1.- Para empezar esta entrevista, nos gustaría conocer cómo nació su vocación científica ¿Cuándo y por qué decidió que quería ser científico?

Volver locos a otros con preguntas sencillas ha sido un pasatiempo para mí desde que era un niño pequeño y todavía me encanta. Cuando tenía unos 10 u 11 años de edad, leía en la escuela los libros sobre los científicos más famosos del mundo y me sentía atraído por su pasión por entender la naturaleza. En particular, recuerdo las historias fascinantes sobre Louis Pasteur y Robert Koch, ambos microbiólogos, así que tal vez no sea una coincidencia que también yo me haya convertido en un cazador de estas diminutas criaturas.

2.- ¿Cuál es su formación y trayectoria como investigador? ¿A qué instituciones ha estado vinculado hasta ahora?

Estudié Biología en la Universidad de Radboud en Nimega, Países Bajos, y obtuve mi doctorado en Tecnología de los Alimentos por la Universidad de Wageningen (también en los Países Bajos), basado en la investigación llevada a cabo por el Instituto Holandés de Investigaciones Lácteas (NIZO). Después de varias posiciones postdoctorales trabajé durante casi 20 años en el Centro de Investigación de Nestlé en Lausana, Suiza. En 2012 fui nombrado profesor de la Universidad de Wageningen, donde actualmente soy responsable de la Cátedra Europea de Seguridad Alimentaria de Microbiología. En octubre de 2015 me uní a IMDEA Alimentación.

3.- En qué circunstancias surgió la posibilidad de venir a trabajar a Madrid?

Han Joosten, investigador Senior del Instituto IMDEA Alimentación

Como mi esposa es de Madrid habíamos estado considerando desde hacía algunos años ya la posibilidad de instalarnos en España. La oportunidad de trabajar para IMDEA Alimentación facilitó en gran medida esta decisión, ya que me permitió continuar como microbiólogo.

4.- ¿Qué es lo que más le ha interesado del proyecto IMDEA y qué determinó su incorporación?

Creo que IMDEA Alimentación ofrece un entorno excelente para los investigadores que desean contribuir a encontrar soluciones innovadoras para mejorar la salud pública. Descubrimientos recientes han demostrado que la microbiota intestinal juega un papel decisivo en el origen de muchas enfermedades crónicas, como la diabetes, la obesidad, el cáncer y que incluso afecta a la salud mental. Esto abre el camino para muchas líneas interesantes de investigación, porque empezamos a descubrir que en realidad podemos influir en la composición de la microbiota intestinal de muchas maneras diferentes y que al hacerlo, podemos conseguir progresos inesperados en la lucha contra estas enfermedades crónicas.

5.- ¿En qué líneas de investigación va a trabajar y qué resultados concretos espera alcanzar?

De acuerdo con una reciente publicación de la prestigiosa revista científica Nature, el consumo por parte de ratones de cantidades relativamente pequeñas de emulsionantes, dio lugar a un marcado aumento del apetito y al desarrollo de la obesidad. Estos efectos no se observaron en los ratones libres de microorganismos lo que sugiere que los emulsionantes actúan sobre la modificación de la microbiota intestinal.

Los emulsionantes que se utilizaron en este estudio se han vuelto muy populares en los últimos decenios como aditivos alimentarios en los alimentos preparados industrialmente como, por ejemplo, en helados, margarinas, alimentos para untar de bajo contenido en grasa, productos de panadería, etc. Esto plantea la cuestión de si estos aditivos juegan un papel relevante en la epidemia del síndrome metabólico y otras enfermedades que están asociadas con las sociedades modernas. Algunos de los estudios llevados a cabo por el Instituto pretenden dilucidar los mecanismos por los cuales los emulsionantes ejercen un efecto en el intestino para llegar a comprender el alcance de sus efectos en la salud de las personas.

6.- ¿Conocía España antes de su incorporación a IMDEA? ¿Qué es lo que más le gusta de Madrid?

Sí, como millones de personas del norte de Europa, he visitado las costas españolas muy a menudo para huir del mal tiempo y también viví y trabajé en Madrid a mediados de los años noventa, así que la conozco bastante bien.

Es una ciudad muy animada y su rica historia y cultura la hacen muy atractiva. Al igual que todas las demás grandes ciudades su ritmo es frenético, pero es relativamente fácil escapar de él por ejemplo, en la sierra del norte de Madrid, donde a menudo se me puede encontrar luchando en mi bicicleta para llegar al Puerto de la Morcuera.