El español Javier Benedicto, de 44 años, está al frente del proyecto
puntero de la UE en navegación por satélite. De ese programa revolucionario
habla con EL PAÍS.
Pregunta. ¿Qué es Galileo?
Respuesta. Un sistema de navegación por satélite para
usos civiles que va a permitir la determinación de la posición
a todo individuo, vehículo, tren, avión o barco. A partir de ella
se podrán prestar muchos servicios como la navegación de vehículos
privados, el conocimiento de la congestión de tráfico, la navegación
automática de los aviones y optimizar el control del tráfico aéreo,
aumentar la seguridad de los medios de transporte o controlar
el medioambiente. Y va a permitir otro tipo de aplicaciones nuevas
para los usuarios de a pie,al combinar el posicionamiento con
la telefonía móvil. En el futuro con los teléfonos de tercera
generación (UMTS) podremos situarnos en nuestro entorno y dirigirnos
a nuestro lugar de interés.
P. ¿Cómo siente el proyecto?
R. Es una necesidad para Europa, tanto tecnológica como
económica y estratégica. Entraremos con él en un campo en el que
no teníamos acceso y romperemos la hegemonía americana. Pero lo
más apasionante es imaginar el sinfin de aplicaciones que verán
la luz y que eran impensables. Es el primer programa espacial
de la UE, y el primer gran programa entre la CE y la Agencia Espacial
Europea.
'El usuario dependerá cada vez más de la navegación
por satélite, igual que usa el móvil'
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P. ¿Será caro para el usuario?
R. El precio del receptor no va a ser lo más importante.
La tecnología está muy avanzada y dependerá del volumen de mercado,
que se estima en cientos de millones. Se podrán conseguir precios
muy bajos. Lo que hay que ver es el precio de los servicios que
van a ofrecer los operadores que utilicen Galileo y eso está por
determinar. Las empresas de servicios deben definir ahora sus
estrategias de mercado.
P. El servicio de posicionamiento básico será gratis.
¿Qué se considerará servicio de pago?
R. Aquéllos que permitirán la determinación de la posición
con mucha más precisión y fiabilidad. El servicio abierto será
de acceso libre y dará una precisión de unos pocos metros. Los
de pago van a permitir una precisión de pocos centímetros y van
a dar además una fiabilidad mucho más elevada, necesaria para
el uso de este tipo de sistemas en aplicaciones críticas como
el aterrizaje de aviones y el guiado automático de trenes o de
buques cuando entran a puerto.
P. ¿Y qué beneficios aportará a los que hoy utilizan el
GPS?
R. El sistema de posicionamiento estadounidense tiene
problemas de utilización por su falta de disponibilidad y garantía
de servicio. Hay lugares en los que el número de satélites GPS
en visibilidad no es suficiente, y en el futuro, con el uso combinado
de ambos sistemas, se va a tener una disponibilidad mucho más
elevada. Galileo tendrá una cobertura global. Funcionará en Latinoamérica,
India, Rusia, China, Australia y EE UU con las mismas prestaciones
que en Europa. No necesitará de los sistemas WAAS estadounidense
o MSAS japonés, creados para compensar las deficiencias del GPS,
porque esas deficiencias las compensará Galileo, será mucho más
moderno. GPS se basa en una tecnología de los años 70.
P. ¿Habrá que cambiar el receptor GPS?
R. Sí, igual que algún día tendremos que cambiar también
de móvil para pasar a los de tercera generación. Pero no será
un problema para el usuario. Estimamos que en el futuro el mercado
estará ocupado por receptores que van a utilizar de forma combinada
las señales de Galileo y de GPS.
P. ¿No se está dando un salto tecnológico a 30 años atrás?
R. En absoluto. Los problemas de GPS son cada día más
importantes por al éxito mismo de este tipo de aplicaciones. La
navegación por satélite está entrando en muchos aspectos de la
vida cotidiana y Europa no puede dejar de ejercer un control directo
sobre esta tecnología. El problema más importante del GPS no es
su precisión, sino su falta de garantía en el servicio. El usuario
de a pie, así como los medios de transporte, van a depender cada
vez más de la navegación por satélite, lo que va a exigir que
el servicio sea de calidad y garantizado. Ésa es la diferencia
fundamental entre lo que ofrecerá Galileo y lo que ofrece hoy
el GPS.
P. ¿Cómo se afrontará el desarrollo tecnológico cuando
los satélites estén en órbita?
R. Los satélites, una vez que se lanzan y entran en órbita,
no se pueden modificar o reparar, por eso tienen que utilizar
tecnologías muy fiables y reconfigurables. El desarrollo del sistema
hay que empezarlo con bastante antelación y tiene que probarse
durante años. Ahora estamos haciendo las últimas pruebas de las
tecnologías críticas que utilizarán Galileo y eso nos permitirá
el año próximo empezar a construir los satélites para un primer
lanzamiento en 2004-2005. Galileo va a embarcar las tecnologías
más avanzadas hoy día para navegación por satélite. Tendrán un
nivel elevado de flexibilidad, es decir, podremos desde el suelo
reconfigurar las prestaciones del satélite para responder a las
demandas del mercado. Las señales se podrán modificar desde tierra
y eso no existe con el GPS. Una vez desarrollados los satélites
de primera generación empezaremos a preparar las tecnologías futuras
para, a partir de 2010, diseñar los satélites de reemplazamiento
que funcionarán en 2020.
P. ¿Las empresas estadounidenses tendrán sitio en Galileo?
R. En el desarrollo de la infraestructura de Galileo,
es decir, de las estaciones en tierra y de los satélites, no está
previsto implicar a empresas que no sean europeas. En cambio,
en lo que se refiere a los receptores, que es lo que interesa
a los usuarios, Galileo ofrecerá un estándar mundial y todo fabricante
podrá producir receptores y desarrollar aplicaciones y servicios
basados en Galileo. Otra cosa muy importante es la interoperabilidad
con el GPS para poder combinar sus señales con las de Galileo.
También estamos diseñando Galileo para asegurarnos de que no interferirá
con el GPS.
P. Entonces habrá un flujo tecnológico entre las dos orillas
del Atlántico. ¿Cómo se llevarán las conversaciones con EE UU?
R. Hemos tenido reuniones con los estadounidenses. Pero
es claro que la relación con EE UU es muy importante en este momento.
La última reunión con el Departamento de Estado fue en octubre
del año pasado. Desde entonces, hemos estado esperando el lanzamiento
definitivo del programa. Ahora reemprederemos la negociaciñon
para que ambos sistemas no se interfieran.
P. EE UU trabaja en una nueva versión del GPS. ¿Podrá
esto interferir en el proyecto Galileo?
R. Los planes de modernización del GPS se aceleran enormemente
por Galileo. Vamos a discutir con EE UU sobre las características
de sus satélites futuros para garantizar que ambos sistemas sean
combinables.
P. ¿Un Gobierno europeo puede utilizar el sistema contra
una amenaza terrorista?
R. Los países pueden decidir el uso que les interese en
cada momento. En un conflicto, los países de la UE, propietarios
del sistema, podrán intervenir en su uso. Pero quede claro que
Galileo no está concebido como sistema de uso militar.