Todas estas reformas se vieron consolidadas con la redacción de la Ley de Bases de la Instrucción Pública, la popularmente conocida como Ley Moyano (1857).

Los contenidos curriculares de la Facultad de San Carlos se dividían en cuatro núcleos esenciales: las asignaturas científicas básicas relacionadas con la Medicina (Física, Química e Historia Natural) conformaban el primer bloque; el segundo estaba formado por la Anatomía y la Histología, la Fisiología, la Farmacología y la Terapéutica; en el tercero se incluían la Patología y la Clínica; y, en el cuarto, disciplinas como la Obstetricia, el estudio de las enfermedades de la mujer y los niños, la Medicina Legal y la Toxicología y la Higiene Pública. Todos estos contenidos conformaban el grado de Bachiller en Medicina; la licenciatura y el doctorado requerían de una serie de estudios de ampliación, principalmente de carácter práctico.

ASAMBLEA DE MÉDICOS EN EL ANFITEATRO 
DE SAN CARLOS

Este sistema de enseñanza responde a un modelo francés, esencialmente clínico donde la investigación básica, tal y como se desarrollaba en Alemania, apenas tenía desarrollo; tal y como ha señalado Agustín Albarracín, "España optará en 1843 por el modelo francés o napoleónico: un sistema centralista y centralizado que ahoga cualquier intento de autonomía y que tiene como consecuencia su limitación al aprendizaje con cierta suficiencia del oficio de clínico. La medicina teórica, la investigación básica, no tienen cabida en nuestras aulas".

Esta polémica entre "Universidad napoleónica" y "Universidad humboldtiana" se mantuvo vigente, prácticamente, durante toda la segunda mitad del siglo XIX.

LUIS SIMARRO, POR J. SOROLLA (1901)

Hasta principios del siglo XX no se incorporaron a la Facultad de Medicina de Madrid los postulados de la escuela germánica, caracterizada por la confluencia de intereses docentes e investigadores, por el trabajo en el laboratorio y por la creación de grandes institutos donde realizar estos cometidos; en 1907 se crea la Junta para Ampliación de Estudios, de la que formaron parte destacados profesores de esta Facultad, como Santiago Ramón y Cajal, y con ella llegarían nuevos aires a la investigación española que acabarían por influir, de manera decisiva, en el funcionamiento de este centro y en la modernización de los estudios de Medicina en nuestro país.

MARAÑÓN (CENTRO) EN LA TERTULIA DEL 
CAFÉ DE ROMA (ca. 1930)

La vieja Facultad de Medicina de San Carlos, ubicada en la madrileña calle de Atocha junto al antiguo Hospital General, hoy día Museo de Arte Reina Sofía, fue clausurada en 1965; ocho años más tarde, finalizadas las pertinentes obras de mejora, se inauguraría la nueva y definitiva sede del Colegio de Médicos de Madrid, la misma que posee en la actualidad, en la "zona Histórico-Artística de la antigua Facultad de Medicina de San Carlos".

Desde mediados de siglo ya venían impartiéndose los tres primeros cursos de la carrera en las nuevas instalaciones de la Ciudad Universitaria, en uno de los edificios emblemáticos de este vasto recinto; los restantes cursos fueron establecidos, tras el cierre de la primitiva Facultad, en el nuevo Hospital Clínico de San Carlos, en un lugar muy próximo a la Facultad.

PEDRO G. VELASCO, ATLAS DE PARTOS (1852)

Hoy día, además de en estos centros, las enseñanzas conducentes a la obtención del título de licenciado en Medicina y Cirugía también se imparten desde otros hospitales de la Comunidad de Madrid, como el Doce de Octubre, el Gregorio Marañón, el Hospital General del Aire o el Hospital Militar Gómez Ulla.

La Facultad de Medicina alberga, junto a los servicios y dependencias inherentes a su condición de establecimiento médico docente, otros centros, como el Instituto Castroviejo, el Centro de Cultivos Celulares, la Escuela de Medicina de la Educación Física y el Deporte, la Escuela de Medicina Legal, la Escuela de Medicina del Trabajo, el Instituto de Embriología, el Instituto de Ciencias Morfofuncionales y Deportivas, el Banco de Cerebros, el Museo de Anatomía y el Museo de Antropología Forense y Criminalística.