genoma, el biochip como diagnostico. reportaje en Waste magazine
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LA BIOTECNOLOGIA ES LA ESPERANZA PARA UNA VACUNA CONTRA EL CANCER
El mapa del genoma al 95%
GENOMA - EL BIOCHIP SUSTITUIRA LOS DIAGNOSTICOS TRADICIONALES DE ALGUNAS ENFERMEDADES

Valencia,  (COLPISA, Antonio Paniagua)
El biochip y las nuevas tecnologías de la biomedicina sustituirán en un futuro a los diagnósticos basados en pruebas descriptivas, como los recuentos sanguíneos, la comprobación de temperatura corporal y el examen de los síntomas. Con el biochip es posible conseguir en poco tiempo abundante información genética -tanto del individuo como del agente patógeno-,  que permitirá elaborar vacunas, medir las resistencias de las cepas de la tuberculosis a los antibióticos o identificar las mutaciones que experimentan algunos genes y que desempeñan un papel destacado en ciertas enfermedades tumorales, como el gen p53 en los cánceres de colon y de mama. En la actualidad, en Estados Unidos existen portadores del VIH, causante del SIDA, que reciben una combinación de fármacos basada en un análisis previo del genotipo del virus. Durante el VII Encuentro Internacional sobre el Proyecto Genoma Humano, que se celebra Valencia, se puso de manifiesto que el objetivo que  se pretende con estos pequeños artilugios es desarrollar técnicas que permitan detectar cualquier enfermedad a partir de una simple gota de sangre.
  En la reunión científica, organizada por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) con el apoyo de la Fundación BBV, se subrayó que las predicciones que suministrarán los biochips serán muy fiables. Así, en pocos años, se podrá calcular el riesgo de padecer enfermedades coronarias a los 55 años o Alzheimer a los 75.
   El funcionamiento de estos dispositivos es sencillo. Un chip de ADN, también llamado array, consta de una lámina delgada en cuya superficie se hacen orificios diminutos que se colocan de forma ordenada. Los agujeros se rellenan con fragmentos de ADN (oligonucleóticos), cuya secuencia se conoce de antemano. El material genético se marca con reactivos fluorescentes o con sustancias que permitan una lectura con láser. La reacción de la molécula control con cada uno de los oligonucleótidos hace factible apreciar, gracias a la fluorescencia emitida, si alguna secuencia responde a alguna anomalía. La suma de las distintas interacciones entre la molécula y las secuencias se mide de forma simultánea. Así las cosas, un investigador, en vez de comprobar los cambios fisiólogos gen por gen, puede revisar en un momento un grupo entero de genes.

   Ventajas

  Según Thomas Gingeras, vicepresidente de la compañía Affymetrix Inc, pionera en el desarrollo de chips de ADN, algunos especialistas prescinden de las pruebas citológicas y optan por el biochip para determinar el tipo y la fase en que se encuentra un tumor. "La ventaja de este procedimiento es que se puede predecir la propensión de una persona a padecer un tumor  y, en caso de que ya lo sufra, calibrar qué fármacos serán más eficaces".
  Para Andrei Mirzabekov, director del Instituto Engelhart de Biología Molecular de la Academia Rusa de Ciencias, "si cada universidad y grupo de investigación estudia un gen o una proteína avanzaremos muy lentamente". "Ahora -continuó-disponemos de un paradigma electrónico aplicable a la biología que nos ayuda a recoger información genética en muy poco tiempo". Mirzabekov señaló que el biochip se revela como un instrumento excepcional para averiguar las mutaciones que experimenta el bacilo de la tuberculosis, así como para identificar  cepas resistentes a la penicilina. "En Rusia la tuberculosis se extiende desde las cárceles. Por eso nuestro objetivo es procurar a las prisiones la tecnología que simplifique y abarate el diagnóstico y los tratamientos".

