Los cometidos asignados a esta nueva institución fueron la edición de materiales para la historia de España, el estudio de la diversidad cultural –con especial énfasis en la Filología y folklore-, el estudio del patrimonio artístico y monumental o la organización de excavaciones y exploraciones.
Ramón Menéndez Pidal y Américo Castro (sentados en el centro) junto a Pedro Salinas (derecha) departiendo en el Centro de Estudios Históricos
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Volúmenes del Catálogo Monumental de provincias españolas elaborado en el Centro de Estudios Históricos |
Al Centro de Estudios Históricos quedaron vinculados personajes de gran relevancia: Eduardo Hinojosa y Claudio Sánchez Albornoz abordaron el análisis de de las instituciones sociales y políticas de León y Castilla; la Arqueología y el arte medieval español fueron objeto de estudio de Manuel Gómez Moreno y su equipo; Rafael Altamira se ocupó de la metodología de la Historia; la cultura árabe fue estudiada por Miguel Asín Palacios (filosofía árabe española) y Julián Ribera (instituciones sociales); los problemas del Derecho Civil del siglo XIX ocuparon a Felipe Clemente de Diego; el Arte escultórico y pictórico de España en la Edad Media y el Renacimiento fue materia estudiada por Elías Tormo; Ortega y Gasset fue el responsable de la sección de filosofía y Ramón Menéndez Pidal fue cabeza de la naciente escuela filológica de castellano.
El Centro tuvo su primera sede en un pequeño chalet de la calle Almagro; a partir de 1920 se ubicó en el Palacio del Hielo de Madrid, en la calle Duque de Medinaceli.
Fotografía del Palacio del Hielo, sede del Centro de Estudios Históricos |