PATRIMONIO  LUGARES DEL SABER  Real Oficina de Farmacia: historia
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La Real Botica, hoy día conocida con el nombre de "Real Oficina de Farmacia", fue establecida por Felipe II en 1594, con el principal fin de dotar de servicio farmacéutico al propio rey, su familia y a todo el personal perteneciente a la Real Casa.

Los motivos de su creación hay que buscarlos unos años antes, en el proceso abierto contra los oficiales de botica, que hasta entonces venían ocupándose de abastecer de medicamentos al monarca, con motivo del establecimiento de nuevos sistemas de pesos y medidas que, según la opinión de estos boticarios, atentaban contra sus intereses.



ENTORNO DEL PALACIO REAL. PLANO DE TEIXEIRA

PHARMACOPOEIA MATRITENSIS, 1739


La decisión real fue tajante: creó un nuevo servicio sin contar con ninguno de estos boticarios reales y nombró como boticario mayor a Antonio del Espinar, al que le acompañaron tres ayudantes, tres mozos de oficio, dos peones y un destilador, una estructura que se mantuvo fija durante el siglo XVII.

Con la creación de la Real Botica se ponía fin a una larga etapa en la que el servicio farmacéutico recaía en ciertos boticarios que desempeñaban, además de este trabajo, los cometidos propios de cualquier artesano establecido por su cuenta; en definitiva, podríamos considerar que el nacimiento de la Botica Real obedece a motivos exclusivamente económicos, derivados de los enormes gastos que ocasionaba el abastecimiento de medicamentos y de los abundantes casos de fraudes que se observaban en el entorno real.



PEDRO GUTIÉRREZ BUENO (1745-1822)

REAL BOTICA. DETALLE


Durante el siglo XVII la Real Botica estuvo compuesta de tres dependencias: la Botica de Reyes y Príncipes, encargada de la preparación de medicamentos para la Familia Real; la Botica del Común, aquella que elaboraba los remedios medicinales para los criados de Cámara y Casas y para todas aquellas personas, instituciones benéficas y religiosas que disponían de privilegio real (durante el reinado de Carlos II esta botica llegó a hacer frente a unas 12.000 personas); y la Botica del Camino, una farmacia de viaje que acompañaba a los miembros de la Familia Real en sus desplazamientos.

Las materias primas para elaborar los medicamentos, la mayor parte de ellas procedentes del reino vegetal, se obtenían de los jardines reales (Casa de Campo, Huerto de la Priora y Jardines de Palacio) o a través de compras debidamente autorizadas por el Sumiller de Corps, máxima autoridad administrativa de la Real Botica, y supervisadas técnicamente por el boticario mayor; el aguardiente y el resto de aguas medicinales provenían del laboratorio de destilación de Aranjuez, propiedad de la Casa Real, y para el azúcar y el aceite existía una franquicia libre de impuestos y gravámenes.

Continuación

   

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