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El concepto de "biodiversidad", como su propio nombre indica, hace referencia a la diversidad de la vida, a la totalidad de la variedad biológica en todas sus posibles manifestaciones, como resultado del proceso evolutivo. Con este término nos referimos, tanto a la variedad de organismos existentes en la Tierra, como a sus diferentes tipos de comportamientos y posibles interacciones.

En la actualidad, se conocen alrededor de 1,7 millones de especies; aunque, dado que muchos ecosistemas de gran riqueza biológica, como las selvas tropicales o los arrecifes de coral, han sido poco explorados, se estima que compartimos el Mundo con un número de especies que puede rondar entre los 3 y los 30 millones. Inventariar y cartografiar esta riqueza biológica es un proyecto que urge acometer, dada la rapidez con que muchas de las especies de animales y vegetales están desapareciendo. Del mismo modo, hay que señalar que la distribución de los seres vivos en el globo terráqueo es el resultado de la influencia de factores diversos, entre los que destacan la deriva continental y los cambios climáticos que han acontecido en la historia de la tierra.

 
 
El número de especies en una isla es proporcional su tamaño
 
 
     
 ¿Por qué es importante conservar la diversidad? 
 
La conservación global de la biodiversidad es un asunto crucial para la posibilidad futura de adaptación de los seres vivos, en un mundo en perpetuo cambio. Por esta razón, se viene asociando el concepto de biodiversidad al de variedad de genes diferentes, que pueden ser expresados por los organismos como características potenciales (morfológicas, fisiológicas, químicas, de comportamiento, etc.) que, en algún momento del proceso evolutivo, pueden implicar la supervivencia de éstos; conviene recordar que la evolución biológica está basada en la selección natural de los individuos más aptos para adaptarse al entorno en el que viven. Al día de hoy, aún no sabemos cuáles serán los genes o características útiles que, en un futuro, pueden asegurar la adaptación, así como una competencia más eficaz por la supervivencia; por ello, en principio, todas las variantes genéticas serán igualmente válidas. La conservación debe tender a asegurar la persistencia del mayor número posible de genes distintos, como medida de seguridad.
Contemplar la biodiversidad desde esta perspectiva ayuda a entender la división tradicional, que se viene haciendo de la misma, en tres niveles inclusivos: diversidad de genes, de especies (en algunos casos de géneros o familias) y de ecosistemas. De este modo, la diversidad genética puede utilizarse para evaluar tanto la diversidad de especies, dada su relativa riqueza en genes distintos, como la diversidad ecológica, por su abundancia en procesos distintos en los que están implicados los genes.

Aunque, como ya señalábamos líneas arriba, aún desconocemos lo que nos deparará el futuro de la diversidad biológica, ésta ya nos ofrece importantes beneficios. La diversidad genética nos ha otorgado determinadas especies de cereales, algunas de ellas, resistentes a distintas enfermedades y de gran productividad, sobre los que se basa nuestra alimentación. La diversidad biológica también nos proporciona nuevas medicinas, además de ejercer una serie de funciones necesarias en otras especies; es el caso, por ejemplo, de muchos insectos polinizadores de nuestras plantas y cosechas. Por otra parte, la diversidad ecológica efectúa funciones a gran escala esenciales para la vida, como el mantenimiento del ciclo de las aguas, el equilibrio en la producción de oxígeno y fijación del dióxido de carbono, el ciclo del nitrógeno, la prevención de la erosión, etc. De esta manera, obtenemos de nuestro entorno comida, medicina, combustible, fibras y un sinfín de cosas imprescindibles para nuestra vida. Pese a ello, el abanico de nuevas posibilidades está aún por conocerse.

Leones marinos

Delfines

 
 
     
 Medidas de la biodiversidad y otros conceptos asociados 
 

Al igual que cualquiera otra medida de diversidad, la biodiversidad siempre debe hacer relación a un área determinada de tierra o mar. Estas mediciones pueden efectuarse sobre genes, especies o ecosistemas. En muchos casos, se utilizan representaciones gráficas de la riqueza biológica de determinadas áreas geográficas. De este modo, se pueden representar las relaciones entre grupos de especies (por ejemplo, entre la riqueza de especies de mariposas y de pájaros) y compararlas visualmente.

