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Herramientas de la comunidad científica española 

Iniciado el 10/9/2002  y finalizado el 22/10/2002    
Moderado por Xavier Pujol Gebellí.

¿Qué herramientas precisa la comunidad científica española?

El desarrollo de toda actividad investigadora precisa de una serie de elementos que la hagan posible. El primero, tal vez el más evidente en España en los momentos actuales, lo constituyen recursos económicos y humanos en cantidad suficiente. Pero resulta obvio que sólo con ellos no es suficiente. Muy al contrario, a un mayor número de investigadores y a una mejor dotación de los proyectos de investigación, cabe sumar estructuras desde las que se ejecuten estrategias, se planifiquen líneas o se propongan campos de actuación. Marcos, en definitiva, donde encuadrar la ciencia del país.

¿Qué marcos son los más adecuados en las actuales circunstancias? ¿Hay que empezar por arriba, por lo político, o mejor por la base, por los laboratorios? ¿Hay que cambiar el sistema o es suficiente con reordenarlo? ¿Bastarían actuaciones puntuales pero de gran impacto o bien sería preciso remodelar sistemáticamente los distintos niveles a través de los cuales se ejecuta la política científica en España?

La reforma política de la ciencia en España es, en opinión de no pocos expertos, un paso necesario aunque no imprescindible para conseguir resultados más acordes con el potencial que se le supone a la comunidad científica española. El sistema actual viene ordenado por la Ley de la Ciencia de 1986, la primera gran norma que se aprobaba en nuestro país en esta área. Salvo modificaciones puntuales acometidas a lo largo de los últimos años, su vigencia parece probada, por lo que difícilmente se entendería una "enmienda a la totalidad" o, lo que viene a ser lo mismo, proceder a su reformulación.

La opinión, sin embargo, no es compartida por todos. Desde algunos sectores se considera que la reforma es necesaria, entre otras razones, para solventar aspectos que actualmente suponen un lastre para el sistema español. Por ejemplo, la falta de agilidad en la contratación de investigadores, las duraciones "administrativas" de los proyectos de investigación, la financiación de los centros, la coordinación del poder central con las comunidades autónomas o la implementación de mecanismos que favorezcan una mayor y más decidida participación del sector privado en la investigación. Todo un paquete de medidas que justificaría, según algunos, una reforma total; o modificaciones parciales según otros.

Más allá de la cuestión legislativa, no compartida ni muchísimo menos por todas la partes, hay quien se inclina a pensar que el salto cualitativo podría venir de la mano de acciones puntuales con suficiente potencia y carga simbólica. Estas acciones, sostiene un determinado sector, actuarían como "locomotoras del sistema" y, por consiguiente, irradiarían no sólo a su entorno inmediato sino también a sectores de actividad científica y económica complementarios.

Considerando esta hipótesis como válida, ¿de qué locomotoras estaríamos hablando? ¿De grandes centros de excelencia o, por el contrario, de una red virtual? ¿Habría que crear grandes plataformas científico-tecnológicas o bien grandes instalaciones? ¿O mejor potenciar los actuales centros?

Muy probablemente, y en una situación ideal, habría que apostar por todas y cada una de las soluciones. Pero dadas las dimensiones del sistema y la disponibilidad de recursos, hay que priorizar. ¿Pero por donde empezar?

La posibilidad de potenciar los actuales centros se antoja como la más viable económica y estructuralmente. En teoría, los recursos a destinar parecen moderados si se compara con otras opciones. Este podría ser el caso, por ejemplo, del Centro Nacional de Biotecnología (CNB) o del Centro de Biología Molecular (CBM), ambos con prestigio y tradición, además de competitividad, pero con una dimensión insuficiente como para actuar de locomotora del sistema. ¿Su ampliación podría cubrir este objetivo?

Una segunda vía podría ser apostar por nuevos centros de excelencia. En esta línea se sitúa el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) dirigido por Mariano Barbacid. Su puesta en marcha, al margen de las estructuras tradicionales del sistema, se está viendo plagada de dificultades, así como de recelos. En el mismo sentido se plantea la por ahora frustrada opción de Joan Massagué en Barcelona. El problema, la necesidad de dinero fresco en abundancia y de disponer de un estatus jurídico poco común todavía en España. Sus defensores opinan que este tipo de actuaciones irradian positivamente. Pero hay quien cree lo contrario.

