Mediado el siglo XIX, España aún carecía de algunos de los elementos básicos de gobierno, como el censo de población, el mapa topográfico y el catastro.

El proceso desamortizador de 1855 vino a confirmar estas insuficiencias, al demandar, de manera imperativa, un reconocimiento y valoración de los bienes a enajenar. Por otro lado, la creciente expansión ferroviaria y el desarrollo siderometalúrgico favorecieron una las urgencias endémicas de España, la explotación sistemática de los recursos geológicos patrios.

INSTITUTO GEOGRÁFICO, ca. 1950

Otro de los factores que se vinieron a sumar a esta situación fue la necesidad de conocer los recursos hídricos de nuestras cuencas peninsulares, con el fin de hacer frente a la petición de concesiones hidráulicas para uso industrial y agrícola que, cada vez con más frecuencia, se venían formulando.

Todas estas circunstancias propiciaron la creación de una nueva institución, de carácter civil, que habría de ocuparse de un triple objetivo: contar a la población, medir el territorio e inventariar los recursos naturales del país.

EL GENERAL IBÁÑEZ DE IBERO (1825-1891)

La "Comisión de Estadística General del Reino", como así fue denominado este organismo, fue establecida en 1856, en el marco de un proyecto de información geográfica, de talante liberal reformista, tendente a la inclusión de la ciencia estadística dentro de los engranajes de la Administración del Estado.

Nace, inicialmente, como un mero organismo coordinador y consultivo de la Presidencia del Consejo de Ministros, aunque estas funciones acabarían siendo superadas por otras de mayor calado; a los pocos años de su creación, se publica la Ley de Medición del Territorio y se pone en manos de la Comisión de Estadística la elaboración de la Carta Geográfica de España, el Mapa Geológico, los reconocimientos hidrológicos y forestales y la cartografía catastral.

MEDIDA DE UNA BASE DE TRIANGULACIÓN GEODÉSICA 
PARA EL LEVANTAMIENTO DEL MAPA TOPOGRÁFICO DE ESPAÑA

En 1861 la Comisión de Estadística cambia su nombre por el de Junta General de Estadística y, en 1870, da paso a un nuevo organismo: el "Instituto Geográfico", pocos años más tarde rebautizado como "Instituto Geográfico y Estadístico".Con la creación de esta institución se produce un cambio radical en los objetivos y actividades de esta institución; a partir de entonces, y durante varias décadas, su principal ocupación sería el levantamiento del Mapa de España, abandonando las tareas relativas al catastro parcelario.