En este tipo de estudios es importante definir, también, los conceptos de "rareza" y "endemismo". Por rareza se entiende la infrecuente aparición de una especie, ya sea animal o vegetal. Esta puede ser de dos tipos, rareza en la ocupación de áreas ("rareza local"), o bien, rareza de aparición de algunos individuos dentro del área ("densidad"). Así, especies con una distribución geográfica relativamente restrictiva pueden ser muy abundantes dentro de ese marco geográfico y viceversa. Por endemismo se entiende la condición que tienen algunos seres vivos de limitar su hábitat a un área concreta; por lo tanto, la rareza local y el endemismo son términos equivalentes. Todos estos conceptos ayudan a identificar las localidades de mayor interés y las que deben ser consideradas prioritarias en los estudios de conservación de la biodiversidad, ya se efectúen éstos a escala global o local.

 
 
     
 La biodiversidad en peligro y su conservación 
 
Los investigadores están preocupados por la rápida erosión de nuestro medio natural y la desaparición de la biodiversidad. Si bien la extinción de especies es un fenómeno natural, inclusive de forma masiva, como ocurriera con la extinción de los dinosaurios, se estima que la actividad humana ha incrementado la velocidad de extinción en cientos de veces, principalmente a través de la sobreexplotación de los recursos naturales; la destrucción de las zonas húmedas, de los bosques y las llanuras para su uso agrícola y con motivo del establecimiento de poblaciones humanas; la fragmentación de hábitats importantes por la construcción de vías de transporte; la introducción de especies perjudiciales para el equilibrio de ecosistemas concretos y la liberación de contaminantes que contribuyen al cambio climático.

Todos los seres vivos de un ecosistema están imbricados en una red de relaciones. Cuando un bosque se tala, no sólo desaparecen las especies arbóreas que lo constituyen, también lo harán los pájaros que anidan en sus ramas, así como todos los insectos, microorganismos, hongos y otras plantas que habitan en ellos; además, son obligados a migrar o a morir otros muchos animales y vegetales, que se nutren o encuentran en equilibrio unos con otros. De este modo, desaparecen seres que, ni siquiera, han llegado a ser conocidos por el ser humano.

Hoy en día, las mayores concentraciones de diversidad biológica se encuentran en los océanos y en los trópicos, en países como Colombia o Brasil, donde la conservación de la biodiversidad se está viendo comprometida por la necesidad de desarrollo de estas naciones. En Europa, las áreas más ricas son las situadas entorno a la cuenca del mar mediterráneo; en este espacio se han contabilizado, tan sólo pertenecientes al mundo vegetal, alrededor de 20.000 especies.
 

Áreas de especial interés biológico en el archipiélago canario
 

Es prioritario conocer detalladamente la abundancia de especies en el planeta, efectuando inventarios biológicos de todas las especies animales y vegetales, y distinguiendo cuáles son endemismos, dónde están ubicados o si se hallan amenazados o afectados por un evidente proceso de extinción sin retorno. Estos inventarios han comenzado a ser elaborados por cada país, donde se ponen de manifiesto las especies amenazadas y el grado en que lo están. De ellos se deduce que, en este momento, entre el 2 y el 10 % de las especies de cada país están en peligro de extinción. A pesar de este esfuerzo, aún no existe un buen conocimiento global de la biodiversidad y, por otra parte, la información existente está dispersa y es de difícil acceso. Esta es la razón por la que un consorcio, formado por 28 países y organizaciones intergubernamentales, esté coordinando los planes para crear un banco de datos de biodiversidad mundial: el Global Biodiversity Information Facility (GBIF), que estará integrado por varias bases de datos interconectadas, donde se guardará información de todo tipo de organismos vivos, desde bacterias a mamíferos.



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