El primer emplazamiento de la Biblioteca Real fue la Torre Dorada o Torre Alta del desaparecido
Alcázar de Madrid. Es el antecedente de la época de los Austrias de la Biblioteca Real borbónica en la misma medida en que el propio
Alcázar lo es del Palacio Real. Y así como el origen de la Biblioteca Nacional es la Biblioteca Real borbónica, ésta, la del
Alcázar, debe considerarse su antepasado más remoto, su primer vestigio en una época histórica -la del Antiguo Régimen- en que la figura del Rey acogía tras de sí cualquier noción primitiva de lo que hoy entendemos por "pública" o "nacional".
El espacio que se le adjudica a la librería de Cámara en Palacio Nuevo,
construido con posterioridad a la desaparición del Alcázar, está situado en la planta principal del ala sureste del edificio, en el llamado "aumento de
San Gil". Fue proyectado por Francisco Sabatini.
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