ha observado que estas células pueden llegar a generar
células con una especialización diferente de la original. Así
células madre neuronales de la médula espinal han producido
diferentes tipos de células sanguíneas. Estudios en ratas han
obtenido células hepáticas partiendo de células madre de médula
espinal. Cada día salen a la luz nuevos ejemplos de células madre
especializadas que producen células especializadas diferentes de las
esperadas. Esto demuestra que las células madre son mucho más
flexibles de lo que se pensaba. De aquí se derivan grandes expectativas de terapias innovadoras.
Parece que las células madre adultas tienen un gran potencial y
quizá más facilidades que las células madre embrionarias puesto que
se puede partir de células del propio individuo y, por tanto, con la
misma carga genética. Esto solventa, además, los serios problemas
morales de manipular células embrionarias. Investigar con células madre adultas Se recogen células madre de un individuo adulto. Otra posibilidad
es guardar congelado el cordón umbilical del bebé al nacer que puede
servir como suministro muy válido de células madre. Se cultivan las células madre en el medio adecuado hasta obtener
el tejido que se necesite. Se trasplanta al individuo enfermo el tejido cultivado o las
células necesarias para regenerar el órgano enfermo. Aplicaciones Las células madre pueden servir para probar nuevos medicamentos
en todo tipo de tejidos antes de hacer las pruebas reales en
animales o en humanos. Las células madre tendrán aplicaciones en terapias celulares,
medicina regenerativa o ingeniería tisular. Muchas enfermedades son
consecuencia de malfunciones celulares o destrucción de tejidos. Uno
de los remedios, en casos muy graves, es el transplante. Las células
madre pluripotentes estimuladas a desarrollarse como células
especializadas ofrecen frecuentemente la posibilidad de reemplazar
células y tejidos dañados. Así se podrán emplear para casos de
Parkinson y Alzheimer, lesiones medulares, quemaduras, lesiones de
corazón o cerebrales, diabetes, osteoporosis y artritis
reumatoide. Veamos dos ejemplos de aplicaciones: Un trabajo de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, presentado
durante el encuentro anual de la Sociedad Americana de Neurociencia
explicaba que la inyección de células madre en el líquido
cefalorraquídeo de los animales lograba devolver el movimiento a
unos roedores con parálisis. Los expertos introdujeron células madre
neuronales en los roedores paralizados por un virus que ataca
específicamente a las neuronas motoras y comprobaron que el 50 por
ciento recuperaba la habilidad de apoyar las plantas de una o de dos
de sus patas traseras. Las investigaciones son muy prometedoras y avanzan muy
rápidamente, pero queda mucho por hacer para llegar a aplicaciones
clínicas reales. Todavía falta por conocer los mecanismos que
permiten la especialización de las células madre humanas para
obtener tejidos especializados válidos para el
transplante. |