PATRIMONIO  LUGARES DEL SABER  Consejo Superior de Investigaciones Científicas: historia
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En cuanto a J.M. Albareda, este era su parecer sobre la JAE: "Ya es conocida la tendencia antinacional que dominó la actuación de esta institución [la JAE], que supo reunir, al liberalismo corrosivo de la doctrina, la estrechez excluyente de las personas.

No quiso vitalizar la gloriosa tradición ecuménica de la Ciencia española, sino sustituirla por un turbio aluvión en que, a lo científico, se ligaba la infiltración irreligiosa, el tono extranjerizante y la mezquindaz partidista".El Consejo Superior de Investigaciones Científicas nace con el objetivo primordial de fomentar, orientar y coordinar la investigación científica nacional.

Sin embargo, y utilizando palabras de Emilio Muñoz, el Consejo "nunca llegó a cumplir todas estas tareas, que definen a las instituciones de primer nivel en política científica, y sólo pudo desarrollar las funciones calificadas como de tercer nivel; es decir, aquellas que se refieren a la estricta ejecución de investigación científica (…) las razones de esta impotencia fueron varias: la primera de ellas es que la fuerza del CSIC en aquellos momentos (fundacionales) no era institucional sino unipersonal, dimanada de la figura de José María Albareda y Herrera.



LORCA EN LOS LABORATORIOS DE LA RESIDENCIA 
DE ESTUDIANTES (1923)


En segundo lugar, la falta de ambición política del personal que fue dirigiendo e integrando el CSIC (…) Por otra parte, el personal investigador, movido por las coordenadas oscurantistas de la época y condicionado por la mediocridad general, optó por dedicarse a la tarea investigadora en torres de marfil más o menos valiosas, o en relación con sectores productivos".

A estos factores habría que sumar un exceso de ambición, o de ingenuidad, al pretender abarcar todas las ramas del saber, en una época en la que España no disponía ni de los medios materiales ni humanos, y mucho menos económicos, para hacer frente a tan magna empresa.



ALBAREDA, FRANCO E IBÁÑEZ MARTíN EN LA SEDE 
CENTRAL DEL CSIC (1948)


Con la década de los sesenta se abre una nueva etapa para la historia de esta Institución, en la que se inicia el establecimiento de nuevos centros tecnológicos y de ciencia aplicada, como el Centro de Cálculo o el Centro Nacional de Investigaciones Metalúrgicas; asimismo, se empiezan a establecer lazos con la industria, a fin de abordar estudios conjuntos, en los que la ciencia y la tecnología pudieran ponerse al servicio de la rentabilidad empresarial.La Astrofísica, la Bioquímica y la Biología Molecular irrumpen con fuerza durante la década de los setenta y los ochenta; durante este período se crean centros tan importantes como el Instituto Astrofísico de Canarias, el Instituto de Astrofísica de Andalucía, el Centro de Biología Molecular, el Centro Nacional de Biotecnología o los Institutos de Ciencia de Materiales.



TALLERES DEL INSTITUTO TORRES QUEVEDO (ca. 1945)


El CSIC de hoy día es un organismo público de investigación, autónomo, de carácter multisectorial y multidisciplinar; está adscrito al Ministerio de Ciencia y Tecnología, tiene personalidad jurídica y patrimonio propios, y está implantado en todo el territorio nacional, gracias a más de un centenar de Institutos o Centros de investigación, repartidos por casi todas las Comunidades Autónomas y agrupados en torno a seis áreas científico-técnicas: Humanidades y Ciencias Sociales, Biología y Biomedicina, Recursos Naturales, Ciencias Agrarias, Ciencia y Tecnologia Físicas, Ciencia y Tecnología de Materiales, Ciencia y Tecnología de Alimentos y Ciencia y Tecnología Químicas. Su sede central está situada en el número 117 de la madrileña calle Serrano.



LABORATORIO DE MICROELECTRÓNICA


Los objetivos y funciones actuales del CSIC son los siguientes: elaborar y ejecutar proyectos de investigación científica y tecnológica, contribuir al análisis y selección de objetivos científicos y tecnológicos de futuro y asesorar a las administraciones en materia de investigación y de innovación tecnológica, fomentar el avance de la investigación básica, colaborar con las Comunidades Autónomas en las actividades de investigación que se acuerden mediante convenio, colaborar con las universidades en actividades de investigación y enseñanza superior, desarrollar programas de formación de investigadores y técnicos en el ámbito de la ciencia y la tecnología, y colaborar con el Plan Nacional de I+D en las tareas de asesoramiento y gestión que le sean encomendadas, así como con los Gobiernos de las Comunidades Autónomas, que lo soliciten, en el desarrollo de sus políticas científicas.

   

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