La tercera de las posibilidades podría ser la apuesta por grandes instalaciones al estilo GRANTECAN, el telescopio gigante de Canarias, el TJ3 en el Ciemat o el proyectado sincrotrón de Barcelona. En todos los casos, la inversión necesaria es de carácter extraordinario y sus usos primarios suelen ser, salvo en el tercer caso, restringidos. No obstante, este tipo de instalaciones han demostrado ser en otros países auténticos dinamizadores no sólo de ciencia y tecnología, sino también empresariales. ¿Están justificadas en España?

Las redes virtuales, por otra parte, requieren de un esfuerzo inversor moderado y pueden abrirse a numerosos grupos de investigación afines. De algún modo, equivalen a las proyectadas redes de excelencia de la Unión Europea y facilitan la existencia de masas críticas en determinadas áreas. El problema, no obstante, es que requieren de plataformas tecnológicas potentes, las cuales suelen asociarse a centros de nuevo cuño o bien a otros que se ven potenciados por su puesta en marcha. El diseño original de la Fundación para la Investigación del Genoma Humano, preveía precisamente esta opción.

Cualquiera de las soluciones planteadas, en las que voluntariamente se ha excluido a las universidades, podría ser válida para España. Pero volvamos al punto anterior: hay que priorizar. ¿Por qué opción se decantaría?


 Comentarios:

 

1 
Una buena herramienta la colaboración
Autor: Bartolomé Ribas Ozonas
Jefe de Área de Toxicología Ambiental
Instituto de Salud Carlos III

Para promover y articular una investigación más eficaz propongo priorizar e incentivar los proyectos en colaboración o cooperación, de diversos equipos, centros o instituciones. Es conocido que en España hay poca colaboración, y ésta debiera promocionarse. Aunque se invierta más tiempo, se alcanzan resultados efectivos. Y por supuesto seguir apoyando los centros y los equipos de excelencia.
Escrito el 11/9/2002

2 
Eficiencia y masa crítica
Autor: eugenio sánchez garcía
desarrollo aplicaciones GIS
ciemat

Cada tema de investigación tiene su propia idiosincrasia, y las generalizaciones no son válidas para todas las áreas. Sin embargo parece evidente que en muchos departamentos de OPI's se duplican actividades y temas, lo que acarrea dos tipos de problemas:

- Pérdida de eficiencia (duplicidad) en los gastos.
- No consecución de "masa crítica" que permita afrontar retos de envergadura.

Considero que sería beneficioso catalogar actividades y agrupar en departamentos (físicamente o virtualmente) a todos los grupos que realizan actividades similares en las distintas OPI's, ya que para ciertos tamaños de dichos grupos, puede ocurrir que "2+2" sea más que "4".
Escrito el 11/9/2002

3 
Gestión política con sentido común
Autor: Enrique Díaz-Martínez
Investigador sin contrato
Centro de Astrobiología (CSIC-INTA)

Como dice la introducción al debate en su primer párrafo, lo primero que necesitamos son recursos económicos y humanos para la ciencia. Tenemos en España a miles de investigadores en situación ilegal (el trabajo remunerado sin contrato ni derechos laborales es ilegal): los becarios postdoctorales. La supuesta situación "en formación" de los becarios predoctorales también es discutible, pues con su trabajo y explotación de semiesclavitud están sacando adelante una parte considerable de la ciencia en España.

Mientras no contemos con (a) el 1,5 o 2 % del PIB para ciencia (me refiero a ciencia básica y aplicada, sin incluir el capítulo 8 de gastos en equipos militares), (b) contratos con todos los derechos y un mínimo de estabilidad para los que trabajamos en investigación científica, y (c) financiación suficiente para los proyectos científicos (sin tener que regatear o recoger migajas); mientras no contemos con todo esto, no tendrán sentido los planteamientos (casi pongo pajas mentales) de la introducción a este debate: "marcos más adecuados", "reorganización del sistema", "enmienda a la totalidad"...

Tenemos todo el potencial, las ganas, y el tiempo. Estamos acostumbrados a hacer virguerías y malabarismos con pocos medios. Ilusión nos sobra. Lo que nos falta en este país es una gestión política de la ciencia con sentido común y visión a largo plazo. Lo demás puede venir después, si es que somos capaces de dejar a un lado los intereses personales y nos ponemos a trabajar hombro con hombro, haciendo lo que sabemos hacer, ciencia, pero en condiciones.

