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La energía nuclear
Introducción a
la energía nuclear |
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El átomo
es la parte más pequeña de un elemento que puede intervenir en una reacción |
ara
comprender como se desarrolla la energía nuclear, es preciso introducirse en la
estructura de la materia y analizar la partícula más pequeña en que se puede
subdividir, el átomo.
Químicamente, el átomo es la parte
más pequeña de un elemento que puede intervenir en una reacción; cuando se encuentra en
estado normal su carga eléctrica es neutra, es decir, posee el mismo número de
electrones en las órbitas que protones en su núcleo.
Si varios átomos interaccionan
entre sí, forman entonces una molécula, en donde los respectivos electrones mantienen
una serie de enlaces; estos enlaces pueden ser de tipo covalente, metálico o
iónico.
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Si
varios átomos interaccionan entre sí forman una molécula |
Los enlaces que mantienen los átomos de
una molécula pueden romperse mediante una fuerza externa; este hecho acarreará una
liberación de energía, tal es el caso de la energía eléctrica, que se consigue
precisamente forzando a los electrones a que salten de sus órbitas y busquen huecos en
órbitas de otros átomos. Sin embargo, existen otras uniones que guardan energías mucho
más potentes llamadas de atracción nuclear, se trata de la formada por los
protones y neutrones del núcleo del átomo.
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Los
protones y neutrones del núcleo del átomo, mantienen una potente unión llamada de atracción
nuclear. La rotura de esa unión (fisión) generaría una reacción nuclear |
Para valorar la enorme potencia de esta
unión, baste decir que es cien millones de veces más potente que la de los enlaces entre
átomos. Así pues, si se consigue fisionar el núcleo del átomo, es decir, partir la
potente unión de protones y neutrones del núcleo, se liberará la energía almacenada en
esa unión; se producirá una reacción nuclear.
Para que se produzca energía mediante la
fisión del núcleo, se precisa no obstante que se cumpla una condición: que la masas
resultantes de la división sean inferiores a la masa inicial del átomo, en caso
contrario la reacción no se producirá porque necesita absorber una gran cantidad de
energía.
El uranio o el plutonio son los
materiales utilizados generalmente en una central nuclear, la razón es su número
atómico elevado, que permite la generación de energía al realizarse la división del
núcleo. El uranio contiene isótopos, es decir, átomos con el mismo número de
protones pero no de neutrones.
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En la
fisión del uranio 235 se bombardea el núcleo con un neutrón, produciéndose cesio 140,
rubidio 93 y 3 neutrones |
El uranio natural consta de
92 protones y tres isótopos distintos con 142, 143 y 146 neutrones. Para distinguir
los diferentes tipos de isótopos se nombran por la suma de neutrones y protones de su
núcleo; así, los diferentes isótopos del uranio natural se denominan uranio 234,
235 o 238. De los tres isótopos sólo el 235 es fisible, debiendo ser
separado de los demás para utilizarlo como combustible nuclear. Por su parte, el uranio
238 una vez bombardeado con neutrones se transforma en plutonio 239, que sí es fisible.
Para fisionar el uranio se bombardea el
núcleo con un neutrón, produciéndose cesio 140, rubidio 93 y 3 neutrones. Para que la
reacción nuclear se mantenga, es preciso que la cantidad de átomos de uranio y su
concentración sea superior a cierto límite, a partir de ahí se produce lo que se conoce
como reacción en cadena. Esa cantidad y concentración mínima de átomos de uranio
mínimos necesarios para que la reacción no se detenga se denomina masa crítica.
Por encima de esta masa crítica se producen más neutrones de los que se necesitan, y por
tanto la reacción se mantiene.
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