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Instituto Cajal

En 1922, al cumplir 70 años Santiago Ramón y Cajal se jubiló de su cátedra universitaria, pero no abandonó su actividad investigadora, ni la Presidencia de la Junta para la Ampliación de Estudios. En su homenaje se constituyó el Instituto Cajal, que debía acoger bajo un mismo centro al conjunto de los laboratorios que investigaban en España sobre Neurociencia.


El Instituto Cajal hacia 1934.

Sus fines eran:

"1º Promover y practicar los métodos de indagación personal en los diversos ramos de la Biología.
2º Preparar técnicamente a los jóvenes que deseen hacer estudios de esa clase en el extranjero.
3º Recoger a su regreso a aquellos que se hayan capacitado de un modo más completo para las tareas del laboratorio.
4º Ofrecer lugar de trabajo a un corto número de graduados extranjeros, especialmente de los pueblos hispanoamericanos, que deseen familiarizarse con los métodos del Instituto.
5º Invitar a profesores extranjeros a hacer cursos prácticos de demostración de métodos propios. 6º Editar publicaciones".


El Instituto Cajal hacia 1934.

De forma inmediata se empezó la construcción del edificio, que tras algunos problemas de financiación y ejecución, quedó terminado en 1932. Fernando de Castro, uno de los más jóvenes discípulos de Cajal, describía así el edificio:

"era de grandes dimensiones: cuatro plantas y un subsótano - «un magnífico palacio», como decía don Santiago-, aunque fuese horrendo por fuera, desproporcionado en su conjunto y con grandes espacios perdidos en su interior. En cada planta había numerosas habitaciones o cuartos de trabajo, amplísimos -muchos de ellos tenían una superficie que oscilaba entre los 70 y los 100 metros cuadrados- y con gran altura de techo -unos 5 metros-, destinados a los ayudantes y becarios. Además disponía de un espléndido salón, con grandes ventanales, dedicados a la biblioteca, en cuyos anaqueles estaban distribuidos un centenar de revistas y libros sobre materias afines a las tareas del centro; constituía una de las mejores bibliotecas de Europa en materias de Neurología y Biología, conteniendo más de 5.000 volúmenes y separatas, unas 14.000, de valor incalculable, regaladas por don Santiago. En fin una cátedra, para conferencias y cursos, y una sala de juntas, ambas magníficas, completaban el Instituto"

Cajal, sentado, junto algunos discípulos (Domingo Sánchez, a la izquierda, y Enriqueta Lewy, a la derecha).

Cajal, sentado, junto algunos discípulos (Domingo Sánchez, a la izquierda, y Enriqueta Lewy, a la derecha).





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