Escrito el 11/9/2002

4 
Plantilla y presupuestos
Autor: Juan E. Echevarría Mayo
Facultativo
Instituto de Salud Carlos III

En principio no considero excluyentes las diferentes propuestas del texto que se nos ofrece a debatir, pero si hay que elegir, yo priorizaría la potenciación de los Centros actuales. Por potenciación no sólo entiendo una mayor dotación de recursos económicos para aparatos, material fungible o personal en formación, que resultaría imprescindible a tenor de los últimos recortes más o menos encubiertos, sino además, de otros aspectos que, en mi opinión, nunca se han contemplado adecuadamente y es ahí donde podría introducirse un cambio. El investigador de plantilla en España debe abarcar muchos temas bajo su responsabilidad, ya que en los últimos años no ha habido dotación de plazas estables y los investigadores temporales al fin y a la postre acaban dependiendo administrativamente de alguno de plantilla, que es el único que puede plantearse las cosas a medio o largo plazo y que es cada vez más gestor y menos investigador. Es imprescindible ampliar la plantilla estable de investigadores.

Además, esta creciente carga de gestión debe abordarla sin una adecuada dotación de personal administrativo y, en ocasiones, aunque consiguiese gestionarse su obtención, no dispone de un espacio adecuado donde ofrecerle un puesto de trabajo debidamente equipado. Es común que un investigador apenas disponga de más espacio de trabajo que las propias poyatas del laboratorio.  

Esta falta de apoyo para las tereas de gestión es causa de que la materia gris del sistema, auténtica locomotora del mismo, tenga que estar frecuentemente ocupada en tareas tales como escribir cartas, archivar papeles, hacer pedidos, hacer llamadas de teléfono con fines organizativos, etc, etc.

En definitiva, la locomotora del sistema está, en mi opinión, lastrada por una carga de trabajo burocrático que bien podría aliviarse. En este sentido, la nueva orientación de la política científica de la Unión Europea hacia la potenciación de redes de laboratorio resulta especialmente inquietante, pues serán los investigadores de otros países, no más capaces pero sí mejor apoyados en estos aspectos, los que puedan liderar las mismas, quedando España, como siempre, a remolque.

Y para terminar siendo poco original, diré que no hay nada de que hablar mientras continuemos con un presupuesto de investigación comparativamente ridículo con respecto a otros países europeos. Si no se incrementa el presupuesto global y, a la vez, se priorizan los grandes nuevos centros o instalaciones, escaso futuro queda para los Centros existentes, que son los que han levantado la investigación del país desde la nada hacia el algo. Si es así, como dijo un clarividente pensador español: "que inventen ellos".
Escrito el 11/9/2002

5 
Presupuestos, investigadores y agilidad
Autor: Antonio Cortés Arroyo
Profesor de Investigación
Instº de Catálisis. CSIC

En mi opinión, y con carácter prioritario, lo que se necesitan son más medios económicos y más personal. Aun seguimos alrededor del 0,9 % del PIB (según los propios datos del MCyT) y muchos de los jóvenes investigadores y tecnólogos no pueden incorporarse al sistema de Ciencia-Tecnología. También debido, sin duda, a que nuestras empresas no contratan mucho de este personal cualificado.

Por lo demás, no creo que sea necesario en estos momentos entrar en un proceso de cambio de los marcos, estructuras y estrategias del sistema de Ciencia-Tecnología-Industria vigente. Máxime si no se incrementa la dotación presupuestaria y el número de investigadores. Todo lo más, tratar de agilizar los mecanismos existentes en el sistema actual y eliminar el mayor número posible de trabas administrativas
Escrito el 11/9/2002

6 
Redes virtuales
Autor: Jose Antonio Díez López
Investigador Científico
CSIC

Al margen de otros aspectos de gran interés que se citan en el escrito, el desarrollo de redes virtuales integradas por investigadores especializados en un determinado tema, pueden ser un mecanismo importante, primero de coordinación al tiempo que de difusión de ciencia y de metodologías, pero además pueden representar una masa crítica imprescidible para elaborar directrices de investigación en el futuro.
Escrito el 11/9/2002

7 
Reflexiones sobre la investigacion en España
Autor: Jose Luis Blanco Cancelo
Profesor Titular de Universidad
Universidad Complutense de Madrid / Facultad de Veterinaria

En principio debemos reconocer el considerable avance que se ha producido en la investigacion científica en España en los últimos años.

Yo inicialmente haría una división en dos grupos al enfocar este tema:
1) Grandes Centros de Investigación: Estamos hablando de centros tipo CBM. Aquí lo más importante es suministrarles una sólida infraestructura que favorezca la investigación de los grupos allí incluidos, y sobre todo, que exista una plena coordinación y conocimiento de las actividades científicas del país, con objeto por un lado de favorecer las colaboraciones, y por otro de evitar investigaciones paralelas sobre un mismo tema con un enfoque similar, que solo llevan al despilfarro de los escasos recursos económicos.
2) Pequeños grupos de investigación, como al que pertenezco, que se encuentran fundamentalmente en las Universidades. Estos grupos, con un número reducido de componentes y presupuesto, muchas veces ofrecen una producción científica infinitamente superior a la de los grandes grupos (cociente presupuesto/producción científica). En este sentido, la forma de potenciarles sería favorecer la colaboración, tanto entre ellos, como con grandes grupos, con la posibilidad de estudios conjuntos que lleven aparejado el uso de una infraestructura demasiado costosa para ellos, pero que pueden encontrar en esos grandes centros. Por otra parte, en ocasiones estos pequeños grupos se encuentran más cerca de la realidad práctica de las investigaciones, lo que permite adelantarse en la búsqueda de soluciones a determinados problemas.

