El Laboratorio de Investigaciones Físicas fue creado en 1910, dentro de la política de fomento hacia la investigación promovida por la Junta para Ampliación de Estudios (JAE), durante el primer tercio del siglo XX.

Pronto se constituiría en el mascarón de proa de la Física española de ese período; de la importancia que llegó a tener este Centro dan fe algunos datos: un 75% de los artículos publicados, entre 1903 y 1936, en los Anales de la Sociedad Española de Física y Química, el principal órgano de difusión de estas disciplinas en nuestro país durante ese lapso temporal, se debieron a científicos que desarrollaban su trabajo en este Laboratorio.

Algunos aspectos de su funcionamiento cotidiano fueron recogidos en la prensa del momento (El Sol) por Manuel Moreno Caracciolo, antiguo estudiante de Ciencias, quien señalaba su horario de apertura y cierre, de "ocho de la mañana a ocho de la noche", así como otros asuntos de carácter laboral:

B. CABRERA. PRINCIPIO DE RELATIVIDAD (1923)

"No se conocen más días festivos que los domingos, ni tiene el personal retribuido más de un mes de licencia en todo el año. Quien deja de trabajar, por cualquier circunstancia, cesa en el acto en el percibo de sus haberes. Y éstos no se cobran sino al cabo de algunos años de labor meritoria y gratuita y su cuantía oscila entre las cien pesetas mensuales para los alumnos y doscientas o trescientas para los ayudantes y profesores".

Dirigido por el prestigioso físico Blas Cabrera y secundado por el no menos acreditado Enrique Moles, fue inicialmente organizado en cuatro secciones: Metrología, Electricidad, Espectrometría y Química Física; los grupos de trabajo se estructuraban en torno a un líder y las principales líneas de investigación se enmarcaban dentro de los campos de la químico-física y el magnetismo.

BLAS CABRERA, DIRECTOR DEL ROCKEFELLER (1932)

Tuvo su primera sede en el Palacio de Exposiciones de las Artes y la Industria, junto a otras instituciones científicas como el Museo Nacional de Ciencias Naturales, la Escuela Técnica Superior de Ingenieros Industriales, el Centro de Ensayos de Aeronáutica, el Laboratorio de Automática de Torres Quevedo o la Real Sociedad Española de Historia Natural.

Las crecientes necesidades que demandaba el Laboratorio de Investigaciones Físicas, tanto de aparatos como de maquinaria y de instalaciones adecuadas para llevar a cabo sus investigaciones, propició una serie de negociaciones del gobierno español con la Fundación Rockefeller a fin de construir y equipar un Instituto Nacional de Física y Química, sobre las bases del Laboratorio de Investigaciones Físicas.