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El término "clon" se refiere a líneas celulares
u organismos genéticamente idénticos, obtenidos por medio de la multiplicación
asexual de un solo individuo y que, por lo tanto, son fenotípicamente
similares a éste. Por "clonación" se entiende el conjunto de
técnicas utilizadas para la obtención de clones. |
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¿Qué es un clon? |
Al contrario de lo que pudiera parecer, los clones son bastante frecuentes
en la naturaleza. Los tumores son clones o réplicas de una célula
donde ha tenido lugar un fenómeno de mutación. Otros clones
también comunes, aunque menos siniestros que los anteriores, son
las plantas que proceden de la reproducción vegetativa, es decir,
asexual, entre las que se incluyen, por supuesto, aquéllas que en
nuestras casas y jardines multiplicamos por esquejes. Por lo general, los
clones resultan de la reproducción asexual de un organismo, es decir,
derivan de uno de los padres. Los organismos unicelulares, como las bacterias,
protozoos o levaduras, se reproducen generalmente de forma asexuada; son,
por lo tanto, clones unos de otros. Los organismos que presentan reproducción
sexual y asexual, como las algas, hongos y musgos, pueden ser clonados si
se recurre a la reproducción asexual. En animales inferiores, son
más conocidos los clones que se originan a partir de fenómenos
de regeneración; estos organismos, como las hidras, las lombrices,
las estrellas de mar, etc., pueden reconstruir un ser completo partiendo
de una de sus partes (por ejemplo, una estrella de mar a partir de una de
sus patas). En animales superiores, incluido el hombre, también se
producen clones de forma natural, aunque son más raros; es el caso
de los gemelos auténticos. Actualmente se están desarrollando
técnicas para la creación de clones artificiales que podrían
llegar a tener un gran interés económico. |
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Las experiencias de clonación |
Las primeras experiencias de clonación artificial
tuvieron lugar en ranas, durante 1952. Robert Briggs y Thomas King desarrollaron
un método de clonación, denominado de "transferencia
nuclear", que había sido previamente propuesto por el científico
alemán Hans Spemann en 1938. El modelo ideado era el siguiente:
de un óvulo del organismo a clonar se extrae el núcleo,
que es donde reside el material genético, en un proceso que se
denomina "enucleación". Por otra parte, de la misma especie,
se extrae también el núcleo de una célula somática,
es decir, no reproductiva, que se sitúa en el óvulo enucleado.
Con ello se obtiene un embrión genéticamente idéntico
al organismo del que se extrajo la célula somática. Briggs
y Kings utilizaron, como células somáticas para su experimento,
embriones de rana poco desarrollados ¿Por qué? Porque al
inicio del desarrollo embrionario cada una de las células posee
la capacidad potencial de desarrollar un ser completo, siempre que se
las aísle. En este sentido, se comportan como la estrella de mar,
que regenera una nueva estrella a partir de un fragmento.
En el ser humano, esta capacidad de regeneración, conocida como "totipotencia", se pierde a partir de que el embrión cumple 14 días, tiempo máximo para la formación de gemelos, producidos por un fenómeno de partición del embrión durante este período.
Conforme los embriones se desarrollan, sus células se especializan en la constitución de tejidos determinados, adecuados para cumplir la función para la que fueron creados (células musculares, cerebrales, pancreáticas, dérmicas, etc.) y pierden su totipotencia. Hacemos hincapié en esta propiedad porque es fundamental para entender las posibles aplicaciones de esta técnica. Además, la pérdida de esta capacidad en las células adultas es lo que ha frustrado, durante muchos años, las investigaciones en clonación. |
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Una oveja llamada Dolly. Animales transgénicos |
En 1966 Ian Wilmut, del Roslin Institute de Edimburgo (Escocia) encontró
el modo de crear clones partiendo de células adultas y, por lo tanto,
diferenciadas. El método seguido fue el mismo al que hemos hecho
referencia líneas arriba, si bien, las células somáticas
de las que se partió procedían de la glándula mamaria
de una oveja. A estas células se las llevó a la desnutrición,
lo que paralizó su crecimiento y, en cierto modo, favoreció
su totipotencia. Estas células, así tratadas, fueron fusionadas,
utilizando descargas eléctricas, con un óvulo enucleado de
oveja. Este experimento no mostró una gran eficiencia e hicieron
falta más de 300 intentos para que Dolly, la primera oveja clónica,
naciera. Posteriormente, otros grupos han contribuido a la mejora de esta
técnica, introduciendo ciertas modificaciones, que han disminuido
el número de fallos en la formación del embrión y posteriores
abortos. Al mismo tiempo, parece haberse solventado la polémica sobre
la "edad biológica" de Dolly, dada su procedencia de una
célula adulta. En julio de 1997, el padre científico de Dolly dio a conocer el resultado de la combinación de estas técnicas de clonación con las de ingeniería genética: un par de corderos, conocidos como Polly y Molly, que portaban genes humanos con el objeto de producir una determinada proteína en sus células. La proteína, útil para el tratamiento de la hemofilia, era secretada en su leche, lo que facilitaba su posterior utilización. Del mismo modo, se han obtenido terneros, ratones y, recientemente, un mono modificado genéticamente, en este caso para llevar genes de medusa que producen fluorescencia.