Para mí los principales inconvenientes con que se enfrenta la investigación científica en España son los siguientes:

a) Exceso de burocracia para la petición de proyectos de investigación financiados en convocatorias públicas. Cada vez resulta más compleja la redacción de un Proyecto de Investigación con toda la documentación que lleva implícita, además del gasto en fotocopias, muchas veces intútil como pueda ser la petición de copias de los curricula de los diferentes investigadores. ¿No sería mejor tener acceso a la elaboración de estos curricula por internet en el Ministerio, y que ya queden allí, donde puedan ser consultados por los evaluadores? Hoy día cada vez son más los grupos de investigación que en cuanto disponen de algo de dinero prefieren, en vez de comprar material inventariable o contratar algún investigador, llevar a cabo la contratación de una persona dedicada a todos los aspectos burocráticos, incluso el enviar notas a la prensa para que esta hable de sus investigaciones. Esto evidentemente se lo pueden permitir ciertos equipos, pero no los pequeños grupos que abundan en nuestro país. Precisamente este es uno de los inconvenientes para la participación en las redes, tanto españolas como europeas, debido al exceso de "papeleo" que conllevan, en muchos casos, permitanme la expresión, inútiles peticiones de datos no relevantes para el desarrollo de un determinado proyecto.

b) Muchos grupos de investigación ven como su financiación depende de las convocatorias oficiales de los llamados proyectos de calidad, mientras que pueden comprobar como a otros grupos se les asignan directamente ("a dedo") proyectos por parte de Ministerios como el de Defensa o Agricultura, en ocasiones camufladas en partidas no específicas para investigación. ¿Por qué esos dineros no se pueden administrar en convocatorias públicas?

c) La carrera investigadora no está plenamente establecida en nuestro país. En los últimos años estamos asistiendo a gran número de becarios, de una gran valía, que deben marchar al extranjero o dejar la investigación por falta de plazas para ellos.

En este sentido me gustaría referirme a la situación de la Universidad, el mundo que más conozco. Creo que es tremendamente injusto que personas con un brillante historial investigador accedan a plazas docentes de las Universidades, que deberían quedar reservadas a las personas que durante años han estado ejerciendo esa imprescindible, y muchas veces ingrata, labor, "perdiendo" el tiempo en dar clases y dejando con ello de dedicarse a la investigación. Esto, ¿a qué nos lleva? a personas en nuestras Universidades que cada vez se dedican menos a la docencia para centrarse en su labor investigadora, lo que repercute positivamente en el nivel científico del país, pero negativamernte en el nivel de formación de nuestros universitarios. ¿Cuál sería la solución? Para mí, muy sencilla, y sin inventar nada que no suceda en otros países: las Unviersidades deben reservar plazas (cada vez en mayor número) únicamente dedicadas a personal investigador, que esporádicamente podría colaborar en la docencia, especialmente de tercer ciclo y Masters.


Escrito el 12/9/2002

8 
Más coordinación y colaboración con las pymes
Autor: Miguel Angel Morcillo Adán
Gerente
IND&PAMA NAVARRA S.L.

Una de las necesidades más importantes en nuestro país, tanto para la investigación y desarrollo como el avance técnologico en la pequeña y mediana empresas, debe pasar por el acopio de medios técnicos para las mismas. La falta de medios en empresas que realizan investigación y desarrollo es francamente muy mala, debido a que solo las grandes empresas reciben una y otra vez todas las subvenciones. Para el resto de empresas no quedan ayudas, pues todo se lo llevan las grandes.

Las empresas pequeñas y medianas estamos realizando un gran esfuerzo para el desarrollo de nuestros productos y no tenemos prácticamente financiación en I+D. Los bancos se niegan a dicha colaboración, pues todo su interés se centra en las grandes empresas.

Falta coordinación y colaboración con la pequeña y mediana empresa, que además estamos realizando un gran esfuerzo de creatividad en la creación y desarrollo de nuevos productos de innovación tecnológica.

