ATENEO  TEMAS CANDENTES  Memética
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El término "meme" fue acuñado por Richard Dawkins en 1976, como parte de la explicación que, en su libro The Selfish Gene (El gen egoísta), daba sobre la idea de que los genes no eran las únicas partículas sujetas a la teoría darwiniana de la evolución por selección natural. También lo estaban los memes.
 
     
 ¿Qué son los memes y cómo se propagan? 
 
El término meme hace referencia a patrones de conocimiento o comportamiento que pueden ser transmitidos de un individuo a otro; este nombre fue elegido por su similitud con las raíces de las palabras memoria y mímesis, así como por recordar al vocablo inglés "gene". Si el individuo que transmite el meme lo continúa portando en su mente, la transmisión puede ser interpretada como una replicación, al igual que la del ADN. El individuo que recibe el meme lo volvería a copiar para difundirlo, al tiempo que guardaría una copia para él, transformándose a su vez en portador. La continua autoreplicación del meme, y posterior infección de otra mente, conduciría a la difusión del meme entre un grupo creciente de individuos. Por todo ello, se pueden definir los memes como unidades auto-replicantes de cultura, que se comportan como si tuvieran vida propia.

Los memes son ideas, modas, religiones, lenguajes, dichos, maneras de pensar, … que, al igual que los virus, parecen multiplicarse y propagarse de una mente a otra, dentro de nuestra vida cultural. De este modo, la evolución cultural y del propio conocimiento puede ser modelada a través de los mismos principios darwinianos de variación y selección natural, que rigen la evolución biológica.
Según Dawkins, un buen "replicador" debe cumplir los siguientes requisitos: 1. Que copie fielmente; cuanto más fiel sea la copia, el patrón inicial se mantendrá, como tal, durante más tiempo y a lo largo de un mayor número de replicaciones. 2. Que sea fecundo; a mayor rapidez copiadora mayor velocidad de difusión del meme. 3. Que sea longevo; cuanto más perdure el patrón replicativo más copias del mismo podrán ser hechas. No obstante y a diferencia del proceso de replicación genética, los memes presentan un mayor poder replicativo que los genes, o mayor fecundidad, aunque presentan una fidelidad menor a la hora de realizar las copias. Del mismo modo, cada copia puede conducir a interpretaciones muy distintas en cada individuo, mucho mayor en número que las que pueden surgir a partir de los genes.

Los memes pueden viajar verticalmente a través de generaciones, de modo similar a como lo hace el material genético; pero también lo pueden hacer horizontalmente, como si fueran virus que extienden una epidemia. Un ejemplo del primer tipo de propagación podrían ser los juegos que los padres enseñan a los hijos, que se mantienen, como parte del legado cultural, de generación en generación. Un ejemplo de transmisión horizontal pueden ser los chistes, que aparecen y se dispersan con gran facilidad por la población, en ocasiones, salvando importantes barreras geográficas y temporales.


Los argumentos que explican la evolución genética de la capacidad de replicación de los memes provienen de la idea de que cualquier comportamiento puede ser aprendido, directamente, de un individuo a otro gracias a la comunicación o a la imitación, de una manera mucho más simple que lo que supondría el propio aprendizaje por ensayo y error.

La evolución de los memes no es simplemente análoga a la evolución biológica, tambien obedece todas sus leyes: variación, replicación y adaptación. Como ya hemos señalado, los memes pueden ser objeto de variación, ya sea por mutación o por recombinación de su estructura interna, con mayor facilidad que los genes. Las diferentes variantes de un mismo meme pueden competir entre sí por el limitado espacio de memoria que está libre en cada individuo. Las variantes más aptas ganarán la competición y se difundirán con mayor éxito. Así, la cultura evolucionará por un proceso de supervivencia diferencial de los replicadores culturales o memes, al igual, que la evolución biológica se efectúa por una supervivencia diferencial de los individuos más aptos. La influencia del medio y la adaptación al mismo también se hallan contempladas en esta teoría. De este modo, el medio utilizado para la comunicación de los memes, y su adecuación al mismo, también ejercerá su acción en el proceso de difusión, favoreciéndolo o no, según el caso. Ejemplos de medios favorables son el propio internet y el correo electrónico.