 Drogas

 El científico ruso recalcó que el uso del biochip se puede extender a la agricultura, la biotecnología y otros ámbitos de conocimiento. "Por ejemplo, se pueden evaluar las alteraciones genéticas que predisponen a una personas a caer en la drogadicción". Asimismo, es posible medir la oposición que plantea el organismo humano a fármacos destinados a combatir la leucemia.
  Las aberraciones éticas que pueden derivarse de un mal uso de la ingeniería genética suscitaron también el interés del los investigadores. Thomas R. Gingeras aseveró que la información genética es patrimonio exclusivo del individuo, aunque no corresponde a los científicos, sino a los políticos, aprobar normas para que se cumpla esta premisa. Como dijo Mirzabekov, "hay legislaciones que prohíben los matrimonios entre retrasados mentales, pero eso es una decisión política".
  Según la estimación de Gingeras, los genes que componen el mapa genético humano es inferior a  los 100.000. "La cifra es y será objeto de debate durante unos años. Unos calculan que se halla entre los 35.000 y los 150.000, y casi todos piensan que está por debajo de los 100.000".


LA BIOTECNOLOGIA ES LA ESPERANZA PARA UNA VACUNA CONTRA EL CANCER
Madrid,  (COLPISA, Antonio Paniagua)
La obtención de vacunas contra tumores cancerígenos, basada en la reparación de genes defectuosos o alterados, es una de las metas que persiguen los investigadores que hacen uso de las tecnologías más avanzadas en el campo de la biomedicina. La aplicación de los biochips, instrumentos que combinan la biología molecular con la informática, hará posible una atención clínica hecha a la medida de cada paciente, pues el tratamiento se administrará en función de las característica genéticas de cada individuo. Estas son algunas de las conclusiones que se expusieron en la jornada de hoy en el VII Encuentro Internacional sobre el Proyecto Genoma Humano, organizadas por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
 En el congreso, que se celebra en Valencia con el apoyo de la Fundación BBVA, se puso de manifiesto el sueño de elaborar fármacos capaces de curar enfermedades gracias a la identificación previa de genes relacionados con determinadas dolencias. John Weinstein, del Instituto Nacional del Cáncer de Estados Unidos, aseveró que el melanoma es un tipo de tumor que presenta menos dificultades a la hora de ser abordado mediante una vacuna génica, por cuanto es más fácil encontrar la diana terapéutica.
  Weinstein subrayó la importancia de conocer la naturaleza del gen p53, supresor de tumores, pero cuyas mutaciones dan lugar a múltiples formas de cáncer. El científico abogó por dirigir los estudios a la selección de células normales cuyo gen p53 ha experimentado mutaciones y  corregir a continuación el defecto. Según Norman P.Jerry, investigador del Departamento de Microbiología del Weill Medical College de la Universidad Cornell, de Estados Unidos, el p53 está implicado en la aparición del 60% de los cánceres humanos, y el restante 40%  tiene como agentes causales genes vecinos.
 Abaratamiento de costes
 La industria farmacéutica es la más interesada en conseguir fármacos gracias al conocimiento de los genes responsables de las enfermedades. "Hacen falta entre 10 y 12 años y 500 millones de dólares para que una compañía saque al mercado un nuevo medicamento", dijo Weinstein. En este sentido, el uso de biochips reduce el número de moléculas candidatas a inactivar una función génica, con lo que se abaratan los costes. Se trata de un proceso diametralmente opuesto a la investigación propia de la década anterior. Por añadidura, la ciencia tenderá a escrutar el ADN, el ARN y moléculas en grandes cantidades, circunstancia que significa el nacimiento de una nueva disciplina, la ómica. Sus métodos contrastan con el estudio que se extiende durante un período prolongado de tiempo para desentrañar los secretos de un solo gen, práctica que se ha venido realizando hasta ahora. "Serán necesarias la sinergias entre la investigación tradicional, basada en hipótesis, y la investigación ómica", apuntó Weinstein
   "Sabemos que el 30% de las mujeres con cáncer de mama responderá satisfactoriamente al tratamiento, mientras que el otro 70% no lo hará de la forma deseable", señaló Weinstein. De ahí que conocer el funcionamiento genético de ese 30% es crucial.
 La biomedicina ampliará sus objetivos, de manera que se preocupará por el pronóstico de la enfermedad, su prevención prevenir y la elección del tratamiento más adecuado en los primeros estadíos.
 Michelle Roland, del Hospital General de San Francisco, adujo que los biochips y otras tecnologías revelan su eficacia en la medición de las resistencias que oponen los enfermos de Sida a los fármacos antirretrovirales. "Del 50% de los enfermos que en mi centro recibe tratamiento, la mitad de ellos, precisamente los primeros que accedieron en su día a los medicamentos antisida, presenta resistencias".
GENOMA HUMANO
 
 
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