Escrito el 13/9/2002

9 
Grandes Instalaciones
Autor: Julián Blanco Gálvez
Responsable de Proyecto
CIEMAT - Plataforma Solar de Almeria

Considero que las Grandes Instalaciones que ya existen en España deberían estar más fuertemente apoyadas y potenciadas. Estas Grandes Instalaciones son, en la mayoría de los casos, no sólo la bandera más visible a nivel internacional de la investigación en España sino que tambien constituyen importantes focos de colaboraciones internacionales que además permiten captar, integrar y desarrollar conocimientos en torno a temas científicos específicos en los que España suele tener un papel relevante.

Lamentablemente no existen mecanismos eficaces en el Sistema de Ciencia y Tecnología Español para que múltiples pequeños grupos de investigación puedan acceder a las grandes infraestructuras nacionales de forma sencilla, lo que podría redundar en un importante beneficio mutuo: estos grupos podrían acceder y colaborar con múltiples otros grupos tanto nacionales como extranjeros y las Grandes Instalaciones podrían llegar a ser auténticos polos en el desarrollo de la ciencia y tecnología. Todo ello ayudaría a dinamizar de una forma muy importante todo el sistema.

Un sencillo Plan de Acceso a las Grandes lnsfraestructuras, similar al que existe en los Programas Marco de la Comisión Europea, supondría sólo una mínima inversión y podría conseguir parcialmente el objetivo anterior.
Escrito el 13/9/2002

10 
Primero, potenciar; después, crear
Autor: Antonia Calvo
Catedrática de la UNED

No veo interés en distraer la atención científica a una excesiva
diversificación en cuanto a las iniciativas para la investigación.
Parece apropiado ir paso a paso y para ello sería mejor potenciar,
primero, los centros actuales y, segundo, crear centros de excelencia
Escrito el 15/9/2002

11 
Definir y aplicar la política más eficiente
Autor: Juan Antonio Tejada Cazorla
Dpt. Estadística e I.O. I
Universidad Complutense de Madrid

¿Qué herramientas precisa la comunidad científica española?  

1. Priorizar significa, aquí, hacer algo y dejar de hacer lo demás. Esto no
es necesario si se aumentan los recursos para investigación que son de los
más bajos de nuestro entorno. El gobierno debe aumentar, de una forma real, esos presupuestos. Hay que volver a la política del 1% de inversión sobre bebeficios de las empresas.

2. La política más eficiente (mejor relación resultados/coste) es la de
mantenimiento y creación de centros e institutos de investigación (tipo
CBM, CNB) y parques científicos y tecnológicos en el "caldo" de cultivo de
las universidades (¿por qué excluirlas del debate?).

3. Incentivar. Hay que tener en cuenta el gran impacto que la política de
tramos ha tenido en el desarrollo de la investigación en España. Hay que
asociar remuneraciones personales al desarrollo y consecución de proyectos.  

4. Apreciar. Dar el valor que se merece a los investigadores dotándoles de
los medios, soportes humanos y materiales, para el desarrollo de su tarea
en un entorno que favorezca su desarrollo.

5. Agilizar la gestión de proyectos. Facilitar contratación y compras.
Exigir actuaciones responsables a posteriori.

6. Favorecer, en serio, la captación de los mejores.

7. Controlar las actividades de i+d de las empresas con el fin de que
subvenciones y exenciones fiscales respondan a actividades reales de
calidad. Insistir en la inserción de doctores en los departamentos que las
desarrollan.








Escrito el 15/9/2002

12 
Mejor redes que grandes centros
Autor: Sebastián Cerdán
Servicio de Resonancia Magnética Funcional
Instituto de Investigaciones Biomédicas Alberto Sols

La potenciacion de centros existentes me parece insuficiente, si el efecto que se busca es amplio. La creacion de un CBM o de un CNB, que viene a ser casi lo mismo en este caso, diez veces mayor dejaria paupérrimas otras parcelas de la ciencia actualmente ya hipofinanciadas. El fomento de los llamados centros de excelencia como el CNIO está, por desgracia, muy lejos de estar justificado estos días.

La enorme inversion realizada en centros de carácter personalista depende para su rentabilización de la eficacia de una única persona que es la que lo dirige. Esto constituye en si mismo su mayor riesgo y debilidad, acercando el funcionamiento de estos centros a las antiguas academias científicas con directores perpetuos, secretarios perpetuos, miembros perpetuos y problemas perpetuos. Esta opción está muy superada en estos dias.