Algunos han visto en los cromosomas la macro asociación de genes a la que pueden asemejarse las agrupaciones de memes o macromemes. Los macromemes constituyen un sistema de muchos memes estructurados e interrelacionados, que conforman un objeto cultural complejo, como pueden ser un determinado idioma, una teoría, una mitología, etc. Sin embargo, aquí la comparación se debilita, puesto que los cromosomas son el último grado en el proceso de empaquetamiento de los genes, cuyo objeto es preservarlos y asegurar la multiplicación y buena distribución en el proceso de división celular. Es decir, no suponen una unidad con un supra-significado, como puede ser una mitología, cuya comprensión va más allá de los memes particulares de los que puede constar. Los partidarios de la memética fuerzan, en ocasiones, la traslación de la mayor parte de los conceptos biológicos teóricos, como deriva genética, "pool génico", etc., al mundo de los memes.

Con anterioridad a Dawkins, otros autores ya habían señalado las similitudes entre la evolución cultural y la biológica, entre ellos Popper y Leslie White. No obstante, Dawkins nunca imaginó la gran difusión que iba a tener su idea. En este sentido, la memética se ha comportado como un meme más, propagándose epidémicamente entre un sector de la sociedad. A este tratamiento de la memética se ha llamado "metamemética". La memética, o "ciencia" que estudia la evolución y dispersión de los memes, ha cobrado su máximo desarrollo a partir de las obras de Daniel Dennett (Consciousness Explained -La conciencia explicada- y Dangerous Idea -La idea peligrosa-) y Susan Blackmore (The Meme Machine -La máquina de memes-). Dennet presenta a la mente como si se tratara de una incubadora de memes, defendiendo la hipótesis de que la conciencia humana es en, sí misma, un gran complejo de memes. Blackmore lleva aún más lejos esta idea, exponiendo que "somos nuestros memes". Para Dawkins, somos nuestros memes y son ellos los que tratan de perpetuarse en la evolución, mientras que nuestros cuerpos sólo son los vehículos de transmisión.

En este sentido y al igual que en la hipótesis de Dawkins, la razón última de la evolución cultural o memética es la supervivencia de los memes, no la conservación de las mentes en que existen, las cuales son sólo simples vehículos para que aquéllos se perpetúen a través de las generaciones. Desde el punto de vista filosófico, esta conclusión debe ser considerada en el marco de la concepción evolutiva e interaccionista del yo, como señala Jordi Cortés Morató: "un individuo es, a la vez, el producto de la evolución biológica y de la evolución cultural efectuada en interacción con otros yoes, tesis que forma parte de la revolución en contra del narcisismo antropocéntrico, como lo fue en su día la revolución copernicana, el darwinismo o la teoría freudiana del inconsciente. Desde este punto de vista esta tesis se vincula a la concepción estructuralista de la muerte del sujeto y al fin del dualismo y del racionalismo cartesiano".
 
     
 Críticas a la memética 
 
Si bien la teoría de la memética puede resultar atrayente y excitar la imaginación, no es considerada como una ciencia, sino como una teoría en proceso de construcción. Entre los más moderados detractores podemos citar al lingüista Steven Piker, quien encuentra excesiva la idea de definir la conciencia como un nido de memes. Piker indica que ello supone asumir que el cerebro es esencialmente de naturaleza pasiva; en cualquier caso, no explica el "Yo" que responde subjetivamente, que siente emociones como el amor, la envidia, el odio o el dolor. Pone, como ejemplo, a los bebés, que son conscientes, aunque sus mentes no hayan sido infectadas aún por memes.

Más duros, en sus críticas a la memética, son el paleontólogo Stephen Jay Gould y el genetista H. Allen Orr. Para el primero, los memes son una metáfora sin sentido, mientras que el segundo ha llegado a afirmar que la memética es una idea estúpida, refiriéndose a ella como una ciencia de "fiesta de cocktail"; en opinión de H. Allen Orr, "la selección natural se aplica bellamente a procesos azarosos como las mutaciones genéticas, pero se desintegraría si los animales pudieran deliberadamente cambiarla. Las ideas, contrariamente, son a menudo conscientemente modificadas antes de ser transmitidas. La evolución de los memes, a diferencia de la evolución genética, no es azarosa. Cuando Newton inventó el cálculo, no lo hizo generando millones de ideas azarosas y escogiendo la mejor de ellas". Por otra parte, al igual que Dawkins ha sido criticado por su extremado reduccionismo en su hipótesis del gen egoísta, la memética, como hemos visto, peca de ese mismo reduccionismo.

Otra de las críticas a la memética viene de su comparación con los procesos evolutivos de carácter darwinista, habida cuenta que la evolución de la cultura parece aproximarse más a un modelo de evolución lamarckiano, o de transmisión de caracteres adquiridos, que a un patrón de tipo darwinista.

 
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