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¿Qué utilidad pueden tener los clones y qué problemas éticos presentan? |
En este sentido, el mayor interés está en la obtención de plantas o animales transgénicos, modificados de manera que sean útiles para distintas aplicaciones en el campo de la medicina, la agricultura y la industria. Imagínense un rebaño de ovejas o vacas que segreguen, en su leche, una sustancia esencial para tratar una enfermedad humana. No obstante, todavía no se han logrado clonaciones masivas que permitan la formación de rebaños productores y, por lo tanto, tampoco el producto de la modificación genética, al menos en cantidades económicamente rentables. Otra posible aplicación de gran interés es la perpetuación, con ayuda de estas técnicas, de especies en peligro de extinción. Si la clonación de animales modificados no ha despertado el recelo del público en general, no se puede decir lo mismo de la clonación humana, donde la imaginación de ejércitos de clones para la guerra, para ser utilizados como donantes de órganos o cualquier otro tipo de fantasía literaria están a la orden del día. Hoy por hoy, hay varios factores que impedirían llevar a cabo estas fantasías; los más importantes son, dejando a un lado las consideraciones de tipo ético, el alto coste de estas operaciones o el hecho de que para conseguir un sólo clon sería necesario inseminar a un gran número de mujeres. Recuérdense los 300 ensayos necesarios para obtener a Dolly; además, esto supondría una grave instrumentalización de la mujer. Del mismo modo, al proceder los clones de una célula adulta, donde el paso del tiempo deja sus huellas en forma de mutaciones al igual que las drásticas técnicas que se utilizan para obtenerlos, es posible que el clon tuviera problemas añadidos. Hasta el momento, Dolly no parece haber mostrado ningún problema destacable, pero no se puede descartar que ocurra. En cualquier caso, parece recomendable esperar a que estos asuntos queden aclarados antes de acometer un intento de clonación humana. Para aquellos que ven en la clonación la posibilidad de una prolongación de su propia vida, tan sólo decir que se trata de una idea ingenua y sin sentido, ya que un clon siempre será un individuo diferente del que se originó, como lo son los gemelos entre sí, a pesar de ser iguales genéticamente y aunque se críen en un mismo ambiente; lo único que compartirán será la propensión a ciertas enfermedades y la constitución general. Entiéndase que el genoma humano sólo marca potencialidades; la expresión de los genes depende, en gran medida, del ambiente. Así, un niño con genes que le faculten para la música, puede no desarrollar sus capacidades si no nace en una familia que le proporcione la educación y el ambiente musical necesario, o bien, otro con genes que le capaciten para ser alto no crecerá lo mismo si no le suministran los nutrientes necesarios para ello. También se ha hablado de la combinación de las técnicas de clonación con las de manipulación genética para la selección de hijos más sanos, inteligentes, etc.; todo esto supondría una medida eugénica de mejoramiento artificial de la raza humana, una práctica, por el momento, prohibida. Los partidarios de la clonación humana la admiten dentro del ámbito de las técnicas de reproducción asistida para parejas con problemas de fertilidad, si bien, algunos señalan la posibilidad de traumas psicológicos o de aceptación social en la descendencia. Estos mismos problemas ya fueron apuntados en contra de las primeras experiencias de fecundación in vitro; afortunadamente, no parece que se hayan producido situaciones de este tipo. Del mismo modo, la clonación podría ser un recurso para aquellas parejas en las que uno de los miembros sean portador de alguna enfermedad hereditaria grave. Otro punto a favor de la clonación está en la capacidad de totipotencia de las células que constituyen un embrión de pocos días, de la que antes hemos hablado. Este tipo de células, capaces de dar lugar a toda clase de tejidos, se las conoce como "células madre" y se están estudiando como remedio para un gran número de enfermedades muy graves, como el Alzheimer, el Parkinson, algunos tipos de cánceres, etc., así como para la obtención de tejidos para transplantes. Desde el punto de vista ético, su uso presenta graves problemas pues supone la creación de un embrión cuyo desarrollo se paraliza para su uso médico o para la investigación; esta práctica es rechazada por las asociaciones y movimientos anti-abortistas y por aquellos que lo consideran una instrumentalización del ser humano. Hoy en día, en España está prohibida la creación de embriones para su uso en investigación, si bien se admite la utilización de los embriones desechados o caducados procedentes de la fertilización in vitro. Con todo, parece que el problema de la clonación realmente reside en la finalidad perseguida, no en las propias técnicas. Para saber más Para saber menos
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