Me inclino más por las redes. Este recurso puede generar centros virtuales con gran dinamismo para su creación (y desparición). Su coste parece razonable y su repercusión puede ser positiva y muy grande, abarcando una gran cantidad de grupos, favoreciendo intercambios y actuando como verdadero dinamizador del sistema.
Escrito el 15/9/2002

13 
Estamos donde estamos...
Autor: Carlos Martín Escorza
Museo Nacional de Ciencias Naturales

Creo que en el tono general de como está siendo el debate que en cafés, despachos, prensa y lugares como el que se presenta este debate hacemos acerca de la Ciencia en España, nos olvidamos sencillamente de que hablamos sin situarnos bien en donde estamos. De la realidad, no se espere que diga socio-económica porque eso no lo voy a decir, sino de la realidad de las gentes que componemos este país. De los comportamientos, de sus hábitos, de sus costumbres de su manera de ser y actuar para consigo mismos y los demás. De todo eso opino que nos olvidamos y creo que nos situamos inconscientemente en 'otro lugar'. Y leo cosas maravillosas y opiniones muy juiciosas e inteligentes, pero creo que no acertadas en la medida que se aplican a ese 'otro lugar' sin considerar que ese no es el 'medio natural' en que vivimos.

Estamos donde estamos y somos lo que somos. Todavia me atrevo a decir que tenemos lo que tenemos, no más, ni menos. Y quizá por ello, en mi opinión, no 'atinamos' con la 'solución'. Y mira que se han dado criterios y desde luego todos con la mejor intención por su éxito..., pero nada.  

Escrito el 15/9/2002

14 
Prioridades en la investigación y prioridad de la investigación
Autor: César Nombela
Catedrático
Universidad Complutense

Es éste un debate oportuno para todos los convencidos, tanto de que la apuesta por la ciencia y la tecnología constituye una prioridad para España, como de que el esfuerzo que realiza es insuficiente para afrontarla. El peligro estaría en contestar a todas las preguntas propuestas como si se tratara de construir un sistema científico-técnico de nueva planta -utopía irrealizable- cuando la única opción es partir del que tenemos para mejorarlo, potenciarlo y exigirle el rendimiento óptimo. Por ello me atrevo a proponer que la respuesta a las preguntas que se plantean se efectúe a partir de la experiencia de los últimos 25 años de organización y gestión de la I+D en España, periodo muy rico tanto en logros y avances como en frustraciones, de los que cabe extraer conclusiones que inspiren la acción de futuro.

Muchos coincidimos en que necesitamos más ambición, para que nuestra creación científica tenga la calidad suficiente y se proyecte adecuadamente en la sociedad, contribuyendo al desarrollo económico y al bienestar. Mayor calidad y creciente rentabilidad -sin miedo a esta palabra- de nuestra investigación son demandas muy claras. Pero, el acuerdo será más difícil a la hora de decidir cómo lograrlo. ¿Potenciar todo lo válido del sistema o concentrarse en iniciativas más espectaculares, a veces de tediosa gestación e incierto resultado? Nos jugamos mucho en la decisión, porque los resultados tardan en verse y las decisiones equivocadas no suelen ser corregibles sobre la marcha.  

La actividad de I+D tiene que impregnar mucho más a nuestra sociedad, en los campos más llamativos y novedosos, así como en los clásicos de los que se habla menos en la prensa. Al mismo tiempo, no podemos olvidar que nuestro entorno proporciona una enorme cantidad de cuestiones a las que aproximarse con la mejor ciencia multidisciplinar y la tecnología más avanzada. Biodiversidad, medio ambiente, energía, salud, agroalimentación, información y comunicaciones, patrimonio y proyección cultural, etc. Son todos ellos campos adecuados para plantear objetivos propios de la mejor ciencia y lograr desarrollos adecuados en un país como el nuestro del sur de Europa y con vocación y posibilidades de proyección internacional. Lo son también para definir una apuesta científico-técnica que nos permita estar con más fuerza en los ámbitos de decisión de la UE.

Pero seguimos necesitados de un despegue que tarda en producirse y para el que no nos queda mucho tiempo. Porque mejorar nuestro sistema científico-técnico será la única garantía, no sólo para lograr la convergencia sino para garantizar nuestros actuales niveles de bienestar y de protección social. Basta considerar que el peso en nuestra economía de fuentes esenciales hasta ahora, como el turismo, parece iniciar un declive.

