Las instituciones creadas por los Borbones, como el Real Colegio de Medicina y Cirugía o éste de Farmacia, necesitaban edificios acordes a la importante misión encomendada por los reyes en la búsqueda de una centralización y difusión de los conocimientos existentes sobre la curación de las enfermedades.
El edificio del Real Colegio de Farmacia, en la madrileña calle de la
Farmacia, fue proyectado por el arquitecto alavés Pedro de Zengotita Vengoa.
Fue utilizado para tal fin, primero como Colegio y luego como Facultad de
Farmacia, hasta la construcción del nuevo edificio de la Ciudad Universitaria de Madrid.
CONJUNTO UNIVERSITARIO DE MEDICINA Y FARMACIA
En 1930, como consecuencia del aumento de matriculas y de la creación de nuevas enseñanzas dentro de los estudios de Farmacia, y ante la imposibilidad de sacar partido del viejo edificio por no reunir las modernas condiciones pedagógicas que el momento requería, se decidió por la Junta Constructora de la Ciudad Universitaria de Madrid la construcción de un edificio propio para este uso emplazado en la zona médica de la Universidad.
FACULTAD DE FARMACIA EN LA CIUDAD UNIVERSITARIA
Destinado, casi en su totalidad a laboratorios,
su concepción y trazado fueron difíciles puesto que, además de resolver el complejo programa de uso, tenía que asimilar unas instalaciones muy complejas, cuya técnica era muy diferente de la usual.
Por ello, se decidió estudiar los laboratorios más importantes del momento en estas disciplinas,
mediante un un viaje por distintas naciones de Europa; se visitaron en total cuarenta y tres instituciones.
PLANO DE LA CIUDAD UNIVERSITARIA Y
DE LA LOCALIZACIÓN
DE LA FACULTAD DE FARMACIA
Realizado el proyecto, en 1928, por Agustín Aguirre y Mariano Garrigues y Díaz Cañabate es aprobado
por el Claustro y la Junta Constructora, procediéndose a su construcción.
PLANTA DEL
PRIMER PISO DE LA FACULTAD DE FARMACIA
El edificio repite el esquema compositivo de la Escuela de Estomatología, formando parte del conjunto dedicado a especialidades médicas. La composición de la fachada, aún formando una unidad con la Facultad de Medicina, presenta
variaciones de gran calidad que rompen la monotonía. La horizontalidad de la fachada se atenúa por las franjas verticales de ventanas y el juego de volúmenes que crece en altura hacia el centro.
Consta de cuatro pabellones rectangulares conectados por otro central, que configura la fachada del edificio, de composición simétrica en sus
muros; se utilizó el ladrillo visto y la estructura se construyó en hormigón armado.
|