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El dopaje
 
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China, perseguida por el espectro del dopaje

Roma. Septiembre de 1994. Las nadadoras chinas arrasaron en los Campeonatos del Mundo, con doce medallas de oro de un total de dieciséis. Llegaron a mejorar cinco plusmarcas mundiales. El país asiático impuso su dominio sobre la natación mundial gracias a sus deportistas esculturales, dotadas de hombros desmesurados.

La actuación de las nadadoras chinas hizo saltar las sospechas de dopaje generalizado en ese país. Muchos entrenadores las compararon con las "Wundermaedchen" (supermujeres) de la antigua Alemania Oriental, que dominaban en las piscinas en las décadas de los 70 y 80.

Los rumores de dopaje generalizado en China comenzaron durante los juegos Olímpicos de Barcelona (1992), donde ya se percibió la fuerza física impresionante de las chinas, con Lin Li a la cabeza, que se llevó tres medallas (dos de plata y una de oro).

Hombros desmedidos

La sospecha de que las atletas chinas estaban dopadas comenzó a extenderse. Sin embargo, ningún control comprobó entonces la veracidad de esos rumores.

Fue en los juegos asiáticos de Hiroshima (Japón) en 1994, donde se destapó la amplitud del fenómeno. Once competidoras chinas fueron acusadas de dopaje, entre ellas dos campeonas del mundo: Lu Bin (200 m estilos) y Yang Aihua (400 m libres).

Los controles antidopaje revelaron que estas atletas habían tomado dihydrotestosterona (DHT), un anabolizante imposible de detectar antes la aparición de una prueba de control utilizada por primera vez en Hiroshima.

En China, el dopaje no sólo afectó a la natación (siete atletas dopadas sobre once, en Hiroshima). También se extendió a otros deportes y confirmó los temores de un "dopaje de Estado". Después de Hiroshima, varios deportistas fueron sancionados: un atleta de 400 m vallas, Han Qing, dos campeonas del mundo de halterofilia, Li Dan y Wang Sheng, y dos remeros, Zhang Lei y Qiu Suoren.

Bajo la amenaza de exclusión de las grandes competiciones, las autoridades chinas empezaron a tomar medidas. En marzo de 1995, nueve entrenadores chinos fueron suspendidos durante un año por "negligencia". Entre ellos figuraban los mentores de varias campeonas de natación.

Desde enero hasta junio de 1996, la Comisión de ética china (COC) practicó un total de 995 controles, lo que supuso un aumento del 35% con respecto al mismo período del año anterior. De estos análisis, más de la mitad -490- fueron inopinados, lo que representó un alza del 107%, según las cifras de este mismo organismo.

Hormonas en el equipaje de una nadadora

Los Campeonatos del Mundo de natación de Perth (Australia), en 1998, mostraron que el problema estaba lejos de ser resuelto. En vísperas de las pruebas, la nadadora china Yuan Yuan, subcampeona del mundo de 200 m braza, y su entrenador fueron sometidos a un control de aduanas en el aeropuerto de Sydney. En su equipaje, los agentes encontraron trece frascos de somatotrofina, una hormona de crecimiento. Y, para que el escándalo fuera completo, tres nadadoras dieron positivo a la triamterena, un diurético prohibido por enmascara el uso de anabolizantes esteroides.

Ese mismo año, la nadadora china Wu Yanyan, plusmarquista mundial de 200 m estilos, fue suspendida por cuatro años por su federación después de haber dado positivo a la 19-norandrosterona (un anabolizante esteroide) en los Campeonatos de China, clasificatorios para los Juegos de Sydney 2000. La deportista consideró esta sanción muy injusta y amenazó con hacer revelaciones.

Los responsables chinos esperan evitar nuevos escándalos de dopaje en Sydney, pero admiten que las malas costumbres están muy arraigadas en su país.

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