Marco legislativo y de gestión

La vigente Ley de la Ciencia de 1986 desarrolló el precepto constitucional del fomento y la coordinación de la Investigación Científica y Técnica como una cuestión de Estado, estableciendo los aspectos fundamentales del marco vertebrador. En ese sentido sigue siendo válida para que la I+D en España alcance la envergadura necesaria, aunque sin duda está necesitada de adaptaciones importantes. Entre otras, me atrevo a proponer: (i) medidas que definan con claridad y estimulen el desarrollo de los recursos humanos, a través de una carrera científica flexible y competitiva; (ii) potenciación de la coordinación entre instituciones encargadas de la I+D, y en este sentido es urgente intensificar el papel de las universidades en la producción de conocimiento, sea cual sea la estructura ministerial en cada coyuntura. El papel fundamental de la investigación universitaria, entre otras cosas para la calidad docente, debe ser incorporado a su estructura y las propias exigencias de su administración y gobierno; (iii) articulación legal adecuada del mejor sistema de transferencia de conocimiento y tecnología al sector productivo y a la sociedad en general, (iv) integrar de la mejor forma los esfuerzos y la cooperación de las administraciones autonómicas en la tarea del conjunto, buscando la eficacia y evitando la burocracia esterilizante. Son todos ellos aspectos que deben tener un reflejo en el marco legal para su mejor implantación.

Pero, es cierto que las leyes no son todo, sino que la política científica requiere ambición, eficacia, conocimiento del sistema y motivación por parte de los responsables, como demuestran algunos ejemplos recientes no todos positivos. Por ello los responsables en cada caso se tendrán que plantear cómo acertar en la decisión sobre prioridades al mismo tiempo que asegurar una gestión eficaz del día a día que aporte a la comunidad científica -muy adaptada a la evaluación y a satisfacer exigencias crecientes- un marco mínimo de estabilidad en el desarrollo de los programas y la aportación a tiempo de los recursos comprometidos, que resulta imprescindible para el logro de resultados.

El dilema de las prioridades en la política científica

Supuesto un marco legislativo actualizado y una gestión científica competente, naturalmente persistirá lo que es la esencia del debate que se nos plantea, es decir por qué apostar y cuáles han de ser las prioridades en programas, proyectos, instituciones, centros, etc. Para acertar se me ocurre plantear lo siguiente:


  • La primera prioridad científica para España sigue siendo el aumento de la inversión y el esfuerzo en I+D. El objetivo del 2% del PIB sólo llegará con un aumento sustancial pues seguimos en torno al 1%. Durante la presidencia española la propia UE se ha fijado el 3% para 2010, con lo que nuestra expansión se torna aún más urgente. Evidente resulta el que no todo son nuevos recursos, sino cómo se emplean, pero un indicador de éxito de los responsables políticos a cualquier nivel -ministerial, autonómico, institucional- será el logro de esos recursos adicionales (económicos, humanos, materiales) para fomentar la convergencia científico-técnica. Esta es mi experiencia fundamental de una etapa nada fácil de gestión del CSIC, en que fue necesario que mi equipo se empleara a fondo para lograr apoyos de los más altos responsables políticos, lo que permitió el logro de 430 nuevas plazas de científicos (23% de incremento de la plantilla científica) y una sustancial expansión presupuestaria.  

  • El sistema debe afianzar la evaluación para garantizar, con los grupos de investigación establecidos, el mantenimiento y la potenciación de las actividades científicas que tienen suficiente nivel de calidad, competitividad y proyección de futuro. Con una buena formulación de prioridades en programas científicos y tecnológicos se debe ir asegurando no sólo el mantenimiento de lo que alcanza un nivel suficiente sino el logro de nuevos objetivos de calidad y rentabilidad de la I+D española. Los protagonistas de todo esto deben ser los grupos universitarios, los del conjunto de los OPIs y los de otras instituciones científicas. La nueva cultura de evaluación -creación de la ANECA y de las agencias autonómicas y la aportación de una ANEP renovada y potenciada- deben servir a esta finalidad. Las nuevas iniciativas comentadas más adelante deben superponerse más que poner en cuestión el funcionamiento de todo lo que hay de válido en el sistema.

  • ¿Nuevos centros de excelencia?. No hay que olvidar la experiencia en la gestación de dos de los ejemplos que se nos proponen, el CBM y el CNB. En ambos casos, aunque no del todo paralelos, no cabe duda que las nuevas ideas para su puesta en marcha sólo se materializaron cuando fueron acogidos en la estructura del CSIC a pesar de que inicialmente se pretendía otra cosa. Es más, el acierto fundamental estuvo en integrarlos también en la estructura de la universidad. Los ejemplos, no se limitan a los dos mencionados, hay otros muchos institutos, fruto de esa iniciativa conjunta CSIC-universidades, igualmente productivos, competitivos e importantes. Son, por tanto, las instituciones existentes las que deben residenciar iniciativas similares, acordes con la exigencias actuales, que al potenciar lo más competitivo lo doten de nuevas posibilidades. Por ahí debe venir lo fundamental del desarrollo de áreas y temáticas nuevas. La estructura de redes, real y eficaz, debe servir también a este propósito.

