PATRIMONIO  LUGARES DEL SABER  Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas: arquitectura
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 Arquitectura 

 

El primer nombre con que fue designado este centro fue el de Instituto del Hierro y del Acero.



PERSPECTIVA DEL INSTITUTO DEL HIERRO Y DEL ACERO. AGUADA


A partir de 1948 se suceden diversos proyectos que manejan muy distintas soluciones arquitectónicas, finalmente se constituye, como bloque definitivo, la solución en U muy abierta que cierra su ámbito con otro de volumen compacto.



ALZADO. PROYECTO DE E. RIPOLLÉS



PLANTA 

 

En un principio, los brazos en U eran de igual altura que el frontal, configurando en el interior un gran patio; después, los brazos se acortarían y el bloque de cierre crecería a lo largo del eje transversal.

El edificio principal está conformado según un bloque paralelopipedico de dos plantas, alargado sobre el eje NO-SE, y con dos pabellones de planta y media dispuestos perpendicularmente junto a sus extremos, con los que se comunica mediante dos pequeños elementos casi cúbicos de una sola planta. El cuerpo longitudinal de fachada, ocupado por laboratorios y servicios generales, se estructura con un pasillo central y locales a ambos lados del mismo dedicados a los distintos usos del centro: ensayos electromagnéticos, espectografía, metalografía, pulido, etc.



En su punto medio se aglutinan, en toda la anchura del bloque, el vestíbulo núcleo de escaleras y la biblioteca, manifestándose esta zona en la fachada principal con un ligero adelantamiento, que produce un pórtico en planta baja y un cambio de textura al sustituirse el ladrillo visto del conjunto por aplacado de piedra artificial. La fachada posterior de esta misma zona central se traduce en un cuerpo, en exedra, que se despega de la fachada según un octógono achatado de lados desiguales, coincidiendo interiormente con el recinto de biblioteca. Los pabellones transversales son dos cuerpos relativamente diáfanos ocupados por la nave de laboratorios mecánicos.

El pabellón central del fondo, cuyo eje coincide con el del pórtico de entrada en fachada principal, es una nave semi-industrial de cubierta en dientes de sierra.



Ya iniciados los años 60, se plantea la necesidad de ampliación del edificio desarrollándose un proyecto con cuatro pabellones similares (los cuatro tienen segregadas, entre sí, las zonas dedicadas a la investigación de laboratorio) y la gran nave de experimentación de taller.

Fue autor de esta ampliación el arquitecto Alejandro de la Sota, también responsable del Colegio Maravillas en Madrid (1960) y del Colegio Mayor Cesar Carlos de la Ciudad Universitaria (1964). Aplica en su solución un lenguaje moderno y moderado pero utilizando sus componentes habituales, intelectual y plástica, con especial habilidad. 

El resultado de todo ello es un edificio técnico de gran calidad, cuya ampliación supera arquitectónicamente la del edificio principal construido en inicio, aunque mucho más mediocre en su solución formal.



FOTO EXTERIOR CORRESPONDIENTE A LA AMPLIACIÓN 
DE ALEJANDRO DE LA SOTA



INTERIOR DE LA AMPLIACIÓN




   

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