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Ingeniero de minas y geólogo español, nacido en Madrid en
1825 y muerto en la misma ciudad en 1895. Comenzó a darse
a conocer cuando, en 1850, inventó un sistema de señales eléctricas
para prevenir choques y descarrilamientos en las líneas de
ferrocarril; la innovación fue objeto de una gran acogida
y Fernández de Castro fue comisionado a diversos países europeos
para estudiar sistemas de seguridad en los ferrocarriles;
adoptado su propio sistema en la línea de Madrid-Alicante,
mostró la eficacia de su diseño. Fruto de estas experiencias
fue su obra La electricidad y los caminos de hierro (1857).
Designado, en 1857, Jefe de Minas en Cuba, realizó diversas
y notables investigaciones, en las que comunicó el hallazgo
de grandes mamíferos fósiles en la isla; pudo demostrar, contra
lo generalmente admitido por los hombres de ciencia, que Cuba
estuvo unida al continente en época no lejana. También fue
autor, por aquel período, de un interesante estudio sobre
los ciclones en las Antillas y dirigió el Diario de la Marina,
en el que publicó numerosos artículos de trama agrícola, geológica
y minera. Permaneció en Cuba hasta el año 1872, en que regresa
a Madrid para tomar posesión de una plaza en la Junta Superior
Facultativa de Minería.
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La culminación de la carrera de Fernández
de Castro coincidió con su nombramiento para la dirección
de la Comisión del Mapa Geológico de España, puesto en el
que permaneció veintidós años. Dicha Comisión había sido establecida
en 1849, pero languideció con los años, de forma que volvió
a ser creada en 1870. Sin embargo, el escaso respaldo económico
y legal hacía temer un nuevo fracaso, que Fernández de Castro
logró evitar con un nuevo decreto, en 1873, que significó
un auténtico relanzamiento de la Geología española. Esta Comisión
acabaría por elaborar, entre 1889 y 1892, el primer mapa geológico
detallado de toda la Península; un trabajo que no se limitaría
al estudio de los aspectos geológicos, también abarcaría otros
aspectos relacionados con la geografía peninsular, como los
topográficos, los meteorológicos, los botánicos o los zoológicos.
Supo rodearse de valiosos colaboradores, entre
ellos Lucas Mallada, y dar curso a los trabajos realizados
con la creación de dos publicaciones de la Comisión, las Memorias
y el Boletín, que acogían los estudios según su intención
y extensión. Se abrió así un período de intensa actividad
en la investigación geológica, que contó con la aportación
de algunos especialistas extranjeros, durante el cual el cultivo
de esta ciencia recuperó las etapas perdidas en las décadas
anteriores y alcanzó un nivel muy estimable.
Manuel Fernández de Castro fue miembro numerario
de la Real Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales
de la Habana, del Consejo Superior de Agricultura, del Consejo
de Instrucción Pública, de la Junta Consultiva del Instituto
Geográfico y Estadístico, Académico numerario de la Real Academia
de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales, de la Academia de
ciencias de Barcelona y Senador por el distrito de Santa Clara
de Cuba, cargo del que se valdría para apoyar la ley de abolición
de la esclavitud en dicha isla. Formó parte, entre 1884 y
1885, de la comisión española que investigó los terremotos
que padeció Andalucía durante esa época.
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