  • Si el sistema de verdad se expande serán sobre todo los recursos adicionales los que se destinen a nuevas grandes instalaciones, y centros de especial envergadura. La naturaleza de algunas investigaciones hace inevitable la creación de costosas infraestructuras de gran envergadura y coste, por lo que la decisión será difícil. En cualquier caso, se les deben imponer las mismas exigencias de calidad, evaluación y obtención competitiva de recursos que al resto de las instituciones y grupos del sistema, así como un rendimiento acorde con la envergadura de la financiación que reciben.

    Escrito el 16/9/2002

15 
Innovación, PYMES y redes
Autor: Manuel Ruiz Robles
Director
Infrarrojo y Microelectrónica, S.L.

¿Qué herramientas precisa la comunidad científica española? Me atrevo a afirmar, sin lugar a dudas, que una de ellas es el tejido productivo de España.
  
No pocas PYMES innovadoras de nuestro país están llevando a cabo una labor excelente en el campo de la I+D, a menudo gracias a las ayudas de sus gobiernos regionales, así como a la de los programas nacionales y comunitarios, en un entorno fuertemente competitivo.  

Algunas pequeñas empresas consiguen proteger sus resultados de I+D mediante patentes de invención, no sólo en el ámbito nacional, sino en el internacional (Europa, EE.UU., etc.) con un esfuerzo económico considerable.  

A veces, estas interesantes patentes, surgidas de la necesidad de proteger los nuevos conceptos que han dado lugar a sus productos, tienen un potencial muy superior al de la necesidad primaria al que dio lugar la patente. Por ejemplo, una patente de invención de un sensor, para su aplicación en una interface, podría dar lugar a numerosos desarrollos e innovaciones protegidos por la misma (optimización del control de grúas, nuevos conceptos de visión artificial para la industria y la Defensa, etc.).  

Es obvio que una pequeña empresa no dispone, en solitario, de los recursos para explotar todas las posibilidades que nacerían del concepto patentado. De ahí la necesidad de agruparse, de cooperar, de establecer redes virtuales de ayuda mutua; no solo europeas, sino nacionales e incluso regionales: necesidad de capilaridad.
  
Algunas de estas patentes, a veces de carácter fundamental, pueden dar también origen a trabajos de investigación de carácter básico, para los cuales dichas empresas no tienen los recursos humanos y materiales necesarios, ni estaría justificado empresarialmente. De ahí la necesidad de cooperación con el sistema de ciencia básica (CSIC, Universidades, etc.), que permitan una fertilización cruzada, de interés mutuo...    

Es impensable que un sistema de ciencia y tecnología efectivo no llegase a  contemplar el extraordinario potencial que representan las pequeñas y medianas empresas, pues a menudo son las pequeñas empresas las que tienen la agilidad, la estructura, la cultura  y la capacidad de asumir los riesgos que exige la actividad innovadora.

Asimismo es preciso conectar el tejido del sistema para transformarlo, de una masa viva aunque con poco nervio, en un tejido fuertemente inervado. De ahí el interés de estimular la cooperación en red, en particular potenciando la creación de redes virtuales regionales, nacionales, transnacionales...    

En resumen, innovación / inervación:

Solución de un problema industrial (innovación) --> profundización, generalización... (investigación básica) --> fertilización cruzada, otras aplicaciones (cooperación) --> solución de nuevos problemas industriales, expansión del circulo...(inervación)      

Escrito el 3/10/2002

16 
Lo que más necesita la ciencia española
Autor: Manuel Sanchez
Profesor Colaborador
Universidad Miguel Hernandez

A lo mejor soy un materialista, pero creo que en lugar de herramientas, lo que más necesita la ciencia española es DINERO.

Y lo necesita para personal. No es de recibo que todo aquel que trabaje en ciencia bajo contrato en este país lo haga en unas condiciones de precariedad que si sucedieran en otros colectivos hubieran supuesto seguramente la convocatoria de huelgas generales semana si, semana no. Eso, si tiene la suerte de tener un contrato (o una beca), porque seguro que más de uno conoce (o ha sido) a los famosos "becarios sin beca" que se tiran horas trabajando en los laboratorios sacando tesis y artículos simplemente por genuino amor al arte.

El resto de aptitudes necesarias para la ciencia creo que sobran en este pais: Imaginacion, vocación, ganas de trabajar y sobretodo más moral que el Alcoyano.


Escrito el 8/10/2002


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